Los solos viven aislados por decisión propia.
Habitantes de un mundo construido de nadas. Mundo utópico el de ellos.
Islas solitarias.
Caballeros en extinción. Su escudo es la palabra certera. Tienen más tiempo de analizar lo nada entendible del ser humano. Cabalgan los tiempos montados sobre escuálidos Rocinantes.
Los solos luchan con molinos de mentiras llegadas de fuera, del lugar del que se exiliaron. Nadie entiende a los solos.
Existen también las solas navegando en barquitos de papel maché. Sueñan con el amor ideal tal que dentro del abyecto mundo no encontraron. Espejos de colores. Unicornios dorados. Oasis surrealistas.
Lanzan botellas al mar. Mareas bravas se encargan de estrellarlas en los diques dejando notas dirigidas a un solo que no llegará. El rumor de las olas al alejarse son risitas burlonas del mar. Tiradas en el fondo del barquito cuentan las estrellas soñando que cuando acaben de contar la soledad desaparecerá. Cielo raso de incontables colores. ¿Cuàndo terminan de aparecer los cèfiros cantarines?
En su mundo solitario los imposibles no existen.
Los solos y las solas platican a la distancia a travès del muro de un computador. Juntando soledades encaran un mundo raro. El de los solos acompañados. Danzarinas letras apareciendo en el monitor los hace felices. Emoticón de labios rojos los sonroja. Me manda un abrazo. Quizàs no. Quizàs que sè yo.
Sentimientos representados en dibujo.
No.
Los solos no tienen defectos.
Son perfectos a los ojos de quien los lee. Sinceridad guardada en un disco duro, tal cual la razòn no es para amar suficiente, Mùsica longeva de ayeres adolescentes inmiscuidos en los redondeles de un pelo negro cautivo de sollozos perennes. Quien muere de amor no hiere. Sentires desolados. Mejor solos que mal acompañados.
Mùsica de vaivenes psicòticos recomendada para sentirse cercanos. Con un mar, un país o un muro, habitan de un mundo nuevo.
Virtualidad dicen que se llama.
Solos y solas habitando los nadas irresolutas.
Maquiavèlica era de sapiencia deformada.
Los solos mueren con sonrisa abandonada.
Habitantes de un mundo construido de nadas. Mundo utópico el de ellos.
Islas solitarias.
Caballeros en extinción. Su escudo es la palabra certera. Tienen más tiempo de analizar lo nada entendible del ser humano. Cabalgan los tiempos montados sobre escuálidos Rocinantes.
Los solos luchan con molinos de mentiras llegadas de fuera, del lugar del que se exiliaron. Nadie entiende a los solos.
Existen también las solas navegando en barquitos de papel maché. Sueñan con el amor ideal tal que dentro del abyecto mundo no encontraron. Espejos de colores. Unicornios dorados. Oasis surrealistas.
Lanzan botellas al mar. Mareas bravas se encargan de estrellarlas en los diques dejando notas dirigidas a un solo que no llegará. El rumor de las olas al alejarse son risitas burlonas del mar. Tiradas en el fondo del barquito cuentan las estrellas soñando que cuando acaben de contar la soledad desaparecerá. Cielo raso de incontables colores. ¿Cuàndo terminan de aparecer los cèfiros cantarines?
En su mundo solitario los imposibles no existen.
Los solos y las solas platican a la distancia a travès del muro de un computador. Juntando soledades encaran un mundo raro. El de los solos acompañados. Danzarinas letras apareciendo en el monitor los hace felices. Emoticón de labios rojos los sonroja. Me manda un abrazo. Quizàs no. Quizàs que sè yo.
Sentimientos representados en dibujo.
No.
Los solos no tienen defectos.
Son perfectos a los ojos de quien los lee. Sinceridad guardada en un disco duro, tal cual la razòn no es para amar suficiente, Mùsica longeva de ayeres adolescentes inmiscuidos en los redondeles de un pelo negro cautivo de sollozos perennes. Quien muere de amor no hiere. Sentires desolados. Mejor solos que mal acompañados.
Mùsica de vaivenes psicòticos recomendada para sentirse cercanos. Con un mar, un país o un muro, habitan de un mundo nuevo.
Virtualidad dicen que se llama.
Solos y solas habitando los nadas irresolutas.
Maquiavèlica era de sapiencia deformada.
Los solos mueren con sonrisa abandonada.