Páginas

lunes, 18 de noviembre de 2024

De dichos, hechos y derechos desechos


Siempre de los siempres siempres que me recetan un nuevo medicamento investigo de que va para saber que le meto a mi cuerpo y tener presentes las consecuencias que este trae. Después de la medicina que casi me deja sin familia me voy a pasos más lentos. No pienso poner de nuevo en riesgo mi estabilidad ni de mi familia.

Esta vez me ha asustado mucho la medicina que me recetaron. Sin antes investigar hice el ¨trato¨ con mi hija de tomarlo por un tiempo mientras veo las reacciones. 
Investigamos precios y todo eso que agobia a los entornos de los enfermos crónicos.
Primero leí la receta. al final decía: No interrumpir por ningún motivo. ¡Alerta! Primera llamada.
Tratamiento en el Alzheimer temprano.

O sea no podríamos suspender el tratamiento hasta ver de nuevo a la neuróloga. ¿Guat a fok? Cuando llegue el día de la cita estaré muerta y mi familia no tendrá ni idea de lo que me pasó. Segura estoy que en una de esas espantosas pesadillas quedo en calidad de ¨cadáver muerto ya fallecido¨. Paro cardiaco a la voz de ya.

Hablé de nuevo con mi hija. No tomaré nada de esos menjurjes diabólicos. Mucho menos después de que la neuroloca dijo que aumentaría las pesadillas. ¡Alerta! Segunda llamada. Las pesadillas para aquellos que creen que una pesadilla es nomás soñar feo les digo que no saben de lo que hablan a menos que sea un ente diferente como yo.

Dado que asumo la total responsabilidad del pk que me habita no tomaré nada por ningún motivo a menos que me amarren de pies y manos y me agarren dormida. No, jamás, nunca. Pesadillas donde habitan seres malignos, violadores, asesinos, muerte, saqueos, alucinaciones, sueños astrales, etc. Jamás volveré a ello por mi libre albedrío eso no será.

¡Tercera llamada!

¿Ustedes tendrían miedo?
Aún cuando pregunte en medio de una charla familiar ¿Yo soy Flor?













 

jueves, 14 de noviembre de 2024

Fantasmas limpios

Sus frágiles manos tallaban con fuerza las camisetas de los hermanos pequeños. De dos en dos para poder acabar pronto la pila de ropa sucia que aguardaba al lado del lavadero esperando turno. El lavadero donde mi madre dejó sus pulmones y la mitad de su vida. Tallando y tallando llantos y sonrisas pegadas a la ropa cual mácula perenne.

La llave del agua dejaba caer en la pileta el líquido transparente enjuagando las travesuras de los hijos,  marcadas en las rodillas del pantalón o en las camisas que de tanto usarse podían escribir un libro completo de aventuras ganadas con espadas de madera y soldaditos de plástico.

Aventuras vividas con los hermanos. Canicas, carritos de cartón y fichas de refresco como ruedas girando a velocidades superiores a la imaginación. Jugando ¨carreritas¨ en autopistas ilustradas con un trozo de cal o uno de tabique naranja. Cuantos sueños de niños se dibujan con sinceridad infantil.

Perder una carrera se pagaba con un chicloso o el muñeco favorito. Cuantas veces ¨El Santo¨ con su peculiar pose jugaba a ser moneda de cambio.  Alueguito descansando las aventuras se compartía un dulce y se sellaba con un abrazo fraterno la amistad fraterna. Esa que pase lo que pase siempre existirá.

La tierra con la que jugaban los hermanos dejaba rastros en sus caras y cuando los sollozos llegaban por algún motivo, el camino que dejaban quedaba marcado en el pequeño rostro matizado de tierra transformada en lodo por las  lágrimas. Con mano tierna la madre limpiaba con un trapo húmedo o la orilla de un delantal viejo desgarrado por el uso.  Un beso rápido sellaba el lloro para ella regresar afanosa a seguir lavando gestas heróicas.

Alrededor de la casa limitando su territorio, la barda de piedras colocadas por el padre para hacer ver a los hijos que de ahí no se pasaba.
¨Nadie sale sin mi permiso¨, decía el padre con voz de trueno.
El límite de sus sueños ( si es que los sueños tienen límite),  era la barrera de piedra. Sólo se podía atisbar el futuro por las rendijas entre piedra y piedra por donde los pequeñines se asomaban  a ver la vida.
Echaban a volar la imaginación sin dejarla volar tan alto para tenerla a la vista, pero tan bajo para sentirla segura y que no se escapara a ningún sitio mejor que el de su casa.

La madre levantada desde muy temprano comenzaba a lavar para aprovechar las horas de silencio que antecedían al bullicio que empezaba cuando uno de los niños despertaba y este comenzaba a molestar al otro.
Y el otro al otro. Y el otro a la otra como fichas de dominó cayendo una tras otra, hasta que el más pequeño pedía con llantos urgentes un biberón para saciar el hambre matutina.
De esa manera la casa estiraba sus brazos, y con un bostezo fuerte anunciaba a mamá que era hora de preparar el desayuno. En tanto Lou con manos y paciencia de madre ignota mecía entre sus pequeños brazos al bebé llorón.

Mientras la ropa blanca que mamá había tallado quedaba tendida en las piedras para que el sol le ayudara a dejar blanca una ropa que con solo verla, no se podría adivinar de que color era antes de usarse.

Todo el día, todos los días los lazos estaban ocupados con ropa secándose.
Sin descanso la madre los llenaba con ropa mojada y dejaba que el tiempo y el sol hicieran el resto para poder meterla ya seca y de nuevo esperar cómodamente doblada a ser usada.

En las noches, cuando la mayoría de los hijos estaban dormidos, me gustaba asomarme al patio. Veía la ropa blanca colgada en los  lazos moviéndose al compás del viento. La luna alumbraba con reflejos plateados un montón de entes blancos queriendo escapar de los lazos a los que estaban atados con pinzas imaginarias.
Parecían fantasmas queriendo soltarse para poder por fin, ahora si deveritas encontrar el descanso eterno.
Fantasmas limpios de dolor y de llanto sin peso que los tuviera anclados a los recuerdos de alguien.
Fantasmas que no me asustaban.

¿Cómo podían hacerlo si estaban limpios?, fantasmas buenos. Fantasmas blancos. Fantasmas lavados por las dulces manos de mi madre.


Un noviembre más con el recuerdo de tu sonrisa impregnada en el suave y duce sabor de las mandarinas.







 

sábado, 2 de noviembre de 2024

España cañí

Hace mucho mucho tiempo el hombre que fue mi padre gustaba de escuchar música de mariachi. Entre sus preferidos estaba un disco de acetato de 33 rpm titulado Mariachi Vargas de Tecatitlán cuya melodía principal era España cañí. 


En ese entonces el único referente que tenía de España era el país que conquistó al Imperio Mexica. Me llamaba la atención la palabra ¨cañí¨. Me llamaba la atención pero nunca lo investigué hasta hoy que estoy escribiendo esto.

Antes cuando no me gustaba ser mexicana -lo admito no me gustaban mis rasgos indígenas- yo quería ser española -pueden reírse un poco- porque primordialmente sus hombres tenían o tienen barba. A muchas mexicanas nos gustan los hombres barbudos y sepan ustedes que me casé con un lampiño cuyo bigote parece campo de fútbol por aquello de once en cada lado. De la barba ni hablar, le brotan unos cuantos pelitos. Los mexicanos les decimos a esos pelos ¨barbas de chivo¨.

Pasó el tiempo, la absurda idea pasó al olvido hasta que apareció en mi vida Enrique Bunbury. La idea de ser española ya no existía. No me resigné a ser mexicana simplemente fui aceptando mis raíces y pues es lo que hay y no hay manera de cambiarlo.

Para mi Enrique es el ideal del hombre español que me gusta. Es todo lo que diré porque luego Barry lee mi blog y Dios guarde la hora.

El punto es que yéndome a la actualidad he estado metida en un berenjenal de situaciones que no me han permitido actualizar nada de nada. Los amigos se van reduciendo, los blogs que me leen son menos, no puedo sentarme a escribir como antes. Mi vida barata y vacía ha cambiado mucho. Hay que pagar las consecuencias.

Para finalizar este rollo quiero decirles a todos los compañeros españoles que me visitan -la mayoría desde el principio así ha sido- que estoy enterada de la tragedia que está sucediendo en su país. Me apena mucho lo que están pasando. Los mexicanos lo hemos vivido varias ocasiones cuando las lluvias deciden caer en nuestro territorio de manera torrencial. Por donde vivo se desbordó un canal pero gracias al universo no llegó aquí.

Padecimos sequías por cinco años -donde vivo- este año las lluvias fueron tremendas tanto que los ríos y cauces se salieron de control inundando casas, comercios, etc., arrastrando las aguas personas, casas, coches, todo lo que estuviera a su alcance.

Hace unos tres días escuché en las noticias las inundaciones ocurridas allá. Vi imágenes sorprendiéndome del tamaño de la catástrofe.
No puedo hacer nada por ustedes pero si puedo decirles con todo mi corazón que espero pronto se sobrepongan a tamaña tragedia.

Sé que la Comunidad Valenciana fue una de las más afectadas así que me puse en contacto con el único amigo que conozco que vive ahí. Afortunadamente tanto él como su familia están bien. Sufrieron pérdidas materiales pero todos conservan la vida que es lo más importante.

Otros amigos viven en Barcelona, mi amigo que ya no me quiere vive en Catalunya, otros viven en Madrid, y los demás lo desconozco. Espero todísimos estén bien.
(Espero no haber dicho alguna tontería o una de esas burradas que se le salen a uno sin querer).

Cuídense mucho, los quiero más allá de todos los tiempos y del mar que nos separa.


