Con los nudillos del miedo, El Algo toca la pared de mi recámara. Toquidos certeros me despiertan. No hay nadie ¡Madre Santísima del Purgatorio Bendito! Nadie y mi alma. Los equivocados seres, incipientes fantasmas percudidos buscan un sitio donde guarecer su olvido. Y yo con mi mente tan a la mano. Hazme invisible señor de los Eternos. ¿Quién me canta una canción de amor?
Aterrada, pegada al colchón de mi cama metida hasta el fin del miedo. ¿Dios existes? Corre en mi ayuda, baja de la cruz porque...
Toc toc suena macilento el estruendo de un ruido desgastado muchas veces por El Algo que me asusta. El Algo quimérico no anda ahora por aquí. Los sueños rosas terminan por entregarse al bullicio tibio del jardín de enfrente. Los Algo pecaminosos obstruyen las pupilas. En viernes cualquier objeto es bueno para deshacer fantasmas menesterosos de por debajo de la cama. Pelusas oscuras salen con un dejo de aroma sutil a tiempo perdido.
Viernes de canto en los bares de por allá lejos donde las beatas de perfume barato abren sus reclamos de colores chillantes al hombre recordado hasta el hastío. Las monjas también tienen derecho. Obviando también izquierdo.
Los Algo vaticinan una noche larga. Exorcizo tu nombre pegado a mis labios. Te perdono todos los viernes. Y los jueves si quieres ya entrados en gastos. Cántame una canción a esa mi sonrisa. Di que sí, ándale no seas así quien sabe como.
No debí haber ido allá. Los espíritus escondidos en el lodo se pegan a la suela de los zapatos. Y luego como si cualquier cosa se dejan caer en el alma débil hallada por los caminos. A veces descansan escondidos en los pétalos de las flores de los difuntos. Ay yo con esta soledad atolondrada mucho me temo dormiré rodeada de perros pa´que no me vean Los Algo deshabitados. Ojalá se desilusionen y no vuelvan nunca de los jamás benditos. Esta noche tengo miedo pero nomás poquito. ¡Sálvame Enrique! Desparrama tus letras tristes en mis oídos. Hazme ese favorcito por hoy nomás. ¿Qué tanto es tantito? Total tu tan acostumbrado a salvar almas nada desmerecerá el poco caso que me hagas. Al fin que contigo y sin ti camino igual sin prisa. Sálvame y prometo ir a verte en el día que vendrás a este sitio donde la temeridad no existe. Donde el miedo se ha camuflado junto a los vapores del valemadrismo impertérrito.
Los bang bang mortales se asoman al final del paraíso para recordarnos que las balas perdidas no existen, lo que cambia es el destinatario. Toda bala al salir de su refugio lleva ya escrito un nombre. Toda bala sabe contra quien debe estampar su carga letal.
En el lienzo blanco de mi cuaderno sigue esperando el texto a un niño suicida. Su madre me lo pidió días después de su partida. Pensé que moriría junto con él por el simple hecho de ser hijo único. Sin embargo la vida persiste haciéndonos más fuertes de lo que somos. La vida va y ella sin él sobrevive a su inexistencia. ¿Qué tan fuerte es una madre para soportar la partida de un hijo? No me es menester saber. No por favor.
Los niños no debían morir bajo ninguna forma. Deberían ser de un material resistente. Menos, muchísimo menos por propia mano. En los niños la palabra muerte debía ser desconocida, de esa manera no buscarían su salida como salvación.
¿Algún día escribiré ese texto? Segura estoy que no. Siendo un dolor ajeno mi cabeza está vedada a semejante encargo. La mente desobediente no escribe por encargo. No puedo. Quizás por eso soy lo que quise y quiero ser, libre. Libre, encadenada a mis demonios. Acabo de liberarme de otro diablillo. Uno menos en mi lista de demonios utópicos.
Es mejor dejar mudos los dedos.
El Niño Suicida ha dejado de visitarme. Ya no despierto con el dejo de su sonrisa en mi memoria. El Niño Suicida sabe lo que lo quería y también sabe que lo poco que pude hacer por él, lo hice. Dicho queda. José y yo al final de los finales fuimos amigos en la inexistencia del ser.
Tengo miedo, no mucho, por tanto no me asustes, acuérdate fui buenita contigo. Otras veces no pero nadie es del todo malo tampoco. No me asustes hoy ni mañana ni nunca. Yo no quería que te quedaras bajo la tierra mojada pero no podía dejarte fuera. Hay lugares exclusivos para los migrantes de la vida.
