Eran las 3.06 de la madrugada, cuando la doctora me dijo que había tenido una niña, una niña a la que de inmediato le conté los dedos de la mano y los dedos de los pies.
El dolor que sentí cuando el médico te sacaba de mis entrañas, sentir como te jalaba y parecía ser que te aferrabas a mi, era una lucha entre tu y el doctor.
Fué lo último que recuerdo, antes de caer en la inconsciencia, en un abismo negro de dolor.
Cuando desperté, lo único que quería era bañarme para poder verte y darte de comer... por primera vez.
Sé que esa experiencia fué muy dolorosa para mi y tú lo intuías de alguna manera, porque llorabas desesperada y yo lloraba por no saber qué hacer.
Mamá me regañaba mucho porque decía que el dolor que yo sentía te lo pasaba a tí y por ende sufrías mucho.
Que bienvenida te dí.
Decidí dejar de darte de comer a los dos meses por el bien de las dos. Fué una cobardía mía, pero era lo que la razón me dictaba, no podía más.
Aunque claro, el médico dijo que podía darte fórmula porque de cualquier manera tenías algo que no te dejaba digerir la leche, entonces había que comprar una fórmula especial.
Siempre me gustó como te peinaba, con tus dos coletitas, tu ropa siempre de la mejor, tus vestidos de princesa, aunque algunas veces te vestí de mezclilla, con botitas tan tiernas, tienes una foto, recuerdas?.
Cada mes era festejarte, con pastel y vestidos, aunque los vestidos te los comprábamos cada semana, qué importaba si eras la reina?.
Después, empezaste a crecer, a ganar diplomas, a salir en las escoltas, a tener muchas amiguitas.
El primer roce de manos... recuerdas?... nunca te lo he dicho pero... yo ví. Vi a Julio y te vi a ti...nunca te lo dije.
Después la secundaria, los problemas de aceptación, el rechazo de compañeros de salón, las hipocrecías de ¨amigas¨, el novio que te soltó la mano al ver a alguien que venía de frente.
La preparatoria, el irnos a vivir solas, el regreso del departamento a las clases de guitarra y después a la casa de los abuelos. Eras feliz?... nunca te lo he preguntado.
La universidad, los amigos, las primeras salidas con tus amigas y tomar algunas cervezas. Quedarte en casa de alguna de ellas, aunque antes de eso, ya me habías dejado dirección, teléfonos de todas las amigas con las que íbas, saber con quien te íbas a quedar y preguntar si tenían familiares hombres, por el miedo que me daba que te quedaras en casa ajena.
El servicio en W, el que te apreciaran tanto, el que te gustara demasiado tu carrera que aceptabas casi nada de pago, para poder aprender.
Los amigos que hiciste, muchos de ellos ya personas mayores que solo tienen buenas palabras para ti.
Padecer la misoginía de un tipo, que puede tener todo el dinero del mundo, los mejores empleos, salir en todos lados, pero te cerraba todos los caminos solo porque no te dejabas y porque eres mujer, vaya tipejo!.
La oferta de trabajo en Guadalajara y el pronto regreso porque descubriste que todo había sido una triquiñuela del tipo para quitarte del camino.
Y si... te quitó de su camino... así de fácil. Gajes del oficio.
Regresar al saber la muerte de tu madre,- tu verdadera madre-, el dolor que sentiste cuando te lo dijeron , lo que lloraste y lo que sufriste al no poder hacer nada.
Ahora en tu nuevo empleo, batallar con gente que no tiene vocación, pero que está porque se acuesta con el jefe, o porque se viste provocativamente... qué se le va a hacer?... esas tipas existen en todos lados.
Te está costando trabajo salir adelante, pero lo estás haciendo por tus propios méritos y eso hace que me enorgullezca de ti... me siento pavoreal.
Sabes que el dolor que sentí cuando naciste, es nada comparado con el dolor que me da al ver la frustración que sientes cuando creés que todos los caminos se te cierran?.
Ójala pudiera ayudarte, pero eso mi chiquitina, eso lo tienes que hacer TÚ, pero sabes que siempre, aún cuando sea enojona, grosera, malhablada, siempre, SIEMPRE estaré al lado tuyo...SIEMPRE.
No importa que no te quieras casar y me amenaces que te vas a quedar a vivir conmigo toda la vida, no importa que no quieras tener hijos, no importa que no quieras saber nada de los futbolistas... no importa nada.
Lo único que importa es que eres mi HIJA... mi KIKU... la Reina de mi CORAZÓN.
Te amo KIKU. ¡¡¡ FELICIDADES!!!