Hoy después de una larga y extenuante revisión neurológica los médicos que estuvieron presentes en la evaluación quedaron sorprendidos de lo ágil que conservo la mente. La inteligencia de la que siempre he presumido está casi intacta.
La mente poderosa no permite que los fármacos me dañen más de lo normal, antes al contrario según mi percepción puedo controlar casi por completo mi cuerpo viejo.
Mañana por fin después de pasar por la lavandería dejaré el marco del espejo roto para que lo dejen como nuevo. Mañana por fin volveré a ver a la MaLquEridA como era antes. Aunque pensándolo bien eso es imposible dado que en el siguiente instante no somos más los mismos. El tiempo cambia junto con cada uno de nosotros. Por mucho que llevemos una rutina sistemática, algo nos cambia en una mínima percepción.
Mañana por fin después de pasar por la lavandería dejaré el marco del espejo roto para que lo dejen como nuevo. Mañana por fin volveré a ver a la MaLquEridA como era antes. Aunque pensándolo bien eso es imposible dado que en el siguiente instante no somos más los mismos. El tiempo cambia junto con cada uno de nosotros. Por mucho que llevemos una rutina sistemática, algo nos cambia en una mínima percepción.
Si el pp tuviera cura tendría una nueva vida. Habría aprendido de los errores para no repetirlos.
Mi forma de ver la vida ha cambiado, sin ser una chocante optimista pasé a ser una persona que goza de las cosas buenas aceptando las malas porque la vida es así. Se debate entre el bien y el mal. No hay punto medio, habiéndolo sería uno mediocre. Ni con Dios ni con el diablo.
Estoy en la etapa de la vida en la que estoy tomando las decisiones en cuanto a mi salud que me parecen adecuadas. Al final es mi cuerpo el que estoy cuidando. Al final soy la que decide lo que sigue.
Los exámenes psicológicos si bien no eran una complejidad, eran más que poner atención. Restar al revés, recordar series de números, de palabras, de letras. Responder con seguridad lo que se me preguntaba asombraba a los médicos. No es que sea muy inteligente, es que tantos años de insomnio hicieron que ocupara el tiempo de para dormir en pensar.
Pensar, pensar, pensar.
Pensar en mi familia, en mi salud, en mis hijos, en lo rápido que se nos vinieron los años encima a Barry y a mí. Los dos casi sin poder caminar hemos estado a punto de las lágrimas al ver que el mayor esfuerzo hecho para echar a andar es nulo. Los dos solos, un domingo soleado, con un calor apabullante, rodeados de gatos y el fiel Cucs nos visibiliza un futuro inmediato. Nuestros pies con miles de esfuerzos reditúan un mínimo de fuerza para sostenernos en pie. Hay que esperar digo a Barry, esto es así.
Hoy me preguntaron que si pienso en el suicidio como antes. Digo no, no lo pienso. En los asuntos resueltos no hay marcha atrás. Cuando llegue la hora de actuar veremos cuanto es lo que estamos decididos a poner punto final. Los dos. Porque somos dos valientes acobardados por un futuro que no estamos prestos a aguantar.
Barry cree que no es el hombre de mi vida, igual que yo pienso que no soy la mujer de su vida, sin embargo estamos aquí juntos, sobreviviendo a las luchas continuas que significa moverse con dos rocas atadas a las plantas de los pies. La vida se nos acaba y no. Hablo por mí, quiero seguir viviendo pero si algo le pasa a Barry, no quiero vivir muriendo.
Tanto que me preguntaron, que si me siento triste, que si soy fracasada, que si no me gusta mi aspecto, que si shalalí shalalá. Si me quito la vida Dios me mandará al infierno pero nomás de pensar que ahí está Vicente Fernández achicharrando sus miserias, y digo mejor no. Es mejor vivir. Además Dios y LucyFer se pelearán por mí igualito que mis hijos. Ninguno querrá quedarse conmigo. ´tonces bebo un tanto de valentía todas las mañanas para darle ánimos a Barry. El trato está hecho, seré la primera en marcharme para que él pueda irse en paz sin ningún pendiente, tal como todos debiéramos partir. Con la muerte resuelta. Con trinos de pájaros, un sol tibio y una alegría inmensa porque sabríamos que dimos todo lo mejor. Resarcimos los daños en su justa dimensión aunque... esperen, olviden eso. es imposible.
Hablamos con nuestro respectivo Dios. Diosito no me lleves, mira que no es por egoísmo pero piensa, si me muero ¿quién va a cuidar a Chikis?, piensa en voz alta Barry. La imagino sola. Eso no puede pasar.
Dios de los castigados llévame a mi primero. Barry y yo seguimos pensando en que esto es un castigo por algo que no sabemos qué.
Barry es el amor de mi vida, es mi fe, es mi aire. Barry es mi costumbre. Llévame a mí primero diosito.
Me preguntaron si sigo pensando en que el pp es un castigo divino. Quizás no es divino, quizás no es un castigo. Tal vez tengo los cables cuatrapeados y eso es lo que hace de mi cuerpo un títere greñudo.
Güerever, castigo o no, el pp estará conmigo por el resto de mis días. Tal vez diosito no quiere que me cure porque si eso pasa, una familia se desmoronaría. Y eso no queremos ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad?
Barry y yo somos la costumbre de un amor sin memoria. Sin fecha de caducidad.
Todas las noches en que me acuerdo, le pido a mi propio Dios que no se lleve a Barry. Que lo sane, que disfrute los años que le quedan sin mí. Sigo siendo un dolor de huevos para él y mi familia, justo es que descansen un poco. Que se difumine mi pokerface y que rían, rían mucho. Sin miedo a dejar explotar su alegría, lo merecen. Lo digo yo que he sido la causa de sus muchos malos momentos. Únicamente quiero que sean felices no porque ya no esté sino porque los malos ratos no se repetirán más.