Un abrazo fuerte y solidario.



















viernes, 18 de octubre de 2024

Los Algo que me habitan

Con los nudillos del miedo, El Algo toca la pared de mi recámara. Toquidos certeros me despiertan. No hay nadie ¡Madre Santísima del Purgatorio Bendito! Nadie y mi alma. Los equivocados seres, incipientes fantasmas percudidos  buscan un sitio donde guarecer su olvido. Y yo con mi mente tan a la mano. Hazme invisible señor de los Eternos. ¿Quién me canta una canción de amor?

Aterrada, pegada al colchón de mi cama metida hasta el fin del miedo. ¿Dios existes? Corre en mi ayuda, baja de la cruz porque...

Toc toc suena macilento el estruendo de un ruido desgastado muchas veces por El Algo que me asusta. El Algo quimérico no anda ahora por aquí. Los sueños rosas terminan por entregarse al bullicio tibio del jardín de enfrente. Los Algo pecaminosos obstruyen las pupilas. En viernes cualquier objeto es bueno para deshacer fantasmas menesterosos de por debajo de la cama. Pelusas oscuras salen con un dejo de aroma sutil a tiempo perdido. 

Viernes de canto en los bares de por allá lejos donde las beatas de perfume barato abren sus reclamos de colores chillantes al hombre recordado hasta el hastío. Las monjas también tienen derecho. Obviando también izquierdo.
Los Algo vaticinan una noche larga. Exorcizo tu nombre pegado a mis labios. Te perdono todos los viernes. Y los jueves si quieres ya entrados en gastos. Cántame una canción a esa mi sonrisa. Di que sí, ándale no seas así quien sabe como.

No debí haber ido allá. Los espíritus escondidos en el lodo se pegan a la suela de los zapatos. Y luego como si cualquier cosa se dejan caer en el alma débil hallada por los caminos. A veces descansan escondidos en los pétalos de las flores de los difuntos. Ay yo con esta soledad atolondrada mucho me temo dormiré rodeada de perros pa´que no me vean Los Algo deshabitados. Ojalá se desilusionen y no vuelvan nunca de los jamás benditos. Esta noche tengo miedo pero nomás poquito. ¡Sálvame Enrique! Desparrama tus letras tristes en mis oídos. Hazme ese favorcito por hoy nomás. ¿Qué tanto es tantito? Total tu tan acostumbrado a salvar almas nada desmerecerá el poco caso que me hagas. Al fin que contigo y sin ti camino igual sin prisa. Sálvame y prometo ir a verte en el día que vendrás a este sitio donde la temeridad no existe. Donde el miedo se ha camuflado junto a los vapores del valemadrismo impertérrito. 

Los bang bang mortales se asoman al final del paraíso para recordarnos que las balas perdidas no existen, lo que cambia es el destinatario. Toda bala al salir de su refugio  lleva ya escrito un nombre. Toda bala sabe contra quien debe estampar su carga letal. 

En el lienzo blanco de mi cuaderno sigue esperando el texto a un niño suicida. Su madre me lo pidió días después de su partida. Pensé que moriría junto con él por el simple hecho de ser hijo único. Sin embargo la vida persiste haciéndonos más fuertes de lo que somos. La vida va y ella sin él sobrevive a su inexistencia. ¿Qué tan fuerte es una madre para soportar la partida de un hijo? No me es menester saber. No por favor.

Los niños no debían morir bajo ninguna forma. Deberían ser de un material resistente. Menos, muchísimo menos por propia mano. En los niños la palabra muerte debía ser desconocida, de esa manera no buscarían su salida como salvación.

¿Algún día escribiré ese texto? Segura estoy que no. Siendo un dolor ajeno mi cabeza está vedada a semejante encargo. La mente desobediente no escribe por encargo. No puedo. Quizás por eso soy lo que quise y quiero ser, libre. Libre, encadenada a mis demonios. Acabo de liberarme de otro diablillo. Uno menos en mi lista de demonios utópicos. 

Es mejor dejar mudos los dedos.

El Niño Suicida ha dejado de visitarme. Ya no despierto con el dejo de su sonrisa en mi memoria. El Niño Suicida sabe lo que lo quería y también sabe que lo poco que pude hacer por él, lo hice. Dicho queda. José y yo al final de los finales fuimos amigos en la inexistencia del ser.

Tengo miedo, no mucho, por tanto  no me asustes, acuérdate fui buenita contigo. Otras veces no pero nadie es del todo malo tampoco. No me asustes hoy ni mañana ni nunca. Yo no quería que te quedaras bajo la tierra mojada pero no podía dejarte fuera. Hay lugares exclusivos para los migrantes de la vida. 
Lo jurito, tengo mucho miedo así como cuando mi corazón quiere dejar de latir porque no estás aquí. Porque mi vida es nada sin ti.
Porque en mi soberana inmediatez, desconozco a quien escribí lo escrito. A mis Algos, sí, pero no todo tiene un destinatario. 

Todo tiene su causa aún cuando su efecto no sea a quien va per se.
















 

sábado, 28 de septiembre de 2024

Me gustas tú

Me gusta tu mirada de soslayo y tu corazón ardiente
La química desvariada y tu apología sin fondos
Los sonetos que me inventas y los versos desplumados
El fragor de tu pecho y tu rústico modo de mirar mis alas.

Me gusta tu hola en las mañanas y el adiós de madrugada
Me gusta tu norte y perderme en tu sur
Me gusta el ocaso de tu mirada y los abrazos que me das
Me gusta el céfiro del atardecer y la quietud de tus labios.

Me gustan los te amo quietos y tu sonrisa en desatino
Me gustan tus manos y sus formas en mi cuerpo
Me gustan las letras que no me has inventado y los perfumes del azahar
Me gustan tus silencios y los te quiero desbocados.

Me gusta tu esencia pero más me gusta tu presencia
Me gustan tus ya no más arrepentidos y tus no te vayas dubitativos.
Me gusta el término de tus suspiros y el reposo después del amor
Me gusta dormir abrazada al perfume de tu almohada y despertar en tus labios.

Me gustan las flores
Me gusta el arrullo de los ríos
El vórtice de tu alma anidando en mi interior
Me gusta tu nada y me encanta tu todo
Me gusta saberte camuflado en los girasoles, en los recovecos de tu locura 
En las naranjas silvestres yen el ruido de las caracolas
En los opacos distantes y en los atardeceres de colores radiantes.

Me gusta con el contigo vivo
Contigo nunca muero.




(Versado un día lluvioso y diminuto)








 

 



 

jueves, 26 de septiembre de 2024

Cinderella Star y las ganas de seguir muriendo


Porque esa es la meritita verdá, yo nací para morir sin perseguir ningún objetivo en la vida. No forjé sueños a futuro, a pasado nadie existe. 
Hace poco rememorando los objetivos de esta mi vida barata y vacía encontré que nunca he tenido un objetivo para estar aquí, un lugar que no merezco. No sólo porque lo piense o porque quiera victimizarme. Nada más rotundo que un no explosivo. Si no hubiese nacido el mundo seguiría siendo mundo. La arena del mar sin un granito menos, las olas romperían azotando cualquier nombre que no sea el mío. Barry se habría casado con alguien alegre como él. Sería feliz como no lo ha sido aquí. Hay palabras que no duelen más pero no tienen olvido.

Definitivamente mi destino era no nacer pero como soy valemadrista aquí estoy haciendo bulto en un mundo de bultos.
Estoy aquí pero sin existir. Quizás soy un ente que vino sin ser necesario a evidenciar el lado bueno de la gente que me rodea. Ángeles guardianes que ignoraban que lo eran hasta que encontraron a alguien como yo.  No era obligatorio ser yo, si ya estaba aquí por azares del destino pos vamos a darle vuelo a la hilacha. Hagamos algo para lo que no fui enviada a este mundo falaz  y contradictorio. Un mundo lleno de mentiras. Frutos secos con cáscaras de abandono. Un mundo nomás.

´tonces lo que hay que hacer es dejarse llevar sin esperar el adiós final. El ora si ya me voy a morir para siempre hermanos. 
No habrá regreso. En la vida se gana o se pierde. Yo no perdí, el destino ventajoso me ganó. 
Como tampoco se trata de generar daños a los cercanos, pos vámonos muriendo todos que están enterrando gratis.
Cuando por las noches me miro al espejo y veo las pupilas grises como las de los moribundos, digo chin ora si ya mevoa morir. Ni modo, achi ech. No me da miedo morir, me da miedo la vida, nomás por decir porque yo no le temo más que a los gusanos, a las lombrices -por eso inventé el cuento de la lombriz que logra el éxito tocando la guitarra- también le temo a todo aquello que se arrastre. A los humanos les tengo pavor si son hombres. Su estentórea voz hace que las piernas se me doblen y quede muda del susto que me da escuchar el vozarrón.  
Por lo demás no le tengo miedo a la calaca tilica y flaca. Total para cuando venga yo ya no estaré viva porque eso si, vendrá por mi pero yo estaré esperándola a la orilla del río junto con mi Tiki. El perro fiel que aún moribundo gruñía en mis brazos si alguien se me acercaba.

No estoy triste, ni deprimida ni nada. Nunca se me ha dado escribir felicidades ni alegrías escuetas. Mi vida vista desde este punto en el que ahora me encuentro, está bien.  Tampoco diré que está fregona. está  y con eso es suficiente.

Algo ha pasado que me he vuelto muy risueña, eso no quita que haya olvidado ser gruñona. Digo muchas bobadas con las que sorprendo a mi familia. Los he hecho felices en estos días en que las dosis de amansalocos cambiaron. Cierto es que he eliminado muchos antidepresivos, si no estaría como una muñeca fea acostada en la cama acompañada de los habitantes que siguen incólumes esperando irse conmigo a mi partida. No pienso dejar fantasmas olvidados por ahí. Dejaré la recámara limpia y sana como una flor sin aroma. Limpia nomás. La belleza también es un fantasma que se irá conmigo. Nunca he sido bella, mucho menos cacariza, luego entonces no habrá nada que recuerde que intenté existir en un mundo en el cual no había sitio para mí. Soy alguien siendo nadie.

