La primera vez no lo disfrutaron tanto como ahora. Solo que habían preferido no subir al mirador que estaba en ese poblado, la reina cada vez estaba más cansada y subir tantos escalones sin ayuda de nadie, eso si que era imposible para la MaLquErida, además desde abajo podían disfrutar la vista sin mucho esforzarse. Veían a los pescadores con sus redes como mariposas, parecía que estaban pescando aunque en realidad posaban para la foto, porque nunca vieron que sacaran ningún pez, y además pasaban con su sombrero para que los aldeanos les dieran una moneda, ash! así qué chiste.
Prefirieron pasear entonces por la pequeña comarca y disfrutar la vista del lago, el rey dió de comer a dos patos que se acercaron al ver que llevaban algo en las bolsas que llevaba la reina. Un pato tenía un ojo mal, no podía ver, entonces el rey Barry le daba más comida al patito enfermo que al otro.
Disfrutaron la vista, comieron algo y vieron pasar el tiempo sin más preocupación que el ver como el sombrero de la reina volaba cada que el viento soplaba sobre ellos. Reían, reían con una risa tan sana, tan tierna, parecían dos chiquillos jugando; una tratando de agarrar el sombrero y el otro regañándola porque el viento se lo tiraba a cada paso que daba la reina.
Cuánto disfrutaron ese paseo los reyes.
Después de descansar un poco, decidieron caminar por una villa pequeñita, que parecía sacada de una postal, pasearon por sus callecitas, sus iglesias, sus comercios. Compraron cosas para los príncipes, para el castillo y compraron y compraron hasta que el rey se tuvo que poner un poco serio, porque la reina hubiera podido comprar la villa completa si el rey no le pone un alto.
Ella sola acabaría con los tesoros del reino y pasarían de ser reyes a mendigos, que no méndigos.
En alguien tendría que caber la prudencia y la cordura.
Un caballero muy atento se acercó para ofrecerles pasar dos días mas con ellos, solo que tuvieron que declinar la invitación, debido a que la reina tenía cita con el oftalmólogo y no podía posponerla un día más. Al fin y al cabo, dentro de poco estrenaría unos lentes más acordes con la personalidad sofisticada de la reina, bueno no, más bien los otros que tenía ya habían pasado de moda y tenían que aumentar la graduación, en honor a la verdad.
Además el lunes tenía que levantar al príncipe Muny para cumplir sus deberes laborales, porque eso de despertarse solo nomás no se le daba y la princesa Kiku no era así que muy buena para suplir a la reina madre en sus deberes, así que había que acortar las vacaciones, digo el paseo real y regresar cuanto antes.
Antes de llegar a su destino, degustaron unos ricos manjares que consistieron en algo que la reina no supo adivinar que era, y prefirió mejor pedir una comida mas acorde con su estomaguito delicado.
Regresaron a la cabaña real y repasaron cada momento que habían pasado juntos ... y los dos quedaron de acuerdo en que esos viajes se repetirían tan pronto como pudieran.
Ya no dejarán que el tiempo se les vaya de las manos sin disfrutarse, sin estar juntos.
habían descubierto que no solo el sexo mantiene a una pareja unida.
Ellos saben que lo que los une es más fuerte que eso... saben que nacieron el uno para el otro y saben que ni la muerte los separará.
Por fin! dspués de ese pequeño pero grandioso viaje, regresarían a su nido de amor... a su castillo.
La MaLquEridA y el rey Barry saben que hay algo que los une, algo que no se puede ver, pero que se siente... es amor.
Si ya sé que es muy cursi el final, pero es mi cuento y ya... se acabó.
Y colorín colorado, este cuento por fin! ha terminado.
Este cuento terminó pero aseguramos que vendrán otros cuentos... de distintos géneros, distintos paisajes, distinta comida, distintos volcanes y porque no... distinguidos lectores.
ResponderEliminar¡Salud!
estem... y no nos trajiste aunque sea unas postales?
ResponderEliminarmuy buen cuento!!!!!
ResponderEliminaroye a mi si me gusto el final....sera que soy cursi!!!
jajajaj
feliz fin de semana
Muy bien, muy bien. Mejor aún saber que la reina mire con buenos ojos seguir viajando. Y como ya lo he dicho, bien por Mr. Barry. Abrazo.
ResponderEliminarHaaaa que bonito amooor, se ve que la pasaron muy bien, como se pasearon, y pues ni modos, tener que regresar es parte de la diversión, que bueno que ya estas devuelta bonita
ResponderEliminarNaahhhh, no es cursi, es bello... que me trajiste????...
ResponderEliminarObvio q comencé con Bunbury
Hermoso final! Sera que yo tambien soy cursi...
ResponderEliminarEspero que los viajes si se repitan, y que los disfrutes tanto como este, mi Malque... y que nos traigas dulcecitos tradicionales como souvenir!
Besitos!
Mal querida, que bonitas historias Reales de verdad. Me parece que su Majestad la Reina Hongo, andaba por mis Comarcas (presiento por la descripción otorgada) y que bonito es lo bonito, a poco no?. Ahora que yo moro en su Comarca y usté fue a la mía ...ayyy como extraño todo lo que relató su Majestad.
ResponderEliminarQue bonito viajes Mal Querida, que bonito y que bien que lo narras. Un abrazo y un beso (ya dije que yo sí soy re empalagosa)
Víctor: Y sobre todo Distinguidos, claro que si.
ResponderEliminarUn saludo.
Jolie: MMM... sorry, no sé subir fotos, jajajaja
P´Pito: Ahora conozco una una faceta más tuya.
Un saludo.
Ivanius: Gracias.
Crudo: Muchas gracias.
Manto: Serio?... cursi, cursi, de plano?.
Pancita: MMMM1 te traje una botella de charanda, quieres?.
Pelusa: Si traje quieres uno?...
mariposa: Cómo es que cambias ese lugar tan hermoso, para venir a vivir acá?... dime... cómo?.
jajajaj que buen final
ResponderEliminarasi me gustan los cuentos
finales felicies.
aunque a veces me gustan los finales infelices...
:S
cuestion de enfoques.
SIIIIIII!!!!! Quieroooo!!!
ResponderEliminarLa comida mexicana, mi Malque, es para mi casi casi lo mejor de tu pais! Y los dulces... para chuparse los dedos!
(A veces me levanto pensando en la quesadillas de huitlacoche, o en unos huevitos con mole poblano... mmmm... se me hace la boca agua!)