(cuento sin prosa ni estilo, escrito con ideas absurdas y poco sustanciosas)
Puede que me esté llegando el agua a los talones y decido de a poco acercarme al dios amable que me mira todas las noches desde un lugar poco visible. Tengo tanto que pedirle y poco que ofrecerle. A los santos ni se diga. Los ayudantes de dios ya me sueñan gracias a la violencia desatada en este país.
Mis antiguas amigas decían que cuando nos acercamos a dios es porque vamos a morir y queremos redimir nuestra alma. ¡El diablo cargue con ellas!
Nunca en domingo.
Los domingos dejo descansar a dios.
Los domingos no es como entre semana que pido que cuide a mi familia, a mis hijos, a mi esposo, a mis nietos, a mis perros, a mi gato, a mi hermano que vive cerca, a mi hermano que vive lejos, a los niños de la calle, a mi amiga que tiene cáncer, a mi amiga feliz, a mi amiga desgraciada. Que cuide el coche de Barry de los ladrones porque si lo siguen desvalijando dentro de poco será una carcacha.
Que cuide a mi hijito y a mi hijita. A mis hijos adoptados. A...
Pido a dios en esos lapsus espirituosos en que estoy aterida de frío, acurrucadita en mi cama que salve a mi país. No ayudes más a los malos por favorcito. Escúchame, yo sé lo que te digo.
El domingo a dios no le pido nada. Tiene derecho a descansar como todos.
No voy a misa para evitar vea mi cara de beata redimida. Acúsome señor de haberme alejado de ti. La causa no la sé pero deberías decir a tus siervos sacerdotes que no asusten a la gente lanzando como aves de mal agüero maldiciones camufladas de advertencia.
Los domingos no le encargo a dios ni a ningún santo a mi familia. El domingo no hago caso al llamado de las campanas.
Los domingos diosito no existe. Pienso luego no existo.
De niña cuando estaba lejos de mi familia, acariciaba a los santos rezándoles quedito para que mi familia estuviera bien. Pedía por todos con lágrimas en los ojos. También pedía por mi muñeca Beatriz, la que caminaba tomada de mi mano.
Confieso que sentía miedo alejarme de ellos a tan tierna edad pero era por mi bien.
Agarré la manía de tocar a los santos para que me sintieran cerca y se dieran cuenta con esa cara de cruel sufrimiento que tienen que estaba ahí, sola y mi alma.
Alguna vez la virgencita del Perpetuo Socorro me ayudó en un examen cuando iba en primaria. En realidad no tenía otra cosa que hacer más que aburrirme y estudiar por eso fue que mis calificaciones eran perfectas en ese tiempo. La virgencita hizo acto de presencia y ya pero le digo que me ayudó a aprobar para que viera que era agradecida.
Dualidad absurda en este mundo descabellado.
De niña no me consideraba inteligente por eso decía que me ayudó la virgen esa ocasión. (No vale reírse de mi inocencia).
Aprendí a usar el cerebro.
En los demás exámenes saqué diez siempre porque me sabia lista aunque era infeliz. La infelicidad está adherida a mi nombre sin razón ni vestigios ocultos.
Comencé a perderme en el laberinto de las letras y la buena ortografía la que a veces me falla pero es porque tengo principios de vejez obnubilada y por eso. (La falta de acentos en mis comentarios la tiene el iPad, me deslindo de ello).
Mi madre supo todo el tiempo de mi congoja infantil pero ella al igual que yo no podíamos hacer nada. La pobreza es un estigma para la gente como yo. Nunca olvido cual es mi sitio en las jerarquías absurdas de una sociedad decrépita donde hay pobres y ricos, no personas.
La iglesia nice de San Cayetano acogía mis ruegos de niña con familia prestada. La manía de tocar a los santos se arraigó como una especie de lapa mental imposible de quitar. Si buscaran bien en la imagen de la cabecera verían mis huellas infantiles por doquier.
Creía que si no tocaba a los santos mi familia podría morir y sería mi culpa. Cuanto sufrí innecesariamente por ello.
Es un crimen asustar con los castigos de dios y los infiernos esperando por mi.
Un día lo desafié renegando de él. Dejé de ir a misa. A las iglesias pasaba únicamente por fuera. Vi que nada pasó en ese alejamiento, entonces liberé mi mente aunque no del todo porque muy en el fondo de mi alma dios me asusta.
Discúlpome ante él y mi poca fe.