Ahora que estoy decrépita ancianita me he acostumbrado a hablar con Dios, igual que muchos viejitos que conozco. Hablan con Dios porque ya nadie los quiere escuchar.
En vez de compartir toda la sabiduría que adquirieron con el tiempo, se pasan los últimos años dormitando silencios doctos. Los abuelitos en modo mute. Los abuelitos secándose de a poco al rayo del sol.
Y hablan con Dios dentro de su mente agrietada. Sonríen solos, comen solos, están solos. Los abuelos -los que sí y los que no- transitan el último tramo del camino con una maleta cargada de recuerdos. Es lo que les queda nada más, en tanto imagino a Dios con una sonora carcajada recordando todo lo que decíamos no haríamos con el tiempo.
Si Dios no existe ¿por qué le temo?
Tener nietos.
¨No quiero ser abuela, no pienso cuidar niños latosos. No imagino mi vida sin La Bella. Para mí, La Bella es la fuerza en mis pies.
Cuidar plantas.
Hace poco mi planta ¨Cuna de Moisés¨ dio once flores. ¡once! cuando en su vida lo más que había floreado fue con dos capullitos.
Alguna vez escribí un post donde hablaba sobre las tres razones por las que no me gustaría envejecer.
Las tres están presentes en esta cotidianidad.
-¨No quiero ser de esas viejitas que se la pasan rezando en las iglesias. No quiero hablar con un Dios que no sabe que existo.¨
Hace mil años no voy a la iglesia.
Desde mi recámara hablo con diosito, con el mío. El que no se enoja, el que no castiga, el que es como yo.
El tuyo, el mío, el nuestro. El Dios de todos, el de cada uno. El inventado no, él no sonríe, o no sé, es lo que digo yo.
Crecí bajo la máxima de no reírse mucho porque si no alguien se moría. Mi mente obtusa lo grabó con hierro candente en la memoria de mis días.
Poco después de la celebración del Día de Muertos en que reíamos tanto, mi madre moriría con el aroma de la mandarina perfumando el viento frío de noviembre.
Qué cosas ¿no? hay tanto que contar y pocos que quieran escuchar.
Bona nit
Te fallarán las facultades físicas, pero las mentales las tienes intactas. Quien pillara tu lucidez.
ResponderEliminarEl pobre Dios le damos pocos motivos para reírse. Como decía Oscar Wilde: «A veces pienso que Dios, al crear al hombre, sobrestimó un poco su habilidad».
¿Has pensado en escribir tus memorias? Aún estás a tiempo. Y en publicarlas, por supuesto. Es una pena que haya tanta gente que se te esté perdiendo.
Besos.
no se trata de dios, que no existe; se trata de la vida que es implacable. ella sigue adelante sin mirar atrás.
ResponderEliminarme he alegrado mucho que cognoscitivamente estás muy bien. lúcida e inteligente como siempre.
besos.
Dios existe
ResponderEliminarel dios que no existe es el de los curas y pastores
no existe ese dios que dice: si te portas mal... te castigo
Por lo tanto..., tu sigue siendo la que siempre fuiste
Besos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAquí estamos, prestos para escucharte.
ResponderEliminarNo somos dioses, pero contestamos.
Besos.
Mucho quieres y mucho no quieres y, además, egoísta, exiges a tu dios único y verdadero que te lleve a ti primero. Hasta nombraste a Vicente Fernández que tan mal te cae y tanto te aburren sus miserias. Has cambiado, estás cambiando, no sé si para bien o para mal, pero estás cambiando y eso es bueno. No te rindas, aunque ya sé que no va con tu carácter rendirte. Vive sí, vive y recuerda que el de abajo es hijo del de arriba: no te engañes. Y cuando te sientas como te sientas, triste o alegre o vete tú a saber porque esa cabeza tuya es un misterio a resolver, mira al Este, quiero que compartas conmigo ese sentimiento. Cada día te haces más de rogar y yo me muero por saber más de ti. Escribe, escribe y escribe. Te quiero. Pero eso ya lo sabes. Beso.
ResponderEliminarSalud.
De ti, aprendo.
ResponderEliminarMucho.
Tienes más inteligencia emocional, y de la otra también, que la mayoría de la gente.
La muerte viene a por todos.
Ojalá la tuya tarde muchísimo en llegar.
Te noto mejor que nunca.
Besos.
Sonrío aprender de alguien que no es el que escribe
EliminarQuizás seas vos
parte del blog
Toro Salvaje
Besitos
Si no hay nadie que quiera escuchar, de todas formas hay que seguir hablando. Así no nos ganará el silencio.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Es un tratado valiente de nuestras limitaciones, y nuestra necesidad de crear un Diosito personal que nos apoye, o nos escuche. Un placer leer tu lucidez.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Malque
Hola hermosa. Vaya que eres inteligente, lúcida y maravillosa. Tampoco quiero ir al infierno si allí está Chente.
ResponderEliminarLo que si quiero es que sigas animada y derrames tu gran e regia en Barry y la bella.
Mi abuelo se fue hace tres mese y quería que escribiera un libro de sus memorias. No puede porque creí que me iba a durar toda la vida y por pendeja nunca tome nota.
Que bueno que tienes un blog y tus palabras se quedan para todos los que a la distancia te admiramos y queremos tanto. Un beso
Hola Bienquerida
ResponderEliminarTe leo y sonrío
Te imagino a mi manera
un saludo especial
de mi blog
en el cual jamás comentas
aunque yo me ría
¡¡Eres ÚNICA!! Siempre exudando verdades como puños, quien te lee por primera vez ya no puede dejar de hacerlo. Abrazo grande, grande.
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