Quizás en otros tiempos, tal vez en otros sitios puede que vuelva a encontrar el lugar correcto al que estaba destinada.
Mientras sigo haciendo lo que puedo y lo que debo sin arrepentimientos de ningún tipo. No tiene caso arrepentirse de lo mal que uno hizo si no hay forma de resolverlo. Lo hecho hecho está y no hay más. En esta pinche vida estoy por pagar con el puto karma los hechos más bochornosos que pude cometer. Tampoco tengo temas escabrosos. Que nadie me juzgue.  El karma existe, Compi siempre me lo decía, el karma existe. Comprobado  queda.

Ni más que hablar, ni más que decir. En esta vida aún faltan cartas duras que escribir, textos agradecidos que redactar. Sonrisas valientes para quienes solo han pedido mi felicidad.. Y nada más. Lo demás será siempre lo de menos.

Dicho queda. 
Suya que no soy, la MaLquEridA, Jennifer Natasha, Cinderella Star, Nena Daconte, Jesusa Palancares o Flor de María como gusten llamarme. Igual soy quien no soy.








lunes, 9 de septiembre de 2024

Yo solo sé que no he cenado

¿Cuantas veces he intentado escribir y el desgraciado pp no me deja?
Mi cabeza acumula textos cortos, largos, medianos. Sin chiste y sin espíritu literario.  Se van acumulando en los archivos de la desmemoria. Los tengo aquí en la punta de los dedos pero estos comienzan a moverse con ritmo esquizofrénico. Mi mente tararea la canción desconocida con la que se mueven. Acordes locos sonando a la de sin susto. Lalaralara pum pum pum pum poing!

Ay escribir acostada y en el celular es trabajo de titanes. Se mueve la ese, la jota y la be. La erre corre sobre el teclado cobrizo. La eme se menea como olas en mar agitado 

No puedo dormir. La cabeza sobre la almohada retiene poco el espíritu rebelde acuñado en mi cabellera. Cuando era pequeña amanecia con los rizos para ningún lado. Mamá decía "no es tanto lo que te contaron sino la cabeza que te pusieron". 
Mi greñero atisbaba la llegada del peine para rebelarse. Nunca me ha gustado peinarme. El pelo bien peinado no se hizo para mí.

Me duele la mano por la presión que ejerzo sobre el teléfono para evitar que se caiga. Hay de oídas una sentencia para él: No habrá teléfono nuevo: No señor. No habrá.

He estado tomando más levodopa que la recetada por el neurólogo, quizás esa sea la causa de los mareos matutinos. Pongo los pies en el suelo y alguien disoluto jala el piso para hacerme caer. ¡Maldita maldición! ¿Quién osa quererme tirar?

Mi cuerpo está perdiendo control sobre sí mismo. La pierna derecha a punto de llegar al suelo. La izquierda tiembla casi al borde del precipicio .
Oigo ruidos fuera de mi recámara.
Es Barry. El dolor en su pierna no lo deja dormir. ¿Por qué Barry y yo sufrimos de lo mismo? Dos ancianos jóvenes sufriendo de un dolor eterno de piernas.

Laura me hablaba el otro día sobre la nueva canción de Beta. Mamá -dijo- ¿si tuvieras oportunidad de pedir un deseo, uno nada más, qué pedirías?
Dado que mi cabeza es una olla de presión que al menor movimiento deja escapar el vapor, respondí:¡caminar! pero rectifiqué de inmediato. Nah, pediría completa salud para Barry. Que pudiese caminar, bailar, moverse como antes. Desaparecería su dolor aunque eso me llevara a perderlo para siempre. Pfff que cursi me oí. Él y yo somos amigos, luego entonces el mundo gira sin contemplaciones para nadie jamás.
Nadie mejor que Barry sabría sacar provecho a la vida. Yo soy triste, callada, enojona. Un verdadero higadito porque soy chiquita. Yo nací para morir. Barry para ser feliz y hacer feliz a los demás.

He tomado una dosis doble de levodopa, para amodorrar el temblor obtuso y deje que mis dedos escriban. Cosa es empezar a escribir y no parar. 
El temblor disminuye, los pies cuelgan de la cama. Lana del Rey me ha mordido. Méndiga gatita hija de su gata madre, si me vuelves a morder dejaré que Epi caiga sobre ti y no correré en tu auxilio.

Hace. rato leía un texto viejo. No reparé en que había dado publicar, hasta que me apareció "publicar", vaya bruta. Equivocación. Aí se lo haigan ustedes habrán de dispensar.

Ahhh mi mandíbula se ha relajado, los dientes han dejado de producir ese tribal sonido agudo.
2:45 de la mañana. Tengo los ojos color semáforo en alto. Lagrimean mucho. Soy un títere vestida con harapos de colores brillantes. Cada vez soy menos yo y más un ente invisible.
Quería seguir escribiendo en El Sillón de la Marmota pero los bichos imaginarios habitantes de mi cabeza me asustan. El escarabajo de Hermann Hesse, que desde hace varios años vive en la cocina me asusta. Lo miro bloqueando la puerta del patio y comienza a darme taquicardia  Corro a la sala para evitar me hable pero en la ventana que da a la calle se encuentra parado sonriendo fijamente mi hermano Arturo. Los hermanos sonrientes no deberían dar miedo a menos que estén muertos.

Por fin, está llegando el sueño. Las pestañas han comenzado a abrazarse para dar paso a la oscuridad que habita en mí. 
El pp está ganando la batalla. Por mucho que digan que no mata, nos deja en calidad de seres abyectos pudriéndose dentro de sus propias vanaglorias y derrotas comunes.
El pp me mata a cada segundo, puto mal bicho ha comenzado a robar mis memorias y mi independencia. Termino por olvidar tantas palabras y significado de algunas. He pedido a Laura que no me pregunte más, todo lo he olvidado.
Pronto seré una muñeca de trapo escondida entre los brujos seres habitantes, compañeros mudos pero feroces aniquilando a un ser humano imbatible. 

Dicho lo dicho -que ha sido bastante, sello personal de la casa- los textos largos sin frases coherentes se escribieron bajo la rojiza luz del teclado de mi celular.
Ignoro cómo saldrá publicado este texto pero el objetivo principal que era dejar de temblar para poder dormir, se ha conseguido.

Ton's para terminar, digo yo como dice la Adriana con algunas palabras mías: "Nos vemos cuando sea menester vernos".  La vida se encargará de ello. Y si no, pues no. Los seres extraños e invisibles tenemos la particularidad de desaparecer sin dejar huella tal como Jacobo Grinberg.

Si ven a Armando Carreras díganle que lo ando buscando para entregarle ese abrazo de despedida que nos merecemos. Juntitos corazón con corazón frente al Mediterráneo. Nuestros latidos acompasados llevarán el ritmo de dos que se quieren con infinita ternura pero que la adultez les ha permitido alejarse uno del otro. Malhaya el genio ingrato, mecha corta sublime encendiendo sus enojos por cualquier nimia cosa. Oh señor de los seres distantes permite que Armando y Flor de María se reencuentren como aquella vez en que el Mediterráneo dibujó en las pupilas el corazón de dos amigos queriéndose profundamente. Amigos hasta el fin de los tiempos.

Si lo ven díganle que lo extraño como el colibrí al polen de las madrugadas.

Regreso cuando todo esto haya pasado y no quede más que el recuerdo de una pesadilla producto de los amansalocos. Igual nada terminará. Mujer de poca fe pongo la esperanza en la yema de mis dedos.


Click!🤗🤗🤗

 

                       






 


sábado, 31 de agosto de 2024

Onomatopeya de la risa

o lo que es lo mismo háganse a un lado que estoy trabajando. 
¡Atrás de la raya carnalitos!

Resulta pues que no hay mal que por bien no venga ni perro que los aguante o, ¿Cómo era?
La cosa es que uno anda por la vida del tingo al tango sin tener ideas absurdas o abyectas dictadas por el perro destino, como morir sin despedirse o en el mero día del cumpleaños de uno.
La vida es y la muerte más.
Háganle como quieran.

Un buen día tienes cita con el neurólogo y te dice que ha llegado la hora de ir con el neuropsiquiatra porque lo que he hecho sin darme cuenta es peligroso. Dicho en otras palabras puedo llegar a dañarme por mi propia mano. ¿Dañarme a mi misma? ¿Por mi propia mano? Ni modo que con otra. 
Nunca lo he hecho ni lo volveré a hacer. Jamásmente.

´tonces le prometí que haría ejercicios diarios y que controlaría mi ansiedad y que no tendré olvidos infantiles ni... No quiso. Dijo que nel, me dio pase directo con la neuropsiquiatra o sea la mera mera de los amansalocos.

la Lic. la Emilia me acompañó porque el Barry no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, mariguana que fumar.o

Se me salieron las de San Pedro, vulgo lágrimas arrabaleras. Bueno, no se me salieron, la mera verdá se asomaron, pero agarráronse de ms pestañas y pus no hice el ridículo llorando como pinche vieja loca débil y sin tapujos.

Volteé a ver a la Emilia, sonreí y seguí escuchando al médico que dicho sea de paso me dijo que su mamá se llama igual que yo. Ya habemos tres Flor de María en el mundo, suficientes para esta era.

Le hizo mil preguntas a la Emilia, quien contestó correctamente aún cuando yo con la mirada le decía ¨no, eso no lo digas¨, como el capítulo de ansiedad que tuve en la mañana y que prometí no contarle a nadie pero dada la presión de mi cerebro lo hice. Eso será capítulo aparte.

La mención de neuropsiquiatría me hizo temblar como las gelatinas de Chóchil, pero bueno sabía que esto llegaría. La enfermedad sigue avanzando y por mucho que se quiera no se detiene el letal desafío. Güerever, estoy en el umbral de la locura o al menos así lo siento.

Como toda buena enferma diagnosticada con una aberración desconocida busqué en el interné toda la información que se pueda. Okey no. Eso lo hice cuando el pp. Esta vez sólo atiné a preguntar: ¿Dónde se atienden las enfermedades neuropsiquiátricas?