A veces me pienso como las indígenas a la llegada de los españoles, (los españoles de Hernán Cortés ¿eh? no vayan a creer que los de Rajoy). No tiene nada que ver pero siento que soy muy crédula asustándome con la ira del dios infinito que todo lo puede.
Tengo un dios personalizado que no castiga ni me atormenta con la idea de mandarme quemar en los infiernos, ¿a dónde podría ir que más valga?
Dios y yo estamos empezando a limar asperezas o quizá es como decían mis antiguas amigas -¡el diablo cargue con ellas!- me estoy haciendo vieja y ando poniendo mi alma en paz.
Como sea, sigo pensando que él y yo seguimos mirándonos de soslayo sin que ninguno de los dos se atreva a acercarse.
¡PRIMEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
ResponderEliminarEs difícil ser el primero en comentar en tu blog, pero esta vez se me hizo.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo, a veces me da vergüenza molestar a Dios para pedirle cosas más bien sencillas, pero luego pienso que como padre siempre está dispuesto a ayudarnos y se lo pido incluso los domingos.
me encantan tus divagues de hermosas letras
ResponderEliminarsiempre con vos
beso
Soy San Toro Salvaje.
ResponderEliminarPuedes tocarme todo lo que quieras, jajajjaja
Muakkkkkkkkkkk
Buenísimo texto .
ResponderEliminar... para pensar y recordar ( yo al menos ) viejos tiempos .
aquellos donde nos enseñaron a temer el castigo divino..
malo eso..
cuando nos quieren seducir a amar bao el filo del miedo .. huimos ... y construimos nuestro particular altar
.......miremos de soslayo.. pues .. pero
mejor con una sonrisa , no?
Buen domingo
Un abrazo
"Cuento de ideas absurdas y poco sustanciosas". Eres la peor calificadora de propios escritos que he visto en mi vida. Me ha encantado.
ResponderEliminarCuesta desprenderse de esas supersticiones arraigadas en la infancia en relación con los asuntos religiosos. Me he sentido de lo más identificado contigo.
Para ayudar a una niña inteligente y estudiosa a sacar buenas notas no hace falta ser la Virgen del Perpetuo Socorro. San Toro Salvaje hubiera logrado los mismo resultados.
Ese dios que se inventan los curas para tenernos acogotados no tiene ni pies ni cabeza. Cuando encuentres al tuyo me lo presentas. Seguro que es mucho más creíble.
Besos.
Pues cada uno en su rincón y a molestarse poco, no creas que no es un gran comienzo.
ResponderEliminarUn beso en domingo
Hola Malquerida! A mi no me formaron religiosamente, o quizá un poco, sin demasiada convicción. Mis padres son excelentes, muy buenas personas en la práctica y a la teoría religiosa que te manda a ser bueno siempre le encontré fallas que te enfilan al conformismo o a sentirte bueno por cumplir con tres rituales.
ResponderEliminarEn fin, que nunca tuve esos mieditos a dios o a los santos, poca fe para construir sin miedos, què querès que te diga. No creo en dios, me gustaría creer para formar parte de ese mundo social tan simpático de la iglesia, cantar con emoción, vivir esa fantasía.
Siempre te leo, pero como te comentan muchos me da como verguenza comentar. Qué pava, no?
Quise decir (veo que no se entiende bien) que si no te inculcan miedos a las represalias o castigos divinos, la fe es muy endeble, a la menor duda te explicás todo... y te quedás sin dudas.
ResponderEliminarLa de bofetadas que me recibí por no rezar, sin contar las que me pusieron de rodillas mirando la cruz por no hacerlo...
ResponderEliminarCreo que entre El y yo, hay algo personal.
Me inmiscuyo por acá despacito, pidiéndole permiso, pero sin rezarle...
;)
Una publicación muy sabia.
ResponderEliminarBesos amiga
Ten en cuenta aquello de, "Al vicio de pedir hay la virtud de no dar" jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
nadie escapa a esta reflexión ...en algún momento de la vida ...es una gracia que te pongan en ese jaque...de como hemos trabajado esto en la vida , después de todo cada uno e s libre como ave de hacerlo o no...y por qué...
ResponderEliminares bueno además que la vida nos da la oportunidad de transmitir nuestra sabiduría...y se agradece que se haga
gracias!
leerte ha sido para mí como asistir a la misa dominical, pero mucho más divertido. je.
ResponderEliminarbesos
Me pregunto si alguna vez Dios tiene un segundo libre, y como siempre tus pensamientos son muy entretenidos.
ResponderEliminarBesos
No se, creo que cada uno hacemos un Dios a nuestra medida, le hablamos de tú, a tú...nada que ver con la parafernalia de la iglesia y los curas.
