Siento que no pronto, no sé cuánto pero estoy haciendo fila en el camino al Inframundo. Mi mirada se está apagando como a la abuela poco antes de morir. O como a Tiki con sus ojitos chupados de pescado o como los de mi mami en el fatídico día que salió de casa rumbo al hospital y no volvió. Su última mirada fue para mí cuando al verla en la camilla, asustada susurré má. Su mirada tenía el color frío de la muerte. Un gris intrínseco, anunciando con silencio contrito, el adiós mortal. El no retorno del camino final.
Barry se asusta cuando le digo de mi mirada apagada. A final de cuentas a pesar de querer terminar con el martirio atado a nuestros pies, morir nos hace acongojarnos. El huequito no estipulado para qué sirve, en el fondo del corazón, deja salir el miedo a lo desconocido.
Puedo o no estar preparada, por eso mi continuo hablar de la muerte. La tengo presente para no temerle cuando se apague la vela de mi vida.
Si hoy, mañana o no sé cuándo, mucho o poco tiempo, estaré satisfecha de lo hecho con mi vida. Tuve lo que siempre quise y que no luche por ella. Una familia que me dió más de lo que merecía.
Soy tratada como reina. Me cuidan, me protegen. Hacen de todo por verme feliz. Yo como reina tirana a veces y solo a veces, sonrío.
No me arrepiento de lo hecho, hecho está y no hay remedio. ¿Ya pa qué?
Todas las noches entro al cuarto de baño. En el espejo, mi reflejo permite estudiar mi mirada. Mis ojos cafés con esa cortina espesa de pestañas de burro, lacias lacias, se ensombrecieron la noche que descubrí, la mirada desconocida.
¡Ah caray, ya me voy a morir! dije para mí. Acerqué la cara al espejo y si. Las luces se están apagando. Ojalá sea una serie de luces navideñas de mil focos para que dure un poco más.
Estoy bien, me siento bien pero de que mi pinche par de ojos están caducando, no hay duda
Total, ¿Quién dijo miedo?
Yo no, al final va a resultar que el león cobarde que una vez fuí, en realidad era muy valiente, sólo que no lo sabía. Igualito como sucede en El Mago de Oz, que por cierto no había visto nunca y que me decepcionó. El Mago de Oz, podía morir sin verla.
Mejor no leeré El Quijote quien quita y termine decepcionándome también como El Principito de ojos vacíos.
Decía un ex amigo, "somos lo que leemos". Y yo, pos no soy de libros "elevados". Yo más bien soy de "Los hijos de Sánchez" o "Hasta no verte Jesús miío".
Por lo demás que cada quien lea lo que quiera, coma lo que uiera. Cómo dice la canción: "yo me muero dónde quiera".
Abur
la MaLquEridA
Yo creo que nos vas a enterrar a unos cuantos. Tan pletórica de facultades y de todo, no te veo yo para morirte.
ResponderEliminarEl "Hasta no verte Jesús mío" me ha traído a la memoria una anécdota que contaba mi padre de su Huesca natal, pero la suya era sin el "no": "Hasta verte Jesús mío". La cuestión es que el culo de los vasos de la vajilla de una familia oscense llevaba una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. El cabeza de la familia en cuestión era bastante aficionado al vino y, cuando llenaba de morapio uno de ellos, queriendo hacer pasar por devoción lo que en realidad era necesidad imperiosa, a la voz de "hasta verte Jesús mío" lo apuraba de un trago para reencontrarse con la imagen.
Un abrazo.
No sabemos cuanto vamos a durar y enfrentarse a ello de cara, ya es una forma de valentía, con la mirada serena o con los ojos turbios.
ResponderEliminarPero tenerla presente, no hace que sea necesario compartir demasiados momentos con esa idea.
Besos.
Eres tan tú en tus letras como siempre, se te ve tan viva y reluciente en letras que aunque esa mirada tuya haya perdido vida – según tú- desbordas energía y eso se ve desde aquí : ) de lo de los gatos no sé qué decirte, soy más perruna que gatuna, por naturaleza y afinidad, los gatos nunca me han inspirado confianza, así que nunca he vivido la experiencia de que ninguno durmiera sobre mi , perros sí .. encima de mi y yo encima de ellos jajaja esta pensando…¿ te imaginas un hospital lleno de gatos encima de los pacientes para absorber sus dolores y males? Desde luego si la terapia resultara nos íbamos a ahorrar millones en medicamentos : ) Comaprto lo que comentas del Mago de Oz, oara mi tv fue desilusionante, pero no el Principito que es una joyita, debo confesarte que el Quijote lo he intentado unas cuantas veces y lo he dejado por imposible, será una obra de arte, sin duda lo es, pero para mi, insufrible jajaja Tú no, meencanta leerte y es una alegría enorme hacerlo, donde sea, así que con mirada brillante o translúcida, no dejes nunca de hacerlo, por favor. Mil besos!!
ResponderEliminarno pienses en cosas tristes; piensa en el disfrute. si lo clásico te aburre, busca las alternativas que te hacen sonreír.
ResponderEliminarbesos filibusteros.
Somos lo que leemos, lo que comemos, lo que soñamos, lo que amamos, lo que hacemos, lo que no hacemos, somos tantas cosas, o deberíamos ser, que al final del día nunca se sabe qué somos.
ResponderEliminarSuerte,
J.
Un pensar en voz alta apasionante. Somos, ante le espejo, ese que un día fuimos, pero nos recuerda que el tiempo es finito.
ResponderEliminarUn abrazo, Malque
Un placer seguir leyendote. Saluditos.
ResponderEliminarUn libro no decepciona, malo o bueno, ni los amigos que nunca fueron. Menos don Quijote. Te quiero, dama de poncho deshilachado. Beso.
ResponderEliminarSalud.
💕 Me gusta leerte
ResponderEliminarMe traes recuerdos de mucha gente
en cada una de tus palabras
en cada uno de tus pensamientos,
Si no le quieres entrar al Quijote, no dejes de lado a Rulfo.
ResponderEliminarSaludos!
J.