¿JUAT? ¿AR YU KIDIN MI? 

No sé a ustedes pero a mí, la MaLquEridA,  MANICOMIO me suena como a patada en los eggs. Y eso que no tengo.

Y ya, is ol.

Te debo dos EVA, eres lo más.


El hospital neuropsiquiátrico como dispositivo de atención a la salud mental. Los hospitales neuropsiquiatricos o manicomios nacen como necesidad de la instauración de un nuevo sistema social,




Muajajajajajaja


¡TOING!







 

lunes, 24 de junio de 2024

Concierto para violón chelo en Do mejor y un par de trompetas







(Cuento de lunes pa´ manecer martes porque pa´jueves nunca será)


Después de recorrer el mundo cosechando innumerables triunfos ha llegado a este lugar alejado de la civilización la Gran Orquesta Sinfónica de Grillos Alucinantes dirigidos por el excelso tenor José Dosbarrios de Altas Alcurnias quién además funge como solista, director de orquesta, capitán del barco y taquillero cuando se ofrece. 

El concierto en do mejor que hoy presentan a cuatro patas de su éxito mundial ¨Para no dormir¨, los afamados pianistas Juan y Rudifuldo Gómez Perellón, haciendo parada especial de esta gira en colaboración con Gabino Torrelaguna, barítono de bajos vuelos caído en desgracia tras el abandono de su amada de toda la vida Loretta Armengol Pérez Collazo. Nadie nunca antes cayó más bajo del suelo porque no había donde más caer.

También estarán en el escenario la mezzosoprano Águeda Saltelongo y el barítono Carmelo Martínez Pérezruíz y Sánchez en su gira de despedida del bel canto.
El evento está programado a la medianoche en la casa de la esquina donde siempre se ha ubicado. Para más señas la de zaguán rojo y blanco, ahí merito. Un letrero de barro de Oaxaca con la leyenda ¨Este hogar es católico, no admite protestantes¨ indica que ya llegaron.

Los asistentes podrán deleitarse como si estuviesen en primera fila, que digo en primera fila  como si estuviesen pegaditos a sus oídos los grillos sinfónicos.

En la sala, en la cocina, en el patio trasero, en los baños, en las escaleras, en el hall, arriba del baúl, etc. Donde ustedes se encuentren en absoluta comodidad podrán sentarse, acostarse, permanecer como soldados en formación. Como se les antoje. La acústica es muy buena. 
Se recomienda tener mucha paciencia dado que los grillos músicos no se callan hasta que se callan. Ni antes ni después porque así son ellos, un poco necios.

Habrá un pequeño intermedio cuando a algún músico se le de la gana estirar las patas. Nadie podrá abandonar el anfiteatro so pena de ser abucheados por los presentes. Aí se lo haigan si se les ocurre salir manque sea a fumarse un cigarrillo de hoja verde. 

Si la dicha es mucha y el placer es poco podrán terminar la noche sin haber pegado el ojo pero muy felices. Los ojos de cotorra llorona se desinflaman con bolsitas de té de manzanilla sobre los párpados. No vayan a creer que tomado ¿eh?

Al final del concierto podrán acercarse a los grillos digo a los músicos para hacerles una que otra observación (por si acaso exista alguno que no haya visto los bichos de cerca y quieran saber de qué color tienen los ojos).

Como cortesía de la casa se ofrecerá un ambigú consistente en croquetas de malvón, salpicón de huele de noche, orugas tibetanas en salmuera. Croissant engarzado con volutas de jamón serrano traído de allá muy lejotes. Macerado de lomo de mosco zancudo. De postre Parfait de leche de cabra sangrona y Patas de araña esquinera rociada de chocolate blanco con un pis de licor de borlote.

Todo servido con los mejores vinos traídos de los exclusivos viñedos de Dn Pedro de la Garza y Garza de los Garzas ubicados por donde vive la señora de los tacos. No la de delantal y rebozo de bolita. Esa no. Yo digo la de los tacos de guisado de a dos por cinco o tres por diez según les salga más barato.

El personal de servicio vestido de etiqueta les atenderá en cuanto asomen las antenas. La propina -aquí si se da propina porque es mi cuento- corre por cuenta de la casa del afamado historiador y cronista de Contry Sorprais Thelmo Cienfuegos Almaraz y Ruíz de la Barquera. Miembro de la más rancia alcurnia del pueblito dicho mero arribita.

Pasada la sepasecuanta última presentación, las dos trompetas de José y Ebanibaldo Ternera de la Concha se unirán al grupo porque después de escuchar a la sinfónica se miraron a los ojos, ambos dos a la par de juntos diciéndose a la voz de ya: a esta orquesta le faltan dos afamados trompetistas de la vieja guardia. Pidieron su incorporación y pus ya, les dijeron que sí. Total qué tanto es tantito. 

El qui sedes ad dexteram patris correrá a cargo de la Sra. Tlaconeta Rosa María Corona Rosales, poniendo fin a este glorioso y bienhadado concierto.

Ayy se me olvidaban las trompetas. Sacando las mejores notas, el trío de Los hermanos Alcocer de los Alcocer del Barrio Bajo a la entrada de la cocina. Tres bellas y hermosas cucarachas tocando con el alma en las patas. 

Dicho lo dicho, nada en entredicho. 

Dress code: Rigurosa etiqueta.

Quedan cordialmente invitados al último concierto que se celebrará antes de la llegada de La Gran Fumigación, fechada para la próxima semana.

Los esperamos pero apúrenle muchachos, órale, hombre, ¡córranle!


Atentamente


Los habitantes de aquí merito del patio trasero.




Tan Tan


















martes, 11 de junio de 2024

If yu nou wear ay min?

Excúseme usted, mire, cómo le digo, no sé de qué manera comenzar.

Mire usted, yo nací en un pequeño pueblito allá por las afueras de la ciudad. Crecí entre hongos y columpios, creo que usted ya sabe eso, si es así haga de cuenta que no lo dije. Anduve un tiempo empeñada en fastidiar al mundo pero no se lo crea a pie juntillas, lo digo por decir porque la mera verdà  el mundo poco sabe que existo ¿No? de eso ni hablar.

Me entretengo en descubrir cada día mi vida perdida en manos del Señor. Es que mire ya le digo, yo de chiquita creía en un Dios al que le pedía milagros, usted sabe, de niña. Que si mis papás me llevaran a pasear, que si mis hermanos me quisieran un poco, que logre mi sueño de ser maestra, en fin. Cosas de uno que le pide imposibles al Dios de sus padres.
Pero bueno ya crecí. Tengo los pies bien puestos sobre la tierra y ya no pido milagros porque no sé en dónde perdí la fe y pues bueno para esperar un milagro se necesita tener fe.

Si usted recuerda, antes yo decía que vivía cerquita del infierno, en la esquina tres calles a la derecha, ahí podía usted preguntar por mi pero ya no vivo ahí.
Ahora vivo en un lugar cercano al paraíso, ¿Qué cosas no? Primero vivía cerca del infierno y ahora ya me cambié cerca del paraíso, ¡Vaya cosa!
Ya se habrá dado cuenta que soy un poco discordante.

Mire, a sus preguntas de quién soy, de dónde vengo y a dónde voy dispénseme pero no se las puedo responder por la sencilla razón que yo misma no las sé.

No, no me vea con esa cara de sorpresa pero es la verdad. Si me hubiese preguntado algunos meses antes posiblemente le habría contestado que soy una señora venida del pueblo de Allá arriba y que voy a donde el destino me lleve. ¿Pero sabe? Yo ya cambié, ya no soy la que llegó un día con su negra y rizada cabellera a comerse al mundo. Ya no soy esa. Los años me apaciguaron. Me pusieron en mi sitio. El destino me hizo el corazón duro y secó las lágrimas para que nunca más brotaran, ¿Entiende?

Eso si, soy un poco más sabia o mejor dicho menos tonta porque pues para qué es más que la verdad, leer enseña, y pues yo estoy leyendo mucho y de ahí aprendo, aunque sean palabras nuevas. Algo es algo dijo un calvo cuando le salió un pelito digo yo.

Mire usted, soy un poco lerda en cuestiones poéticas. Demasiado inquieta mentalmente. Demasiado triste para ser feliz, demasiado alegre para ser triste.
Si se da cuenta soy un poco demasiado, algo así como una especie de intérprete de silencios mal traducidos o lo que es lo mismo ni yo me entiendo.

¿Le digo algo? 

No me pregunte quién soy porque la mera verdad me aburre estarle contando mis cosas a alguien que me ve con cara de asombro como si estuviese viendo un renacuajo fuera de sitio.

Si quiere que le cuente de los milagros en mi vida o de la fe perdida, olvídese, ¡Nanay! No le contaré nada, vaya a echar sus chinches a otro lado.

Ahora que si quiere saber, ¿Sabe cuál sería para mi un verdadero milagro? Volver al pueblito de Allá arriba. A la casa paterna y ver que nada ha cambiado, que esa casa donde fui feliz con mis hermanos es la misma que dejé hace unos años, cuando salí para casarme pero pues eso no es posible porque el tiempo pasa. La gente crece, los hermanos cambian. Uno también, la madre se muere y ya no hay más que hablar.
Allá no volveré como lo dije un día. Enterré a mis muertos. Desterré amores., Deshice querencias y agarré el camino donde no hay vuelta. 

El camino del adiós verdadero. Del si te vi ni me acuerdo o lo que es lo mismo ojos que te vieron ir...

Como le repito uno entierra a sus muertos mirando el sortilegio de los árboles del cementerio. Verdes, frondosos, llenos de cantos de pájaros. Árboles llenos de vida con raíces atrapando a los murtos. Jura no volver nunca más y usted lo cumple porque es así. Porque los muertos ya no están ni en huesos. 

