Lo mejor fue que yo misma le pedí al neurólogo que los redujera. Después de revisar mi expediente ha aceptado. Pensar que ya me veía en la casa de la risa gracias al enredijo de cables efectuado por el neurólogo que lleva mi expediente. Si en algún lado de la locura encuentras tu memoria vacía, cuidado has llegado a la última capa de tu redención. Ni más ni menos.
No ha cambiado mi carácter, me he acostumbrado al encierro desde que comenzó la pandemia. Salgo poco. No extraño la calle, no extraño a la gente. Mucha de la familia que perdí fue durante la pandemia. No volví a ir a reuniones. No voy a funerales, no visito a mi familia. Soy una parte viva de mi casa. Un adorno surrealista con los pelos parados. Tengo el pelo morado y el espíritu oscilando entre azul y buenas noches.
Se me ha caído un diente gracias a la descalcificación del tiempo. No me da pena reír chimuela, total los que me ven no se ríen de mí. No me llevo bien con las burlas hacía mi persona. No voy a cortarme el pelo a la estética. la Emilia me lo corta. Tampoco voy a restaurantes, al cine o a cualquier lado. Soy una bruja escaldufa, la única bruja que estruja. ¿Conocen a Madame Mim? Soy yo. La bruja como a mi autoestima le gusta llamarme. Y es que un día platicando con Eva Marie me tomé una foto para regalársela ¡voilá! soy Madame Mim.
Tengo poderes mágicos, una varita mágica y tres bolsas de panditas riquísimos para no llorar cuando me muero por no verte Jesús mío.
Puedo convertir una cucaracha en cadáver por obra y gracia de mi escoba voladora. También sé estrellar un móvil en la pared con la velocidad más grande que una maldición. Gracias a mis superpoderes pasé a ser un elemento casi imperceptible desde que escuché que mi voz había dejado de ser potente, autoritaria, temeraria, volviéndose voz de pito de borracho con agruras.
Ninguna reina tiene voz de brisa floja, ni de abuela en ciernes. Troglodita por ocasión, santurrona por equivocación. El día que supe que podía volverme invisible fue cuando escuché un ¨te amo¨ que no era para mí. La pijama envolviendo mis huesos -¿qué? que sea rellenita no quiere decir que no tenga esqueleto- ese día desapareció mi dignidad. En vez de volar, me escondí en mi recámara, palacio lleno de sábanas en forma de fantasmas que se convirtieron en mis amigos al paso del tiempo. Mi amante cambió de palacio para refugiarse en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme.
El espejo rústico que me mostraba todas las mañanas si seguía siendo bella, lo rompió en mil pedazos la importancia de no seguir siendo yo. Algún día el espejo volverá al recinto de los olvidos.Entonces el báculo del amor regresará a la lisonja cumbiambera. Cumbala cumbala cumba cumba ya.
El tiempo te regala cosas extraordinarias como la belleza de una sonrisa mística. Regala momentos, rezos, oraciones para ti remitidas. Tú lo ignoras pero siempre hay alguien que se acuerda de ti aún cuando tu recuerdo en forma de ola esté asentado más allá del jazz for yu. El otro lado del charco queda a un madrazo de piedra. Lanza una, quizás encuentres a Cosimo con Teté contando lamparones o algo así.
Iyeoka colibrí regresó el domingo cuando Laura y yo bañábamos a Cucs, perro mascota de Barry. El colibrí se quedó estático a la altura de mi abismo. Me sacó una sonrisa alejándose rápidamente armando carreras contra el tiempo de domingos en flor. El dique.
Muy bellos son los colibríes compañeros de brujas con aires del mediterráneo desconocido. Huelen a olas de mar arreboladas las mejillas por el tenue calor de un somnoliento Sol.
Ahorita recordé a las gárgolas buscadoras de hombres que no tiene sentido lo que escribo. El sinsentido nunca ha tenido sentido. ¿Y a quién le importa si lo que escribo no se entiende? Los que entienden son para los que dan sentido a lo que escribo.
Cuando como hoy me viene a la mente todo lo que he aprendido durante este tiempo de mi búsqueda por saber qué piensan los que no veo. Mucho he aprendido. De entre todo ello, NADA ES PARA SIEMPRE.
Laura me preguntó cuando le dije que quería un blog como el de la Princesa Coacalquense. Un blog muy famoso en esos tiempos.
