Pasando a cosas más agradables, estaba pensando en cómo la llegada de Natalia nos ha transformado. A todos nos ha tocado con su varita mágica de inocencia y alegría.
Una cosa que ha cambiado es que no digo groserías. Para mi no decir majaderías es como quedarme muda en instantes valiosos. Es como ver a Enrique y no suspirar por él.
En casa todos hablamos un poco guarro, le hecho la culpa (siempre hay un culpable de mis desatinos) de mi lenguaje procaz al régimen duro en el que crecí y a la mano dura de mi padre. Además, claro a que me salen sin esfuerzo. Soy malhablada por elección propia.
La cosa es que no decir majaderías delante de La Bella me cuesta un huevo y la mitad del otro porque ella como toda niña-esponja, absorbe y repite todo.
¨No mames¨, ¨Chinga¨, ¨Güey¨, ¨Pinche¨, ¨Mamón¨ por decir, son las más frecuentes.
Cuando llegan sus papás y les dice una palabra nueva -salida sin querer del ronco pecho de Barry o mio- tragamos gordo porque hay que explicar lo evidente. Lo bueno es que a veces no le entienden. Lo malo es cuando si. Sudamos aceite, ¡Gulp!
Sin ser grosería pero si un poco ofensiva -dependiendo a quien la digan- Natalia aprendió a decir ¨Tonto¨ -no sé dónde porque aquí no decimos lo evidente je- y la repite cuando se enoja y cuando no.
¨Tonto¨ le dice a su abuelo, ¨Tonto¨ le dice a su papá, ¨Tonto¨ le dice a Babo Alejandro, ¨Tonto¨ le dice a Calixto, en fin a todos. Nadie se salva.
A mi no me decía pero siempre hay una primera vez.
Para solucionar esta situación, sus papás le han prohibido decir dicha palabra -Pobres, están aprendiendo a ser padres y no saben que prohibir no es solución pero bueno, tienen que aprender ellos también- y no la tiene que decir y menos a su abuelo que se ha convertido en blanco de sus puyas infantiles.
Hete aquí que para obedecer, La Bella ha inventado múltiples variantes de ¨Tonto¨ que le salen en el mismo instante que recuerda lo que no debe decir.
Así pues cuando se enoja, a su abuelo le dice ¨Tontino¨. a su abuela amada le dice ¨Tonti¨, a su papá le dice ¨Tontono¨, a Laura le dice ¨Tontita¨, a Babo Alejandro le dice ¨Tonte¨, en fin la que se le ocurra al instante.
A su mamá no le dice nada porque sabe quien manda en casa.
Y es que obedeciendo a sus padres Natalia no dice ¨Tonto¨. Sobre sus variantes no le han dicho nada. Cuando lo hagan seguramente buscará otra forma de decir las cosas porque eso si, mi nieta amada no tiene un pelo de tonta (algo tenía que heredar de mi).