Excúseme usted, mire, cómo le digo, no sé de qué manera comenzar.
Mire usted, yo nací en un pequeño pueblito allá por las afueras de la ciudad. Crecí entre hongos y columpios, creo que usted ya sabe eso, si es así haga de cuenta que no lo dije. Anduve un tiempo empeñada en fastidiar al mundo pero no se lo crea a pie juntillas, lo digo por decir porque la mera verdà el mundo poco sabe que existo ¿No? de eso ni hablar.
Me entretengo en descubrir cada día mi vida perdida en manos del Señor. Es que mire ya le digo, yo de chiquita creía en un Dios al que le pedía milagros, usted sabe, de niña. Que si mis papás me llevaran a pasear, que si mis hermanos me quisieran un poco, que logre mi sueño de ser maestra, en fin. Cosas de uno que le pide imposibles al Dios de sus padres.
Pero bueno ya crecí. Tengo los pies bien puestos sobre la tierra y ya no pido milagros porque no sé en dónde perdí la fe y pues bueno para esperar un milagro se necesita tener fe.
Si usted recuerda, antes yo decía que vivía cerquita del infierno, en la esquina tres calles a la derecha, ahí podía usted preguntar por mi pero ya no vivo ahí.
Ahora vivo en un lugar cercano al paraíso, ¿Qué cosas no? Primero vivía cerca del infierno y ahora ya me cambié cerca del paraíso, ¡Vaya cosa!
Ya se habrá dado cuenta que soy un poco discordante.
Mire, a sus preguntas de quién soy, de dónde vengo y a dónde voy dispénseme pero no se las puedo responder por la sencilla razón que yo misma no las sé.
No, no me vea con esa cara de sorpresa pero es la verdad. Si me hubiese preguntado algunos meses antes posiblemente le habría contestado que soy una señora venida del pueblo de Allá arriba y que voy a donde el destino me lleve. ¿Pero sabe? Yo ya cambié, ya no soy la que llegó un día con su negra y rizada cabellera a comerse al mundo. Ya no soy esa. Los años me apaciguaron. Me pusieron en mi sitio. El destino me hizo el corazón duro y secó las lágrimas para que nunca más brotaran, ¿Entiende?
Eso si, soy un poco más sabia o mejor dicho menos tonta porque pues para qué es más que la verdad, leer enseña, y pues yo estoy leyendo mucho y de ahí aprendo, aunque sean palabras nuevas. Algo es algo dijo un calvo cuando le salió un pelito digo yo.
Mire usted, soy un poco lerda en cuestiones poéticas. Demasiado inquieta mentalmente. Demasiado triste para ser feliz, demasiado alegre para ser triste.
Si se da cuenta soy un poco demasiado, algo así como una especie de intérprete de silencios mal traducidos o lo que es lo mismo ni yo me entiendo.
¿Le digo algo?
No me pregunte quién soy porque la mera verdad me aburre estarle contando mis cosas a alguien que me ve con cara de asombro como si estuviese viendo un renacuajo fuera de sitio.
Si quiere que le cuente de los milagros en mi vida o de la fe perdida, olvídese, ¡Nanay! No le contaré nada, vaya a echar sus chinches a otro lado.
Ahora que si quiere saber, ¿Sabe cuál sería para mi un verdadero milagro? Volver al pueblito de Allá arriba. A la casa paterna y ver que nada ha cambiado, que esa casa donde fui feliz con mis hermanos es la misma que dejé hace unos años, cuando salí para casarme pero pues eso no es posible porque el tiempo pasa. La gente crece, los hermanos cambian. Uno también, la madre se muere y ya no hay más que hablar.
Allá no volveré como lo dije un día. Enterré a mis muertos. Desterré amores., Deshice querencias y agarré el camino donde no hay vuelta.
El camino del adiós verdadero. Del si te vi ni me acuerdo o lo que es lo mismo ojos que te vieron ir...
Como le repito uno entierra a sus muertos mirando el sortilegio de los árboles del cementerio. Verdes, frondosos, llenos de cantos de pájaros. Árboles llenos de vida con raíces atrapando a los murtos. Jura no volver nunca más y usted lo cumple porque es así. Porque los muertos ya no están ni en huesos.
¿Ya ve? Ya me están saliendo las lágrimas por su recochina culpa, mejor ya cúchile, déjeme sola aquí con mis recuerdos, quién le dijo que viniera de preguntón a abrir heridas. No ande hurgando tierras ajenas con la esperanza de poder escribir historias anónimas. Las historias del Pueblo de Arriba se escriben con sangre de misericordia y son enterradas en el cementerio del Nunca más. Nadie pregunta nada a la hora de la muerte de los escogidos por la calaca tilica y flaca ¿Yu nou gûer ai min?
¡Ya váyase! ¡Cuélele! ¿Qué no ve que las lágrimas son un milagro? Las lágrimas son los llantos del cielo. If yu nou wer ay min?
No podemos volver donde fuimos...
ResponderEliminarY créeme que yo me engaño y a veces vuelvo.
La casa sigue ahí.
Pero ya no están ni mis padres ni mis hermanos.
En las casas vecinas tampoco vive la gente que yo conocí.