-¿Para qué quieres escribir mamá?
-Quiero saber. Conste que yo sé mucho y si no me creen ¿quién es la que les gana en el maratón con todo y sus trampas?
-Pos yo ¿quién más beibi?
Quiero que me escuchen lo que tengo que decir.
Las brujas saltan como luces de colores de un lado a otro buscando menjurjes para sus hechizos. Las tijeras en forma de cruz son un buen escudo para proteger a los niños y sus cerebros. ¿A quién le chuparon la mollera y quedó así tal cual?
-Ah si, la gárgola en minúsculas.
Es feo que tal como los ejércitos de hormigas con sus comandantes, generales y demás tropa no existan más en mi mete. Las sinfónicas de grillos, las lombrices rockeras, los perros de huéspedes. Todos han desaparecido de mi mundo fantástico con ayuda de los antidepresivos que hoy me mantienen en vigilia. En su lugar entró al mundo de tinieblas todo el mal que existe.
La violencia sexual dentro de las pesadillas es horrible, muero infinitas veces. Sufro como DiosCristo, Puede suceder que te sientes a medianoche a orillas de tu cama. LuzBell tiene tal cual escenas que la recrean, lo que creen saber los maleantes acechando mi pequeño cuerpo. Los asesinos con pistolas pavorosas se instalaron en La vida es Sueño dentro de tus pesadillas.
¿Cómo escapar de lo inexistente? ¿Cómo escapar de algo que nadie ve? ¿Cómo escapar del ¨¡cállate!¨que nadie escucha? En ocasiones vienen mis hermanos muertos a visitarme aún cuando su presencia me asusta, me sobrecoge el frío mortal.
El niño suicida llega siempre con una sonrisa dibujada en sus delgados labios, pero está muerto. ¿Cómo sonreír a los muertos?
Me son retirados los antidepresivos, creí que quizás enloquecería a falta de realidades inventadas pero no. Mi vida está en paz. Detesto eso sí el tremor que ayer me impidió escribir y que hoy ha aparecido casi al final de mi pensamiento escrito.
La otredad no vino hoy, quiere decir que a pesar del mimetismo del Barry ¿o mío? sigo pensando. Eso nomás, pensando. Mis letras no pueden transmitir el sufrimiento al teclear cada letra. Mañana amaneceré como si Luc y Fer me hubiesen aplastado como chinche. Nunca he sido chinche pero por el tamaño del dolor imagino que así se siente ser aplastada por los beligerantes brazos o mejor dicho, dedos, del amo del inframundo.
Una vez soñé con Dios. Todo era escombros, derrumbes, tierra. En medio del caos un abismo, a la orilla de la muerte, un hombre vestido totalmente de blanco extendía su mano para salvarme. Está chido ¿no? que venga a salvarte el mismo Dios es un milagro como ese que por mi falta de fe no hago que suceda.
El día que vuelva a ser yo, sin mimetismos ni pesadillas, ni diablos, violadores, ladrones, ni cosas feas no volveré a ser lo que antes fui, ni lo que solía ser. Seré un cuadro de tristeza arrumbado en la pared.
El mundo de los antidepresivos en el que he vivido es apenas un oasis de lo que en realidad es, lo imagino así. Sentirse como nube encima de tu familia, atravesando el techo, gritando a tu hija para que te ayude. tu hija no está. Y si como no, es Laura no está, como una canción.
... ´tonces,
ojalá mi carrocería hubiese sido como la de un BMW pero no, soy un carromato arcaico al que por más que le curen o cambien refacciones siempre habrá algo de lo que se descomponga. Y es que soy así. Nací con el santo de espaldas, con las estrellas al revés, con la razón en la locura y la locura en el último gran combo de la vida artificial. Vivo una vida de mentiras para existir sin saberlo.
Bona nit (me pregunto si el catalán que estoy aprendiendo sirva para volver a hablar con el hombre que me enseñó a amar mis raíces. El hombre que imaginaba a Elena Poniatowska como yo. Yo que soy menos que el oropel de un hongo diminuto.)
Les quiero amics,
tengan paciencia conmigo
siempre hay alguien que espera por ustedes.
¿Yu nou güer a min?
Si no me creen pregunten al poeta que murió con mi nombre tatuado en el alma, ¿o no Enrique?
(He enviado otra carta a Enrique Bunbury, Oj Alá me conteste).