Lo jurito, tengo mucho miedo así como cuando mi corazón quiere dejar de latir porque no estás aquí. Porque mi vida es nada sin ti.
Porque en mi soberana inmediatez, desconozco a quien escribí lo escrito. A mis Algos, sí, pero no todo tiene un destinatario.
Todo tiene su causa aún cuando su efecto no sea a quien va per se.
Todo tiene su causa aún cuando su efecto no sea a quien va per se.
Desde el otro lado del charco —tan lejos, pero tan cerca— te mando un abrazo, mi querida chamaca.
ResponderEliminarTe leo y pienso que si por casualidad un tipo que goza donde quiere, donde puede o donde lo dejan apareciera por aquí y te leyera le espantarías. A no ser que ya te quisiera. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Tu forma de mostrarnos tu mundo interno es maravillosa... es un deleite leerte, querida.
ResponderEliminarBeso enorme.
Yo he soñado cosas imposibles que luego han sucedido.
ResponderEliminarDormido me han tocado el brazo y me lo han apretado.
He gritado y he dado la luz.
No había nadie pero el brazo me dolía.
Mi padre muerto ha venido varias veces a verme cuando duermo.
Lo sé porque una vez quiso pegarme y le dije que no volviera más.
No ha vuelto.
Todo puede tener su explicación lógica o no tenerla.
En el primer caso cuando soñé lo imposible y luego sucedió... dejé de ser el incrédulo que era sobre lo que no sabemos pero que ahora sé que existe.
A veces pienso que la muerte es una puerta de entrada a otros universos que hemos de transitar.
Besos.
¡Madre mía, vaya texto! 😱 Me ha dejado los pelos de punta, pero al mismo tiempo me ha fascinado. Es que lo has clavado, ¡la forma en que describes a "El Algo" es brutal! Esa atmósfera cargada de misterio y temor me recuerda a las noches en las que sientes que algo te observa y no sabes si rezar o correr. 😅 Además, lo de los fantasmas que buscan guarecerse en el olvido... uff, ¡es una joya!
ResponderEliminarlos "algo" ya van calentando motores, pues se acerca halloween, y en cuanto a lo otro, haces bien en no escribir aquel texto por encargo.
ResponderEliminarbesos filibusteros.
Hay encargos que es mejor no aceptar. Nos va el sano juicio en ello.
ResponderEliminarEl discurrir de los trances es imposible de imaginar en cada mente.
Tus Algos son los encaras con serenidad, eres admirable.
Un beso.
Me dejó pensando la reflexión sobre el niño suicida. Entiendo que es un tema complicado, por lo que se agradece que lo hayas tocado, valga la redundancia, con tacto. Va un abrazo, Malquerida.
ResponderEliminarMadre Santísima del Purgatorio Bendito! ; )..peeero si sigues escribiendo taaaan maravillosamente como siempre , mi querida MALQUE , incluso eres capaz de trasladar ese miedo atávico q en ocasiones se nos mete dentro y nos deja sin aire, deseando como tú dices volvernos invisibles para q esos "algos" pasen de largo sin percatarse de nuestra existencia, esos "algos" q en la mayoría de las ocasiones sólo existen en nuestra mente y es nuestro miedo, nuestros miedos quienes les dirán de corporalidad y los materializan ...sea como sea, cuando se une tu vena artística, con tu sangre mejicana surgen estas maravillas tan perfectas para la época había la q vamos, lástima q no siempre seamos capaces de ver a la muerte con este talante lúdico festivo en el q vosotros sois maestros , mucho más cuando nos ha visitado de cerca y hace poco ... intentaré aprender de ti, jamás tendré mejor maestra ...un placer volver a leerte , sieeeempre es un placer leerte ..besos grandísimos con música de volver, volver volver ... siempre vuelvo , en la voz de tu querido Enrique ; ) Muaaaks bonita!! q todo lo q te duele, hoy duela un poquito menos ...de corazón !!
ResponderEliminarQué genial texto, la MaLquEridA, entre relato, mello... ¿Noticiero de las 8:00 pm? Ricura para los ojos el leerte :D
ResponderEliminardespués de muchos años vuelvo a leerla, es extraño encontrar aun a alguien que aun escriba en los blogs que solía visitar, no se si me recuerde, pero yo a usted si la recuerdo. un gusto el saber que aun hay sobrevivientes de blogger, un saludo.
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