He despertado tan sintiëndome rara que he hecho algo tan tonto como enviarme un correo a mi misma.
El día está comenzando. Tengo la mente limpia. No he lanzado ninguna maldición -todavía, no lancen campanas al vuelo- he pensado mucho para ser tan temprano. No se los recomiendo si tienen la panza vacía. El pensar da más hambre que cuando se está a dieta.
Estoy rara, como si tuviera sentimientos enredados en la piel. Siento todo de una manera que lastima dulcemente. Dolorcillo tolerable.
He "hablado" con dos personas de mente elevada. Sin demeritar a quienes me rodean. Me refiero a pensamiento intelectual. No digo más. Me hago mucho lío terminando por ofender dada la parlotería acostumbrada. Es curiosa la vida. Yo una flor rara cambiando sentires con personas que en la vida real no serían ni siquiera conocidos.
Esto de la virtualidad es magia pura. Tan màgico es que permite uno enviarse un mail a sí mismo y encima saltar de alegría porque en la bandeja de entrada hay un correo.
¡Virgen del amor hermoso alguien me escribió! .. me digo en mi intrínseca estupidez- veamos quién es.
Ah soy yo. Me contesté solita. No cambié la dirección de respuesta. ¨stúpida¨.
¿No les digo? Para pendejo no se estudia. Se nace y uno mismo se perfecciona en el trayecto. Y todavía vengo y lo cuento.
Ay de mi y de mi empeño por esperar un mail que nunca -cuando digo nunca es nunca- ha de llegar porque para esa persona no existo.
Lo mejor es que para muchos .sobretodo para mi familia- soy alguien incluso -y a pesar de todo el empeño por boicotearme- existo para mi.
Eso es chido ¿no? Y luego van diciendo por ahí que no me quiero.
Lo que hay que ver.
Hoy es martes con cara de lunes, estoy respirando calma.