La Bellita y Babo Alejandro de fiel guardián
He repetido como loro huasteco que no me gustan los viernes porque son tan largos como la agonía de un preso -no imagino como es pero así dicen- pero llegada la noche todo cambia porque tengo oportunidad de abrazar a la Bellita que llega a cambiar la soledad y silencio de mi casa.
Cada viernes trae algo nuevo. Alguna frase, algún gesto, alguna palabra.
En días pasados tenía un ademán en el que nos ordenaba guardar silencio. Otros no me dejaba hablar poniendo su manita en mi boca diciendo ¡Shhh ¨buela¨!-no entiendo porqué si mi voz es tan linda como la de una aeromoza o anunciante de super- y otros quería que la abrazara pero sólo fungía como puente para llegar con su Abuelo :(
La palabra aprendida la semana pasada fue ¡Quítate!
Tenemos que enseñarle a decir ¨Con permiso¨, porque tiene que ser toda una niña muy educada. No podría ser de otra manera si es mi nieta, lo que se hereda no se hurta. No lo parece pero yo lo soy y si lo dudan allá ustedes.
Tenemos que enseñarle a decir ¨Con permiso¨, porque tiene que ser toda una niña muy educada. No podría ser de otra manera si es mi nieta, lo que se hereda no se hurta. No lo parece pero yo lo soy y si lo dudan allá ustedes.
Yo mientras seré feliz para siempre, claro que el para siempre será hasta el lunes cuando la ¨normalidad¨ llega de nuevo a mi casa y la sonrisa de Natalia retumbre entre las paredes guardando su eco hasta el otro viernes y nos deje como lelos.
¡Ay que cursi me leo!
¡Ay que cursi me leo!