¿Ya ve? Ya me están saliendo las lágrimas por su recochina culpa, mejor ya cúchile, déjeme sola aquí con mis recuerdos, quién le dijo que viniera de preguntón a abrir heridas. No ande hurgando tierras ajenas con la esperanza de poder escribir historias anónimas. Las historias del Pueblo de Arriba se escriben con sangre de misericordia y son enterradas en el cementerio del Nunca más. Nadie pregunta nada a la hora de la muerte de los escogidos por la calaca tilica y flaca ¿Yu nou gûer ai min?

¡Ya váyase! ¡Cuélele! ¿Qué no ve que las lágrimas son un milagro?  Las lágrimas son los llantos del cielo. If yu nou wer ay min?




















 

miércoles, 29 de mayo de 2024

Sherezada a título de conveniencia

De verdá os digo oh hermanos míos que el internet está de mírame y no me toques. Vengo con toda disposición ignorante de alegría a contaros mi vida plena, pero el puto interné dice que no, nanay, no esta vez, no señor, lo digo yo. Hoy no será.
Que el modem para allá, que el modem para acá, que la antena, que el pinche tubito, que si la mamá de las moscas. Uno no puede hacer nada con sus sentimientos de vieja desgraciada por el sino malvado que carga desde que Dios amanece porque todo se vuelve en contra. No pos a mi me dijeron que si me despierto temprano el día me alcanza para más. ¿Quién quiere que me alcance para más si con lo que tengo me sobran minutos y segundos ostentosos? Ve tú a saber qué dicen los distantes vecinos benditos azotando en sus desvelos el negro borde desesperado de la insurrección. Las almas de medianoche susurran desesperadas rezos de desesperanza. Los chamanes de lengua bifurcada suplican al dios en ciernes que aparezca ya la buena nueva porque psss ya van a dar las tres de la mañana.

N´ombre no empieces con tus ideas sin causa ni efecto. La mescolanza provoca la decepción. Melancolía en exceso desfigura tu rostro de beata triste, pecadora sin besos de a deveras. Besos rotos en labios delgados. Decepción contracorriente en el ocaso de la vida. Cuando dicen que la vida es alegría, volteo mi rostro al dubitativo margen del cementerio de árboles con verde follaje. Verde colorido, salvia sangrienta conmina al invierno a despejar las nubes. Muestra al sol en sus cielos grisáceos asomándose tras una nube hirsuta en velo de novia indígena. Rostro de miedo, desencanto de pasiones. Cuerpos jóvenes sin esplendorosas figuras. Curvas desdeñadas por la miseria. Tienes que comer bien pa´tener cuerpo de diosa. Contemplando la luz de tu rostro bendito, niña enajenada del miedo bordado en la piel.
Tengo un poco de deseo en mi pecho turgente no correspondiente a quién de su amor me toca. Cualquiera que eleve al cielo la memoria terminará balbuceando cánticos eclécticos. 

El infierno enciende llamas coloridas, figuras magras bailotean al compás del un dos tres. Qué importancia tiene si en el cielo también existen los malos de corazón. Absurdos negociantes comprando terrenos en las nubes tornasoladas. Me gustan los colores absurdos, negros atrayentes en el vis a vis con el otro tú. Los chillantes son mis favoritos, me hacen ver delicada e inocente. El negro tiene semblante de pájaro madrugador no así el blanco que en sus devaneos pecadores no haya la forma de conservar su buen amor.

Declino la invitación a pasearme por la piel de tu memoria. Con lo que veo basta para saber que no eres de mi incumbencia. Total para morir nacimos. Claro que si no me crees puedes preguntar al primero que te salude en las sombras del amanecer. Él sabe todo de mí.
Alborada pandemia sin problemas de respiración. Me temo señora que los pasos que vende son para atónitos de la memoria.
Culmina las palabras sin sentido, las que salen en una tarde en que el interné tiene la falda casquivana muy corta y sin mesura, viene y va como si tal cosa fuera vestirse en el redil exacto del espacio lleno de miles de ideas cruzándose entre sí. Las piernas sinuosas bajo la delgada tela tienden a separarse invitando al glorioso goce de un tacto divino.

Ámonos pa´ la chingada, al fin que ese lugar lo transito diariamente sin mesura libidinosa.
Calla  ya, contempla la corte de malandros manoseándote a placer. Oscura derrota la que cargas en esos zapatos lodosos que alguna vez fueron de charol ígnoto.
Vete ya de una vez y para siempre. Deja de buscar en la memoria los besos obscenos que nunca me diste. Soy una señorita popoff de buenas costumbres, eso sí con labiales de querubín y vestido de organdí, y medias de talón cubano de seda, con liga pa´que no se arruguen. Mira tú que el estilo no se lleva con la mala facha.

Sherezada en los límites del voyerismo. Asomada al abismo de tu mente descubre del amor pasmoso, lo que el viento te dejó.

Sí.

Se acabó por hoy.

Click!


¡Ámonos!













domingo, 26 de mayo de 2024

Incluso los gatos duermen los domingos

Me he perdido en el tiempo. La brújula se ha estropeado. Ignoro qué día vivo. Si es domingo o lunes. Siento los ojos llenos de arenilla. Cuesta trabajo mantenerlos abiertos. Extraviada estoy en estos días de no dormir a hora fija. Los espacios discurren en mis dedos. ¿Cuándo me perdí? Si es domingo quiero ir al cine, hace mucho tiempo que no voy.

¿Qué día es hoy?

Si acaso es domingo puede que coma fuera, atascándome de comida chatarra. Vicio adquirido en la niñez. El sí de los padres malogran las virtudes de una niña caprichosa y sin amigos que hace de su palabra ley. Mandato divino. Nada que discutir.
Si es lunes me levantaría temprano pero sigo aquí arremolinada en mi cama.  Es temprano. Siempre ocurre. Pronto llagaran las vacaciones. Tengo la vida para mi solita. Tan te quiero tanto. Qué más da si no lo digo. No encuentro qué hacer con ella, con mi vida digo. Duermo de día, despierto de noche. Los ojos con arenilla impiden ver más allá de la punta de mis pies. Mis labios húmedos y consecuentes quieren hablar. Decir algo, saber qué día es.

He pisado un grillo. Ya no habrá historia. La Emilia el otro día pisó un grillo del hogar. ¡Nooo, no se matan los grillos del hogar!

Perdón...

¿Domingo o lunes? Nadie a quién preguntar. Estoy perdida en el gris ignominioso de una vida calladita. Noche volviéndose día con el adiós de las estrellas. De noche mis padres vienen. Poesía para un domingo sin excusas. Mis dedos tiemblan en esta hora doblemente insensata. Escribir es cuestión de tener tiempo y paciencia. El tema aparece sin ser nombrado. Nadie entenderá. Esto es así. Las letras también están solas. Vete de mí mentecato ser que arruinas mis desvelos. Deja que vuelva la cordura en este día que se avecina sin nombre. Un pensar tan sin embargo y mi pelo peinado para ningún lado. Perfume de Flor de María dame cobijo en tus quebrantos. Oríllame al suicidio entre tus brazos.

Los días serán para mi. ¡Córtale ya! Termina tu relato sin pies ni cabeza y vete a dormir que va a ser hora de despertar y los gallos no tendrán a quien cantarle. Duerme los días. Las noches son más de leer. Nada de lo que diga quedara escrito en la memoria de mis muertos. Calla mujer calla y cierra los ojos.
Incluso los gatos duermen los domingos, ¿Los lunes también? Cómo saberlo si ni siquiera sé el día que vivo.

De domingo a lunes las horas andan a paso de tortuga. Nadie se mueve ni siquiera las horas apremiadas por los impacientes minutos apresuran el paso. El día con lluvia espantapendejos solamente alborota el calor férreo de un verano insultante. La cuarta ola de calor nos tiene moribundos a la sombra y yo que de ti no sé más nada.

El domingo es un día para vivir dormido y el lunes para dormir un poco muerto. Los gatos duermen en franca parsimonia. 
Difuminada en las rutinas, los días han perdido su nombre. Las horas no son nada más de lo que fueron y el tiempo transita con un calor abrumador.  Faltan muchas olas de demoniaco fulgor.  Vientos con actitud destructiva, granizo de tamaño obsceno, periplo de una agónica transición de la vida al absoluto silencio de los días perdidos.
















 

viernes, 17 de mayo de 2024

Asalto a la inmortalidad


San Enrique bendito del Corazón Sangrante



Si sigo actuando como ayer me quedaré más sola que un calcetín sin par. ¿Dónde lo habré dejado? Esa manía de lavar la ropa nueva ha hecho que se pierda su compañero. ¿Los calcetines sufren de soledad?
Una vez leí que debe lavarse la ropa recién comprada para quitarle excedentes de yoquésé. Todo trapo nuevo que caiga en mis manos pasa por la lavadora antes de ser estrenado.

¿A quién le interesa hablar de métodos de lavado a estas horas malditas? Perdón perdón benditas diré. Pronto celebraré el primer año de la alergia carcomiendo mi cerebro. Vamos vamos no te asustes, un año se pasó volando o ¿a poco lo sentiste? Tú tienes la culpa por nacer tan delicadita de piel y de todo. Pobre pero delicada. Vaya cosa.

Tan estoy así quién sabe cómo que los placebos ya no surten efecto. La idea de lanzar un grito de guerra cuando es menester hacerlo no le viene bien a nadie. Siquiera gritara quedito como dicen que hablo. ¡Ahhhh! parezco Tarzán en bancarrota.
Doy la espalda al mundo leyendo detrás de mi ventana. ¿Lagartija dijiste?
Voy a encender una veladora a San Enrique bendito del Corazón Sangrante, pa´que me haga el favorcito de aliviarme de estas penas de amor y muerte.

Tengo hambre, hacía mucho que el insomnio no me atacaba. Mi gato está enfermo. Se me antoja un café pero me dan miedo los bichos que veo pero que no existen. Anoche un ejército de cucarachas alemanas tomó por asalto la cocina. 
Después de remover todo, Barry y Laura no encontraron nada. Los alucines regurgitan mounstritos dentro de mi mente.
El otro día estuvo a punto de darme el supiritaco. Vi una bola negra correr hacía la puerta de la cocina. Los ojos estuvieron a un tris de saltar del puritito susto. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo y amén.
Estuve a un casi de arrojarme a los brazos de Barry a que me defendiera de ese ente. Fue un casi que se murió como las ganas de todo. ¡Barry! ¡Barry! ¡Por dios! ¡Eso! Tranquila mi Chiki es el gato que le agarraron las urgencias.