ResponderEliminarBesos
El tiempo pasa y la gente continúa sintiendo la necesidad de creer en algo más... El tiempo pasa, la gente perdura.
ResponderEliminarSaludos
J.
Pues Mal, es necesario tener una relación personal con Dios, es una de las cosas que define en gran medida nuestra vida.
ResponderEliminarY no nos cansemos de pedir nunca Mal (aunque no todo lo que pedimos se nos dé porque no sea conveniente para nosotros), que allí nos sabemos ubicar en que Dios es Dios y nosotros somos nosotros.
Qué hermoso cuento, Flor, como un poema en prosa y a la vez tesis filosófica. Y qué interesantes tus disertaciones sobre la divinidad. De niño también aprendí a rezar, aunque fueran frases que no entendía, hasta que un cura me hizo entender que rezar era hablar con Dios. Y desde entonces le hablo mucho, a todas horas, aunque el concepto de Dios, a mi modo de ver, sea más bien un convencionalismo cultural más que una entidad concreta. De hecho, te cuento que yo creo en todos los dioses, y tengo una imagen de la virgen María al lado de Ganesha, y todas las mañanas rezo al dios Sol. Ninguno me parece superior ni más verdadero que otro. Los católicos pensarán que es una aberración, pero los que han seguido la senda del budismo lo entenderán perfectamente. Besos, Flor, que Dios te bendiga, om-mani-padme-hum.
ResponderEliminarOK
ResponderEliminarYo creo que a Dios le resultas fascinante, porque piensas más en él que sus más cercanos adeptos.
ResponderEliminarUn abrazote, mana.
SEguro que ya vive en ti, Besos.
ResponderEliminarTienes mucha suerte en tener tantas amigas... (muchas gracias). Yo, como tú, solo creemos en un dios si es poeta.
ResponderEliminarCuando escribes a libre albedrío me gustas más. (No te me vengas arriba). Beso grande.
Salud.
Ese Dios es Dios, no el violento, vengativos, prodigador de las peores matanzas. Un abrazo.
ResponderEliminarESa es la salida: un Dios personalizado. Nadie nos lo impone, y satisface el acercamiento a él...Un abrazo grande y de siempre para vos. Carlos
ResponderEliminarHola Flor María. Lo primero de todo pedirte perdón porque en algunos párrafos me he echado unas risitas.
ResponderEliminarYo diría que aun sigues siendo muy inocente.
Me encanta como está escrito el texto.
Es lo malo que de chicas en los internados de monjas o frailes, nos castraron mentalmente. Y nos metieron un montón de miedos y de pecados mortales. Yo no sé si creo en Dios o en el diablo. Por cierto el diablo anda por el mundo a pesar de que no se le ve el rabo porque lo lleva bien guardado. Diablos ladrones de guante blanco. Malvados que hacen daños a niños/as. Asesinos etc...El demonio de estos tiempos también tiene rabo pero lo esconde, y los cuernos, y el tenedor para asarnos en el infierno y pincharnos como si fuéramos croquetas :-)
Mi religión o mi creencia es hacer el bien sin mirar a quién.
Mi Dios son todas las personas que ayudan a otras personas. Sobre todo a los misioneros y misioneras los tengo mucho amor y respeto. A las personas voluntarias que ayudan a cambio de nada. Los curas y las monjas lo siento si ofendo a alguien pero no me gustan. Sólo asisto a misas de difuntos y no me gustan los sermones.
De niña también rezaba pidiendo por mi padre y por mis abuelos. Y pedía por esa abuela, madre de mi padre, que no nos quiso y nos internó en un orfanato a mi hermano y a mí. Mira si somos de niños inocentes que no tenemos odio. De grande se me desataron todos los demonios dormidos en mi cuerpo durante mucho tiempo. Ahora soy más mansa que un cordero. No le debo nada a nadie. Sólo la vida a mi madre.
Tú por lo que veo en tus escritos no necesitabas milagros para aprobar las asignaturas. Se ve que has sido muy aplicada.
Saludos y abrazos fuertes. Me he reído mucho con tu texto
Todos de alguna manera y en cualquier momento necesitamos acercarnos a Dios, es algo inherente a nuestra condición humana.
ResponderEliminarUn abrazo.
tu comentario que me dices que no se guardó, lo busqué internamente en "comentarios a la espera de aprobación para ser publicados" y en el spam, pero no hallé nada.
ResponderEliminara veces internet falla al momento de la publicación de un comentario y este no se publica. a veces sucede.
besos.