Si la gente no echara a sus mascotas a la calle, en este caso perros, estos no tendrían que andar vagando, mojados, sucios y hambrientos buscando un lugar donde guarecerse. Si no buscaran un lugar donde guarecerse no habrían llegado a mi casa a arañar la puerta de la entrada. Si no hubieran llegado a arañar la puerta de la entrada, los chihuahuas no habrían ladrado toda la noche. Si los chihuahuas no hubieran ladrado toda la noche habría podido dormir. Si hubiera podido dormir no me habría desvelado y no tuviera estas ojeras, me hubiera levantado temprano a preparar un rico desayuno a mi hijo, él se hubiera ido contento y no se habría puesto nervioso. Si no se hubiera puesto nervioso no se habría trabado la chapa por las prisas de abrir. Si no se hubiera trabado la chapa por las prisas de abrir no me hubiera enojado con él. Si no me hubiera enojado con él, no me habría regañado. Si no me hubiera regañado yo no habría recapacitado que va a salir de casa y debe irse contento, Si no se hubiera ido contento no me habría dado mi abrazo. Si no me hubiera dado mi abrazo tendría migraña. Si tuviera migraña, estuviera llorando. Si estuviera llorando Barry me llamaría la atención por ser tan enojona. Si le dijera porque me enojé, me diría que soy muy visceral. Si me dijera que soy muy visceral le diría que quién no se enojaría si viera a los perritos mojados en la calle buscando donde guarecerse. Si los perritos de la calle no buscaran donde guarecerse arañando la puerta de la entrada, mis chihuahuas no hubieran ladrado. Si mis chihuahuas no hubieran ladrado... patatí patatá, vuelta a empezar.
Pero el hubiera no existe y todo eso pasó, ahora lo que voy a hacer es ponerme unas bolsitas de manzanilla en mis ojitos que parecen de mapache por las ojeras del insomnio. Y ya is all.