Confieso ¡Oh hermanos míos! que los calzones se me hicieron yo-yo. ¿Te dio miedo? Miedo es querer ir al baño y no poder llegar. Eso es miedo señores y no payasadas. La dignidad no debe dejarse escurrir por los pantalones recuerden. Mejor es correr sobre los andamios de las prisas. Aí te lo haigas si te rompes la madre.

Amor sin límites ¿Eh? Tú dijiste. A mi que me esculquen, soy inocente de casi todo.
 Los placebos para el amor dejan de surtir efecto los viernes por la noche. Cinderella Star sale del recuerdo denostando ataduras de oro. Encadenada al lecho de amor ve pasar las horas alumbrada por la luna metiche colándose por entre las cortinas. Transgresora inmortalidad pasa de mí, nadie te tiene presente.
Estoy más sola que la noche. ¿O si?

La memoria sigue viva, neuronas a disgusto se niegan a abandonar mi cerebro. Señoritas por doquier. Quiero un café. Quiero ir al baño. Quiero levantarme. ¿Por qué la espera es tan larga y el deseo de llegar tan corto? Porque el querer no necesita más que eso. No basta que uno quiera. Mira no puedo abrazarme a mi misma. ¿Alguien? El amor no hace hueco en la almohada. Ya lo dijo Dios o alguien: Levántate Lázara y anda. Y andó. ¿O anduvo? Npi es muy temprano pa' andarse haciendo preguntas tan pendejas.

Mañana habrá un regalo esperando por ti. Prostituta del deseo que cambia nada por todo. ¡Silencio! Calla Shhh "el amor no admite cuerdas reflexiones". ¿Quién dijo esto tú? Sepa la bola. Obvio Enrique no. Ni tú. Ni yo. Ni nadie. Creo que fue Neruda o su madre sabe quién.

Si no fuera por esta muela pendeja que tuvo a mal dolerme toda la semana, no anduviera como el caballo blanco con el hocico sangrando. La cirugía maxilofacial no es para mi dentadura. Mis muelas se abrazan a mis encías como la madre a Dios en la cruz.

-Hueles a pura sangre mamá- dijo Laura.
-¿Y qué le hago?, ni modo que huela a rosas. Soy mortal como todos, sangre hay circulando por mis venas. Si fuera inmortal no tendría sangre sino bálsamo bendito, y entonces estaría sana, porque hasta orita no conozco ningún santo enfermo. 
Verdad irrefutable es que si no estuviera enferma, estaría sana. A las pruebas me remito.

Me voy a levantar ¿se les ofrece algo? nomás rapidito, estas horas no son pa'ndar embarrando querencias por los rincones. 
Usté que de amor se muere écheme un poco al olvido porque yo ya me fui sin dejarle un beso en el desprecio.

Nos vicentiamos lueguito, cuando el destino nos alcance en contraesquina de mi casa que no es la suya. 
Aí nos vemos.









 







 



miércoles, 8 de mayo de 2024

Chantaje rojo sangre de Ausencia

A manera de cuento

Con los ojos cerrados, tendida en el suelo, Ausencia escuchaba los gritos de la madre apurando a sus  hermanos a que le llevaran toallas húmedas para ponerle en la frente y le parara la sangre que abundantemente  salía por la nariz. Con una mano detenía la cabeza para que la niña no se ahogara y con la otra apretaba el tapón que le habían colocado para que dejara de sangrar.
La sangre que tragaba se le iba por la garganta dejándole un sabor que con el tiempo se le haría familiar. Sabor ferroso. Metálico. Sabor sin fuerza.

Ausencia se llamaba la niña.

Ausencia nomás.

Ausencia había sido el nombre escogido para dejar rastro en esta vida barata y vacía como ella, en son de broma decía a sus hermanos cuando le preguntaban por su vida ausente de amores escondidos entre las sábanas. Amores que nunca llegaron. Ausencia solitaria siempre fue.
Ausencia de alegrías. De todo, de nada. Ausencia de ti.

Empezó muy pequeña con las hemorragias que le dejaban un dolor de nariz severo. Hemorragias continuas produciéndole insomnio y desgano. Quedaba inerme ante todos y ante la vida. Cualquier soplo de aire se llevaba un poco de ella. Alma silenciosa difuminándose perdida en los soplos infinitos de vientos nocturnales.

Las hemorragias eran intensas, detenerlas era muy difícil. La habían llevado con médicos y especialistas, sin embargo los sangrados continuaban. Las anemias eran una constante en su vida.
Vitaminas y los mejores alimentos eran para ella. Verduras y frutas era la comida exquisitamente preparada por las manos delicadas de su madre que se esmeraba en darle a su hija un poco de vida en cada guisado.

Ausencia caprichosa sin límite conceptual.

Cuando sus padres o hermanos la contrariaban empezaba a sangrar. Todos se ponían en movimiento para evitar que se desangrara. En ocasiones era inevitable acudir al médico ante el abundante sangrado. Todos se asustaban al ver el líquido ominoso correr por su  rostro acompañado de lágrimas hastiadas.

Cuantas veces habíase quedado agachada en el lavabo cansada de que la sangre se escapara de la nariz sin poderla detener.
Cuantas toallas y pañuelos se habían pintado de rojo sin que nadie pudiera hacer nada y que la sangre dejara de fluir. 
Cuantas veces su madre llena de desesperación no sabía que más hacer y llorando iba a la silla a sentarse junto a la estufa sintiéndose impotente ante los sangrados de su hija. De Sol como la llamaba cuando la mirada tierna de madre se posaba en los ojos cafés que la veían tratando de cobijarla sin poder hacerlo.
Y ahí quedaban las dos exhaustas. Una sin poder hacer ya más nada y la otra esperando el desmayo salvador.
Así pasaron pocos años hasta que las hemorragias fueron haciéndose costumbre.

Un día Ausencia la joven pálida, se dio cuenta que nadie podía decirle nada porque había desarrollado un poder extraño.

Podía manejar los sangrados a su antojo.

Y se volvió caprichosa. Pidió todo lo mejor so pena de dejarse desangrar si no cumplían sus deseos. Convertida en pequeña tirana el mundo giraba a su antojo.
Consintiéndola, los padres la satisfacían dándole todo lo mejor. Si acaso no lo hacían, un hilo rojo empezaba a escaparse de la nariz llegando a la boca y siguiendo un camino sin fin hasta que sus caprichos eran cumplidos.
Cuando no cedían, los asustaba ver a los pies de la joven el charco de sangre que comenzaba a hacerse río y meterse entre las piedras del jardín para pintar de rojo los malvones favoritos de su madre.

Un día pidió el mundo y pusieron el mundo a sus pies.

Sólo que Ausencia no se daba cuenta que en los continuos chantajes, la sangre perdida no la recobraba por más que le dieran cientos de vitaminas y chocolates y sueros vitaminados. Verduras y todo lo que pudiera ayudarle. Frijoles, carne, bálsamos mágicos, etc.

Poco a poco se iba desvaneciendo. Nadie se había dado cuenta que un poco de ella iba desapareciendo cada día haciéndola transparente. Blanca como la niebla. Pálida como la luna. Rizos absorbentes con un dejo de organdí. Aroma de ríos encantados. Sublime esencia de deseos remotos. Ausencia del ser.

Un día su madre pegó un grito al ir a despertarla para tomar la medicina. Ausencia, no estaba más. Sólo quedó en su cama una silueta marcada por el pequeño cuerpo de niña caprichosa. Sólo el dejo de su ausencia quedó en el remolino de emociones de su amada familia. 

Ausencia... así se llamaba.

Ausencia de ti.

















sábado, 4 de mayo de 2024

Cannabis Sativa

Ámonos corriendito de buen modo. El viernes arribó con aires de perfume barato del que sacan ronchitas en la piel, asegún dicen las amigas de allá lejos donde antes vivir era cosa obligada. Morían las niñas-mujer ataviadas de espasmos orgásmicos cuando nada sabían de tentaciones onanistas. Petite mort azteca en los albores de las trenzas.

Con el rostro enrojecido salían del baño presas del agotamiento febril bajaban la vista evitando las miradas inquisitivas de las brujas chismosas avecindadas de allá donde cruza el puente de piedra dividiendo el Pueblo de Arriba del Pueblo de Abajo. En lo alto del cerro El Pueblo de Arriba se alzaba sobre el suelo de mampostería el Templo de la Santísima Virgen de la Concepción Bendita.
¡Amárrate esas greñas muchacha, pareces güila!
Tierra mojada, arcoiris tras las nubes macilentas, magia ejercida por el sol rubicundo en las tardes bochornosas de agosto.

¿Dónde se aprende a tejer letras sin tanta parafernalia?  Vendedores de cachivaches faramallosos hechos pasquines. Hojas ocre. Otoño caído del nada escrito, sólo besos con tu nombre.

Ya no sueño pesadillas las cambié a Technicolor.
El cine ¨Pedro Infante¨ esconde estudiantes enamorados poco atrevidos. Los tiempos un tanto inocentes. La honra se comenzaba a perder con un beso. Lueguito chocaban las bocas. ¡Rápido rápido los maestros también van al cine!
Camino a casa la niña-mujer aterrorizada de quedar embarazada por el beso robado por un ingrato que metió la lengua probando el dulce néctar del espanto. ¿Ora qué les digo a mis papás? Inocencia pendeja salida de la ignorancias.