Cuando vuelvo todo parece igual de lejos pero no... ya no queda nada más que las casas con impostores dentro que han sustituido los personajes de mis recuerdos y los árboles que nos servían como porterías para los partidos de fútbol... esos árboles, que acaricio, siguen ahí viendo pasar la gente, las vidas y el mundo.
Un beso.
Por eso no vuelvo, ya no hay nada a qué volver.
EliminarBeso con abrazo MiToro
Cada vez te hace más de rogar... ¿Quién es el tipo feo de arriba? Qué gustos. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Ni que fuera santo pa que me ruegues jajaja nocierto.
EliminarEstuve enferma de los ojos, a mi el calor se lleva mal conmigo.
Beso
Lo malo es que no podemos volver ni la pueblito ni a la infancia cargada de fe en los milagros.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Malque
Eso si no estoy segura de querer hacer. Regresar a la infancia quizás es algo que no haría o ... si.
EliminarBesos
No preguntemos, no hurguemos, en esa memoria castigada por las despedidas, dejemos discurrir el tiempo entre sombras de sospecha, pero también con algún amanecer para recordar.
ResponderEliminarBesos.
Así se hará mientras se pueda Alfred
EliminarBesos
¡Qué susto me ha dado tu título, chamaca! He pensado que ahora escribías en inglés y ya nunca más podría leerte. Ya soy muy mayor para aprender ese idioma. Bastante tengo con el nuestro, que tan solo a medias entiendo, como para meterme en otros berenjenales. Bueno, pues que me alegro de poder seguir leyéndote en cristiano. Tan bien como siempre. Tan cabreada con alguien, como tiene que ser.
ResponderEliminarBesos.
Tan siempre como debe ser invariablemente.
EliminarYu onderstan mi? :D
Besos
Los milagros no existen, doy fe;) y regresar a ciertos lugares sólo cuando nadie no nos echo de ellos y si es por voluntad propia. Los recuerdos son esas polillas que necesitan de vez en cuando un poquito de alcanfor, y por lo demás me encanta tu mente inquieta, y que no deje nunca de darle vueltas a todo, así me gustas, mi chilanguita.
ResponderEliminarMil cariños.
Eres muy precisa, preciosa. Es más, ERES LO MÁS.
EliminarTe quiero
Qué maravilla.
ResponderEliminarTus textos envuelven,revuelven, encienden...
Eres increíble
Beso admirado.
Eres muy amable Luna
EliminarUn abrazo hasta allá
Creo que nunca se es demasiado inquieta mentalmente. Sí hay personas que no tienen ninguna inquietud mental y dios nos libre de llas. El corazón duro, dices, a mí me parece que no. Si lo tuvieras duro, no serías como eres.
ResponderEliminarUn besazo
Ay Carmela tu siempre tan cierta.
EliminarUn beso
Quizás por todo lo que dices me gusta leerte y saberte.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Tracy
EliminarBesote
Hola hermosa.
ResponderEliminarYo nunca me fui. Bueno me fui y después de un matrimonio fallido volví para nunca irme .
Aún así todo es diferente. La gente y sus miradas, la calle vacía, hasta el aire me parece más denso.
Nada permanece. Si lo sabré yo?
Y perdone por las lagrimitas de sus bellos ojos. Un abrazo
Como se dice, todo cambia siempre siempre.
EliminarUn beso guapa Jova
En la mente y el corazón, siempre estás volviendo a ese lugar del que nunca te fuiste porque este texto queda para siempre. Los muertos tampoco están tan muertos, por la misma razón...
ResponderEliminarVa un abrazo, Malquerida.
Muy bonito comentario Julio David
EliminarUn beso apretado
es el camino de la vida de cada quien que avanza inexorablemente sin que podamos cambiarlo ni volver atrás.
ResponderEliminarbesos.
Ha dicho el sabio DRACO
EliminarBesos
Es difícil dejar de volver atrás. Las lágrimas ayudan. Te deseo que pases un verano lo más agradable posible y te mando un gran abrazo Malque.
ResponderEliminarAsí sea.
EliminarUn abrazo de vuelta para ti Mara :)
Mi querida MALQUE, vengo aquí de rodillas con las manos juntitas con cara de niña buena a disculparme por la de entradas que me he perdido, la verdad es que hace como 15 días que me cayó una marabunta de trabajo encima y ahora empiezo a sacar la cabeza de debajo, tus entradas son colosales pero requieren tiempo y eso es de lo único que no dispongo por más que quiera estirar los segundos.. Bien, confiando en tu clemencia te diré que sabes mucho más que la mayoría, sabes de donde vienes, a donde has ido, lo que sabes y aprendido por el camino e incluso los milagros que has pedido y que por la razón que sea no se han cumplido, la fe se tiene o no se tiene, si se va nunca regresa, es como la confianza, en el momento que abre la puerta y se va, jamás vuelve. Todos vamos cambiando por el camino, nadie es quien fue y mira mejor, a veces pienso que si nos viéramos como éramos hace unos años, posiblemente no nos reconoceríamos, seas quien seas me gusta como eres .. al menos en letras, resultas tan fascinante que seguramente vista desde aquí con mis ojos tampoco tú te reconocerías : )
ResponderEliminarUn beso graaaande y seas quien seas, que sigas siendo quien eres, a mi me gusta por eso siempre vuelvo, tarde mal y arrastras, pero siempre vuelvo : )