Amigos queridos y amados: quiero decirles que contraje una enfermedad mortal.
Una que ha carcomido mi corazón y ha empezado a atacar mi cuerpo. No. No es el pp, acuérdense que ese no mata, nada más carcome mi cerebro; por eso dejé de ser inteligente convirtiéndome en estas hermosas ruinas ajadas por tanto antidepresivo y tal. La enfermedad que tengo tiene muchos nombres. Les concedo el honor de llamarle como quieran.
Empezó hace ocho años, la edad que tiene mi nieta. Acabó con mi corazón, ya les digo. Mi yo estúpido le llamaría 'autoengaño'. Siempre fui un tanto ciega. Mi yo sereno le llamaría 'realidad escondida'. Mi yo de ahora le llama 'desamor'. Y pues sí, esto se acabó, de veritas se los juro que es así.
Nada cambiará nunca mi amor por Barry. No puedo decir lo mismo por él. Somos identidades diferentes y listo, es todo. Previendo que esto llegara a pasar, fui practicando el desapego. Dejo ir lo que no necesito, lo que no quiere estar conmigo. Lo que no pudo ser. Es duro dejar lo que tanto se quiso pero es como debe ser. Los que no están, es porque su camino era diferente al mío. Mis cosas no son más mías. Entonces abro mis manos para dejar ir. Que no sean cadenas ni lazos los que nos unen sino por el placer de sentirse bien con alguien.
Nobleza obliga, compañeros. Aquí escribí mi historia de amor, justo es que aquí se escriba el fin. La enfermedad se llama Barry. Créanlo o no me, duele más que el puto Parkinson. Amo a Barry, amigos, pero esto no tiene cura. Moriré con su nombre en mi corazón y su sonrisa en mis pupilas. No, no se asusten no me voy a suicidar. Es que todavía no encuentro la forma de hacerlo sin que mi familia sufra. Le dije a Laura que me llevara a Bélgica pero pues no hay manera. Igual me voy a morir, un poco más lento como mi vida es ahora, pero no hay más en el horizonte.
Gracias amigos, voy a tirarme al último rincón de mi vida digna. No me digan pobrecita, de ninguna manera lo he sido. Luego vuelvo. Cuando todo haya pasado.
Los quiero amigos. Emilio, también a ti. A mis amiguis verdaderos, muchas gracias. Voy a inundar el mar con mis lágrimas para que nadie se de cuenta. Ustedes no saben lo que es vivir sin Barry, yo tampoco...
Este cuento se acabó.
Adieu.