Cannabis Sativa. La Mary Jane permitida en gramaje pequeño. Al diablo los ¨churros¨ , cigarrillos baratos liados con sábanas de papel china blanco con un toquecito de saliva pa´que resistan el manoseo.
Cannabis oil. Oil Cabbanis como escribo en idioma valemadrista. si quieres saber de qué hablo búscame por las mañanas , es cuando no se me entiende nada. Ora si me buscas los viernes atiendo mejor. Los viernes soy como la ¨Chaquira¨ soy ciega, sorda, muda. A todo digo si para no perder el tiempo con negativas simplonas. Un no de vez en vez para no verse dama fácil o del talón como dicen en el pueblo.

Desnudo mi cuerpo de medicinas. Lo arrojo al abstencionismo en un domingo pulguiento. ¡Cállense perros! El camino en su absurda necedad dice que no. Hoy no hay complacencias. Malhumorada discurro mi venganza contra este cuerpo sísmico mutante. La ansiedad cabalga hacía mí en caballo desbocado. Prometo oh Jesús de los horrores tomar ejemplo de lo que no se debe hacer. Mátenme o algo pero quítenme esta puta ansiedad o me los como vivos con un chingado.

Las horas duran menos. Los delirios son mayores.
Desnudo los fantasmas. Los huesos tienen quejidos paranoicos. Chocar de calacas tilicas y flacas.
Ni siquiera muerta seré  flaca. Estuche de monerías visto en escaparate de vidrio delgado. Son tres los infames timadores, anarquistas del insomnio desbordados en mi rededor.
Rehén de mis miedos me hundo en la almohada de plumas de paloma currucú.

Me faltan dos horas o me sobran tres pastillas, el Cannabis oil y la cápsula de éter para desprestigiar los fervores de la canícula.

-¿Cómo se toma esta madre?- pregunto.
-Con un sorbito de agua o a madrazo limpio como lo prefieras- responde un chasquido aburrido.
-Moriré con tanto carajo medicamento que me zambuto todos los días- escupo obscenidades.
¿Alguien que venda dos horas de tiempo que le sobre?  prometo aprovecharlas poquito antes de colgar los tenis vulgo morir.
Nomás advierto que van a ir con unos cuantos rayones ocurridos durante el ataque titiritesco a la MaLquEridA en estado de indefención.
Vacunando los miedos cada trece días para no morder a nadie en el ínter.
Enclaustramiento elegido me pone los pelos parados. Callado. Onomatopeya de un dedo encantador.
¡Shhh! ¡A callar ranas que va a cantar el sapo!
¡Juímonos!
¡Turun tun toing!

Croac!










martes, 30 de abril de 2024

De haber sabido ni nazco

Cada vez que los neurolocos me cambian el medicamento mi vida se vuelve un caos. Apenas me voy acoplando a la nueva dosis cuando sin razón ni circunstancia me hacen el cambio.

Tengo una semana con la nueva dosis. 

A tiro de piedra tengo ataques de ansiedad. Regresaron las pesadillas cabronas así como lo digo. Anoche tuve un ataque de pánico tuve que comerme solita porque Barry no quiso subir a mi recámara. Por más que en la pesadilla gritaba su nombre, no subió. 
Entiendo, él también está enfermo y le cuesta trabajo llegar hasta mi recámara y encima tranquilizarme que a decir verdad no es cosa fácil.

Tuve un ataque de pánico. Veía sombras cerca de mi cama. Sentía presencias subiendo por mis pies. Las sombras parecían monstruos de fauces enormes. Tengo muy claro que no son reales. La doctora preguntó si creía que esos bichos o esos seres amorfos existen. Obvio no, contesté, ni siquiera es mi imaginación. Es el medicamento el que tuerce los cables del cerebro haciendo que la realidad se deforme de tal manera que me lleve al pánico absoluto.

Así pues me puse a rezar. Bajé a todos los santos del cielo, pedí me ayudaran porque no había mano cerca. Estaba nomás Calixto pero no sabe tranquilizarme. Sólo se sube a mi panza pero eso es peor porque su pequeño peso me asfixia. 
Terminé las veinte mil oraciones que me sé pero las sombras no se iban.

Me corazón latía como tambora sinaloense. Coloqué la mano derecha encima de él para aplacarlo. Poco a poco se fue quedando quieto igual que mi miedo. Me quedé dormida. Thank god.

Me despertó un alarido horrible. Alguien gritaba ¨papá¨. Cuando reaccioné supe que era yo. Mi propio chillido me despertó. En el sueño sabía que no era yo la que gritaba porque no tengo padre. Quería decir Barry pero no podía pronunciarlo.

Con mucho trabajo pude abrir los pesados párpados y mantenerlos un tanto abiertos, el tiempo suficiente para poder pensar otra cosa y ¨salirme¨ de la pesadilla espantosa.

Luego le hablé a Barry y pasó todo lo que mencioné renglones arriba.

Siempre que voy al hospital hay una bola de médicos pasantes asistiendo al doctor en turno. Hay cinco o seis haciendo bola nada más, no entiendo porqué hay tantos. Todos me miran, unos me hacen preguntas, otros me checan los pies, otros ejercitan mis brazos. Otros observan la manera en que me manejo. Sudo como si hubiese corrido un maratón. 

Ellos tienen una escala para calificar mi evolución. El 0 es la más alta calificación. El 4 la más baja. Nunca he sacado ni siquiera 2. Siempre soy nivel 1. Si fuera nivel 0 no estaría enferma del pp.

Los ejercicios que me ponen son por ejemplo contar del cien al cero pero al revés. Decir las más que pueda palabras con cierta letra. No nombres propios ni países ni verbos. Palabras comunes. La máxima calificación es 30. Yo digo 29. También piden decir los meses al revés. ¡Uh qué fácil! 
¿Quieren que haga algo imposible? Pónganme a correr. Los pp tenemos la particularidad de no correr a menos que sea subiendo las escaleras o andar en bicicleta. ¿Quién no puede hacer eso?

Yo


Hay otro ejercicio de memoria con 5 palabras que debo decir después de un tiempo sin olvidar ninguna. También hacer dibujos lo mejor posible. Todo eso me pone a hacer la doctora y su bola de cardumen etéreo.

Esta última vez pasó algo con uno de ellos. Mientras  hacía los ejercicios, otro se llevaba a Barry al otro lado de la sala de espera. Tardó mucho la entrevista que le hicieron. Lo poco que me dijo fue que le preguntaron sobre su situación mental y física en cuanto a ser mi cuidador.  
Ya no aguanto, le dijo al médico. Llegué al límite. Ya no puedo más.

Sabía -tonta no soy- que Barry estaba cansado. Su memoria y su pie no le ayudan. Eso hace que se agote. Encima cuidarme es lógico que ya no pueda. Mis hijos le ayudan pero tienen su vida y no podemos mantenerlos atados a nosotros. Nos ayudan en lo que pueden. No nos abandonan. Es lo que hay.

Hoy por la mañana le pregunté por qué no había subido a ayudarme durante el episodio de la pesadilla.
Porque me da mucho miedo verte fuera de ti. No puedo, es muy fuerte el miedo que siento. Eres una desconocida. Lo lamento. Con esa Flor no me casé. Me das miedo.

No podía creerlo. Barry siempre ha sido el hombre fuerte de la casa. Enfrentándose a toda clase de peligros y problemas pero nunca se ha enfrentado a lo desconocido.

La vez pasada era algo nuevo, no sabía que pasaba conmigo pero ahora sabe de la ansiedad, de los ataques de pánico y de las pesadillas en las que mi yo sensato huye de mí.

Todas las enfermedades tienen diferentes etapas, el pp no es la excepción. Puede que mi rostro no se vea enfermo pero al momento de hablar se sabe que si. Esto avanza. No me va a matar el pp pero si está deteriorando las demás capacidades. 
Hace unos días no supe cómo entrar a mi blog. Me quedé viendo la pantalla tratando de recordar pero fue imposible. Pedí ayuda pero no saben tanto de lo que hago por mi cuenta.

Dejé que pasara el tiempo. Entonces tomé de nuevo el teléfono buscando un contacto cuando sin pensar fui directo al blog. ¿Cómo le hice? npi.

Lo volví a hacer y fue cuando recordé la manera que entro a la MaLquEridA.

Soy muy sarcástica en cuanto a la enfermedad. Hago chistes de mí -sólo yo- no aguanto la burla de los demás. El tipo de pp que tengo es rígido, no me deja mover. Soy un robot tipi tipi tom tipi tom. 
Dentro de todo eso tengo las frases favoritas que he ido acuñando con el tiempo. De entre ellas está la del título de este post. De haber sabido ni nazco. 
Antes de otra cosa diré que esa es mi forma de pensar. Mirándolo objetivamente, si no hubiera nacido todo fuera casi perfecto.

Como digo y redigo. mejor no hubiera nacido me hubiera muerto chiquita.

Hay más cosas malas que han pasado conmigo que sinmigo diría Pepe Madero.

Y no se hable más.

Dicho queda.

Exabruptos en Do mejor.



Con su venia compañeros.


















lunes, 22 de abril de 2024

Alicia en el espejo

A manera de cuento.


Conocí a Alicia un día en que aburrida le dijo a su mamá que quería una muñeca o una niña para jugar porque estaba muy sola. La madre, directora de una importante empresa de almacenaje, y pronta a atender los reclamos de la niña, tuvo a bien buscarle a alguien con quien jugar. Pensó en comprarle algún juguete pero, tenía ya tantos que uno más no sería diferente.
Tenía en la empresa a su cargo un hombre eficiente con muchos años de servicio. Sabía dicho por él mismo que tenía tantos hijos como meses tiene el año. El dinero no alcanzaba para mantenerlos.

La Directora pensó que si una de sus hijas la ¨adoptaba¨ por un tiempo pagándole todos sus gastos, educación, alimentos, etc.,  sería una gran ayuda para el trabajador que además era muy estimado por ella por trabajador y educado. 
Habiendo muchas bocas que mantener -pensó el hombre- si una se le iba sería una cucharada más de frijoles para los demás.
 
Así que preguntó una mañana a sus hijos, ¿Quién quiere ir a vivir con una señora rica que les dará lo que nunca han soñado?

