Primero saber qué material necesitamos: Una hoja de papel cascarón, colores, regla, lápiz, goma, sacapuntas, tijeras y bla.
Natalia era la más entusiasmada. -Me gusta trabajar en equipo abuela-, dijo con su carita de niña linda. -Yo prefiero trabajar sola, por equipos siempre hay uno que trabaja más y otros que no hacen nada- respondí con cara seria. Natalia conoce mi carácter así que no le hacen mella mis respuestas.
Muy quitada de la pena siguió en lo suyo.
En mi proyecto el juego que iba a inventar era un juego de mesa estilo memorama. Todas las tarjetas se revuelven, colocándolas con el reverso hacia arriba, entonces hay que encontrar el par de cada tarjeta. El que obtiene más tarjetas es el ganador obviamente.
Todo iba perfecto, recortábamos tarjetas, poníamos algún dibujillo o un sticker, rotulábamos la operación según la tabla que tocara y hacíamos el par con el resultado.
Se me ocurrió que habiendo varias operaciones con el mismo resultado, basándome en la regla de el orden de los factores no altera el producto me ahorraría varias tarjetas.
Por ejemplo: 2x12=24, 3x8=24, 4x6=24, 6x4=24, 8x3=24, etc.
¡Tengo una mente ingeniosa!
pero... había un problema. por ejemplo: saco el 4x6, su par es 24. PERFECTO pero entonces ¿cómo contestaría si por ejemplo me salía el 6x4, si ya me había salido antes su par?
¿Eh?
¿Eh?
¿Eh?
¿Entendieron? yo sí pero no sé plasmarlo en letra. Estoy atorada en eso. Mientras encuentro el camino correcto será enseñar a la vieja usanza con la regla en la man... digo con mucha paciencia.
San Pitágoras me ayude antes de darme por vencida.
(Había pensado patentar mi gran descubrimiento cuando supe que alguien ya lo patentó. Qué chiste).
En esas ando amigos, emulando a los profesores, algo que nunca pude ser.
Hasta luego.