Soy un espirítu susceptible al abandono. Recelosa a decir adiós con el ¨Para siempre¨ inscrito en sus letras. Me aferro a la última de las caricias sin querer soltar nada de lo que alguna vez me hizo feliz.
Vivo, muero, duermo, camino en los retablos del recuerdo. Con un adiós implícito en la quimera de otra vida.
Llevo traumas infantiles germinados en el abandono materno al que me sometí por cuenta propia. Las estadísticas guardadas en el Yo interno estan escritas con letras hemorrágicas del ¨No me dejes¨.
Cuantas veces te dije ¨No te vayas¨, y cerrando la puerta me dejabas llorando tu partida, asiendo el último rescoldo materno. ¨Volveré si no lloras´. Innato deseo de algo imposible.
Manos pueriles vestidas de azul marino desatan mis nudillos del alma de mi madre. El adiós me lastimaba.
¨Volveré por ti´, decían tus ojos húmedos y enojados. ¨Es lo que quisiste¨, mientras poniendo el semblante adusto, me conminabas a quedarme en un sitio non grato para mi. Tirada en las baldosas frías de la ¨Casa nueva¨ lloraba mi infantil desgracia.
!Oh dolor que no termina!
Los adioses vulneran mis sentidos, me arrojan al precipicio de lo inocuo. La dejadez del destino puso su firma en tres seres compartiendo la misma sangre.
Sin poder hablar, sin poder decir, el abandono toma de la mano a tres niñas uniéndolas en una cruel verdad.
Amalgama de lamentos solitarios anudados en el sexo infantil no apto para mentes angelicales.
Amalgama de lamentos solitarios anudados en el sexo infantil no apto para mentes angelicales.
Crueles verdades asoman traspasando la barrera del tiempo y vienen a lastimar el recuerdo imperecedero de algo que no debió ser.
Tan pequeñas, tan desválidas, tan inocentes en su propia inocencia. Flores rotas en un futuro imposible de retoñar.
Tan ser lo que no se es. Tan niñas, tan pobres, tan silenciosas pidiendo ayuda desde un silencio jamás escuchado.
Tan pequeñas, tan desválidas, tan inocentes en su propia inocencia. Flores rotas en un futuro imposible de retoñar.
Tan ser lo que no se es. Tan niñas, tan pobres, tan silenciosas pidiendo ayuda desde un silencio jamás escuchado.
Los adioses no fueron hechos para mi. No en esta vida, pero el tuyo quiero que se vaya. Que no lastime mas a seres exentos de culpa.
Las cartas traen letras lastimosas que reviven un recuerdo aletargado en su propio horror.
Las cartas traen letras lastimosas que reviven un recuerdo aletargado en su propio horror.
Los adioses vulneran mis sentidos. Lastiman mi alma. Laceran mi noble espíritu vestido de dureza.
!Ah si no existiera el adiós!
Los pájaros libres del pensamiento alegrarían con trinos el amanecer de cada dia. Las flores, los cielos azules, el olor del monte, vuelve en el momento menos esperado. Quiero que tú te vayas, pero quiero que TÚ te quedes.
La expiacion de tu alma costará menos que el dolor causado.
TÚ no me digas adiós, no cuando el alma siente hasta la última de sus celulas.
Tú puedes descansar en paz, no soy quien para perdonar.
TÚ puedes regresar para decir adiós. Estoy preparada para decir ¨No te vayas¨.
Soy susceptible al abandono y muero cuando me dejan.
No me digas adiós, no tengo cerca a nadie a quien asirme.
Acúsome de ser vulnerable a tu partida.
El adiós no fue hecho para mí en esta vida, en la otra quizás sea yo la que se vaya, la que diga el adiós final. El ¨Hasta nunca¨ que no vendrá porque no nací para decir adiós..
los adioses enoblecen a la gente
ResponderEliminarLady Jo: Los adioses no son hechos para mi. Me transmiten abandono por ser yo.
ResponderEliminarNada más cruel que me abandonen por ser yo porque para mi no hay otro significado del adiós.
Cada vez que pasas, me traes recuerdos del ayer que no se va,
Te quiero.
Me llegó al alma. Y me sentí identificada en muchos momentos.
ResponderEliminarSabes qué prefiero creer ahora? Que los "adioses" deben ser vistos como un "reencuentro futuro". Pues todo adiós, TODO SIN EXCEPCIÓN, tiene un reencuentro.