¡Yooo!
Si, yo levanté la mano, a los diez años decidí el rumbo de mis sueños.

Una mañana de junio emprendí la partida a un mundo mejor lleno de juguetes y ropa sin remendar, sin hermanos que jalaran las trenzas ni que se pelearan por ver quien ganaba la primicia de leer ¨Leyendas de la Colonia¨, revista que era permitida sólo a los mayores. Los pequeños debíamos conformarnos con lo que platicaran los hermanos bajo las sábanas en un mundo de ruidos callejeros y fantasmas escapados de debajo del puente de El Contadero. 

Guardé con ayuda de mi madre la poca ropa que tenía, la que no compartía con mi hermana mayor. Una llave que abría los recuerdos felices con sólo cerrar los ojos y un dejo de tristeza guardado en la bolsa donde mamá compraba las frutas y verduras con las que aplacaba el hambre feroz que siempre teníamos.
Agarrada de la mano de mi madre y de Juan -el gemelo mayor- que iba dejando regadas en el camino las huellas de mi sonrisa para que a su sonido pudiera regresar sin perderme, emprendimos la ruta hacía un destino insospechado.
Mamá me dejó en esa casa enorme donde una niña rubia, con pecas y un conejo de peluche más grande que yo me dio la bienvenida escudriñándome cada poro de mi piel. Sin sonreír me veía con sus ojos verdes llenos de preguntas.
Yo con mi pelo largo negro, morena y seria era todo lo que no esperaría de un juguete vivo. 

Mamá y Juan se despidieron de mí, después de darme un abrazo que se repetiría por dos largos años en los que la separación era cada vez más difícil. Cerrando la reja partieron sin mirar atrás a la niña que se quedó con dos lágrimas temblando en las pestañas. Después de esa primera partida, las lágrimas serían mis compañeras inseparables de vida.

Alicia después de escudriñarme y viendo que no ofrecía mayor peligro se puso feliz, por fin tendría con quien jugar. Una muñeca de carne y hueso que haría lo que fuera con tal de ser aceptada en esa casa que nunca -con el tiempo lo sabría- sintió de ella.
Ropa, zapatos, juguetes, paseos, comida deliciosa, manjares exquisitos que jamás imaginé existieran y un conejo de peluche sentado en el rincón de la recámara que no era ni sería nunca mía. ¿Por qué querría que todo fuera mío? Sólo mío.

Alicia en el espejo mirándose todos los días, trenzando su rubio pelo tan brillante como el sol, me veía tratando de meterse en mi cabeza queriendo comprender porqué todas las noches me paraba de puntitas tratando de alcanzar a la Virgen del Socorro que con su hijo me veía desde arriba.
Por las noches cerraba los ojos pensando en mis padres y hermanos que habían quedado lejos, lloraba sin fin hasta dormir rendida añorando una vida que dejé sin pensar. No pensé. Si tocaba a la virgen seguro ella los cuidaría aunque la Virgen del Socorro era desconocida para mí. 

Juan y mamá venían cada mes por mi para llevarme a casa, sabiendo que al regreso mis hermanos serían indudablemente más extraños. 
Un día ya no pertenecí a ningún lado, había perdido mis querencias antiguas y las nuevas no eran lo suficientemente fuertes para extrañarlas. Ahí me quedé niña enfrentándose a sus miedos.

Cuando regresaba a casa trataba de recordar la última travesura en la que había participado con mis hermanos pero, había pasado tanto tiempo que nadie se acordaba, dejando un vacío en mi alma que comenzaba a acostumbrarse a la soledad.
Entonces me hice fuerte, vestí mi corazón de acero y no dejé que en adelante nada ni nadie me lastimara. En busca de mi propio camino amarillo con la soledad grabada para siempre en mi destino, emprendía la marcha hacía la vida.

Nunca entendí porque no pude llevarme bien con Alicia. Ella quería jugar conmigo pero yo la veía tan ajena que no quise ser su juguete ni su amiga, mucho menos su muñeca. ¨No me gusta que jueguen conmigo¨. 
Terminó por apartarse de mí yendo a buscar a sus amigos que jamás fueron míos. Ahí supe de la diferencia de clases. Mejor era mi mundo. Ahí supe lo que era ser ¨rico¨ y lo que era ser ¨pobre¨. 

Nada fue mío. Perdí el cariño de mi familia porque todo cambió para mí.  El poder y la seguridad que da el dinero -aunque no fuera mío- me hizo ser prepotente y orgullosa, sentirme más de lo que era. Cuando regresé a casa ya nada fue igual, yo había muerto poquito. Era una niña pobre con aires de rica que nunca se me quitaron por más que la vida se empeñara en ponerme en mi sitio.

Perdí mi mundo, mi bosque en el que tantas mañanas salí a recoger hongos para comer en familia. Perdí para siempre algo que jamás volví a recuperar: el amor de mi familia, que lo tengo pero algo se rompió.
Me convertí en ser de ningún lado. No pertenezco desde entonces ni a mí misma.

Así he andado por la vida, buscando el camino amarillo. rastreando las migas-sonrisa que mi hermano Juan tiró un día. Perdido el paraíso de pobreza donde fui feliz cambiándolo por uno mejor, para quedarme en el infinito mundo del solitario ser.

Busqué y busqué la casa de chocolate en la que habitaba mi familia pero lo único que encontré fue la indiferencia de mis hermanos y un hueco que jamás se volvió a llenar. Mi madre y mi padre no eran más mi familia. ¿Dónde estaban todos los que se quedaron? ¿Dónde me perdí? ¿Cuál es mi lugar? ¿Adónde pertenezco si es que acaso pertenezco a algo o a alguien?

Me vi en el espejo un día, no me reconocí. La niña feliz que partió a buscar un mundo mejor se había convertido en una señora gruñona que no se arrepiente de querer explorar su destino a tan corta edad, que fue recogiendo al regreso, migas de lágrimas en un mundo desconocido pero que llenó una canasta de besos que encontró y sigue encontrando perdidos en el camino.













Musa con cuernos

PARA LA MALQUERIDA

La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Es beso de agua y luz de ciegos en el desierto diario. La leo y me leo. La leo y la siento. La leo y la quiero. Vamos de la mano desconocidos y alejados por los caminos rotos y astillados de la vida cansada y del tiempo huraño. Refunfuñamos por todo y hasta en el infierno tienen miedo de que un día aciago lleguen nuestros pasos. Chocamos con mil horas arañamos las rutinas odiamos la compasión nos dan risa los ángeles y mucha pena los diablos. Nos cansa todo y más que nada el resto de los humanos. A veces herviríamos a los que nos rodean y otras daríamos la vida por hacer reír a un chavo. La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Toro Salvaje

Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.

...che madre (130) ...RKO (2) 2010 (1) 28 de junio de 2014 (1) abandono (21) abuela (63) agradecimientos (14) alucinados (92) Amigocha (1) amigos (118) amor (32) amor y desamor (14) amores y desamores (12) arrepentimientos. (6) aventuras.inocencia (19) baile (8) Barry (160) berrinche (36) besos (13) blog (70) Bunbury. (22) Calixto (4) cambio. (20) casa (14) celular (8) club (2) comida (10) complejos (22) conciencia (36) conciertos (4) confusiones (32) CristyAna Melindrosa (1) cuentos (19) cuentos cortos (70) cuentos de-mentes desequilibradas (132) cuentos para mentes desequilibradas (2) culpas (20) de película (25) departamento (2) Diagnóstico (19) dolor (36) educación (17) ego (4) emociones (48) enfermedad (34) enfermedad. (16) entrevista (2) ep (5) es hora de hablar (21) escuela (10) Familia (78) familia real (22) familia. (38) fans (8) felicidad (78) Ficciones (44) Flor (257) flores (15) fobia (12) fortaleza (14) gente (25) grande (6) grande. (6) gritos (20) guapos (8) guarreces (8) heridas (28) hermanos (38) hijos (52) historias (173) historias.MaLquEridA (163) hongo... (19) hongos (9) Hoy (10) hoy escribo lo que quiero. Desnuda. Contradicción (78) huesos (6) ilusiones. (12) impotencia (22) insomnios (2) intercambio (1) juegos (28) Kiku (41) Kiku Muny (45) la f... no mam´s (2) lado oscuro. (34) le entro (18) libros (7) libros. (2) llantos (22) lluvia (10) los 200 (1) lunares (2) malo (38) Malo. (22) MaLquEridA.sueños (47) mamá (36) mascotas (71) mchálas (6) me cae (7) mi casa (3) miedo (9) milagros (6) mudanza (3) muerte (9) Muny (10) Natalia la bella (87) navidad (6) nervios (16) niñez (17) niñez. (8) no mames (17) nueris (7) olor (6) padres (28) papis (4) Parkinson (23) Pelusa (1) pensar. (30) pensar.ilusiones (10) Pepe (6) perfume (11) pertenecer (6) pianista (2) planes (9) poesía incorrupta (4) radio (3) raros (3) real (30) realidades (70) reina hongo. (48) risas (17) Santa (6) secuestro (3) si acepto (4) sin nada que hacer (34) sin rencores (22) sobrinos (5) soledad. (9) sueños guajiros (64) sueños infantiles (13) suicidio (2) suicido.ángel (3) sustos (4) televisión (4) trabajo (8) tradiciones (9) tris (2) triste (17) unión (7) utopías (15) vas (6) vergüenza (8) vida (58) vida. (28) virtual (4) vivir (24) yo mera (12) yo mera. (4)

Ángeles de la fe

Yo traigo la verdad en mi palabra Vengo a decirte de un niño sin abrigo. Vengo a decir que hay inviernos que nos muerden, de la falta de un amigo. Vengo a contarte que hay luces que nos hieren, que existen noches sin whiskys ni placeres. Vengo a decirte que está cerca tu condena. Hoy una madre murió de pena. Déjame cantar, tengo vergüenza de ser humano como tú, en tu presencia. Descubrirme a mí mismo y en tu figura qué poca cosa somos sin ternura.