Un beso Malque...
Indefectiblemente, el adiós final llegará, a mi, no dentro de mucho, por ley de vida simplemente, y no pasará nada, la vida seguirá para los que se queden...
ResponderEliminarBesos y salud
Yo pienso que los adioses son heridas, difíciles de sanar... Hay que buscar un mengurge para sanarlas o aprender a vivir con ellas!
ResponderEliminarUn beso
Nada nos prepara para una despedida, desgarran el alma y acrecientan la herida, sin embargo no podemos detenernos en el camino, debemos avanzar. Un abrazo amiga. Fuerzas!
ResponderEliminarCasi nadie puede soportar estoicamente los adioses...
ResponderEliminary pensar que las mejores canciones son las que tratan sobre el adiós. un beso.
ResponderEliminarLos "adioses" siempre se me hicieron una súplica a los Hados o dioses para que cuiden del destino ajeno.
ResponderEliminarSin embargo yo prefiero decir hasta pronto ya que nada es definitivo... o yo no quisiera que nada fuera definitivo...
¡saludos!
Malque..casi se escapan las de candy por mis ojos.. yo tampoco nací para que me digan adiós... pero desde siempre ha sido mi camino más recorrido..
ResponderEliminarAbrazoo!!
Yo siempre he preferido un "hasta pronto" a un adiós.
ResponderEliminarSiempre duelen, por más que no queramos.
Saludos.
Querida amiga, tu entrada envuelve poesia en texto y mucho de comportamiento
ResponderEliminarEl adios parten por la mitad a quien lo dicen y mas si es para siempres
Un abrazo
Dicen que lo efímero y las despedidas sirven para que valoremos mas a las personas por lo breves de su estancia en este mundo, pero al igual que tu creo que no deberían de existir, duelen y dejan heridas profundas, coincido en que tampoco se es muy fácil decir adios :(
ResponderEliminarVan apapachos tu :D
Qué razón tienes!!!...Quién quiere soltar lo que un día le hizo feliz?..Pero dime, qué es un adiós??...una palabra?...un acto?...un dolor o un vacío?...Algo puramente físico, al fin y al cabo...Lo terrenal SIEMPRE se desvanece...por eso me gusta pensar que hay quienes pueden con un simple adiós, irse de nuestras vidas; pero nunca será decisión suya el irse de nuestros corazones...La vida da tantas vueltas Flor...que nunca se sabe lo que un adiós va a significar..
ResponderEliminarUn beso enorme (te escribo si?).
He leido mas arriba, en un comentario que "todo 'sin excepcion' tiene un reencuentro"... Lo ignoro.
ResponderEliminarEn cambio, lo que si se a verdad plena es que, todo lo que surge, cesa. Es decir: todo tiene un final.
Asi, por tanto, los "adioses", tenidos por finales, serian desde mi punto de vista, algo mas que razonable y logico. Ya, los matices, serian otro cantar y, naturalmente, ese cantar es muy personal y su causa, su origen, se halla en nuestros apegos y nuestros miedos. Ahora bien, ¿Que es el apego? ¿Que es el miedo? ¿Como son ambos articulos, que tamaño, que alcance, que dimension, que profundidad, que fuerza tienen?... Y yo,... ¿Que energias, que capacidades tengo para comprenderlos, asumirlos y erradicarlos? ¿Que me impide actuar con claridad y liberarme?
Revisa el interior del vehiculo de tu vida, baja la ventanilla lateral, deja que entre aire nuevo en el habitaculo y, empieza a desalojar por la recien abierta ventanilla, todas aquellas cosas -recuerdos- que ya no reman hacia adelante, aquellas que se quedaron varadas en orillas negras y las que fondearon o anclaron en tu vida para impedirte avanzar plenamente feliz y libre.
Es dificil, es duro, es penoso,... pero tan necesario como valdear la casa o ducharse o cepillarse los dientes.
La higiene, es higiene y, en el campo emocional, se agradecen mas que en cualquier otro lugar.
Paciencia y animo. ¡A por todas!
Bss.
Namasté.
No digas adiós ni dejes que te digan adiós... mejor haz de cuenta que fueron a comprar el periódico.
ResponderEliminarA mí tampoco me gusta decir adiós. Cada adiós es un mordisco a la muerte.
ResponderEliminarAquí ando leyendo tus lágrimas. Tratando de entenderte.
Besos.