Cinderella se levanta las mañanas de sábado y se acurruca en el sillón, para ella no hay días más raros que los sábados.
Desayuna enchiladas pobres. Les dice así porque no llevan pollo. Cinderella recuerda en la infancia la batalla diaria de su madre para darles de comer.
No le gusta que la abandonen, es el trauma que le dejó el hombre que fue su padre cuando la dejaba parada en la avenida, solitaria y temerosa de la gente que pasaba frente a ella.
A Cinderella le gustan los hombres, piensa que es lo mejor que la vida ha puesto para alguien como ella.
Colecciona perfumes y gran cantidad de aretes, los guarda como un tesoro debajo de su cama.
Le gusta salir de compras
No le gusta cocinar desde que un día quemó en una cazuela de su madre el recuerdo de su padre.
Toma café negro porque le dijeron que con eso se curaría de los temblores. Ah! y también toma chocolate y tostadas con sal.
No le gusta que le digan que es buena en algo porque ella sabe que nunca ha sido buena en nada.
Cinderella piensa que es hermosa, hasta que se ve en el espejo
-Tienes bonita letra- le dijeron ayer pero no les cree porque piensa que se lo dicen porque la quieren.
El sueño más reparador para ella es el del domingo, sin nada que la despierte, amanece hasta que los pájaros chillan de hambre.
En ocasiones odia al mundo porque no camina del lado de ella
Cuando se muera en sus otras vidas se casará con todos los amigos de los que se ha enamorado, puede que la falten pero con las que cuenta ahora son suficientes.
Cinderella camina despacio para que sus huellas no se queden atoradas en la suela de los zapatos de gamuza café.
Los sentimientos se vuelven quehaceres tormentosos.
Los sentimientos se vuelven quehaceres tormentosos.
Odia a su vecino que corta el pasto en las mañanas despertándola de un sueño de amor equivocado.
Solitaria ha tomado la costumbre de responderse sola a sus propios cuestionamientos.
Hay veces en que mira al cielo para saber si sigue ahí su madre pero las nubes gordas de julio no la dejan ver más allá de lo gris de sus vestidos.
Cinderella ordena al mundo ¨Hagan todo y de buen modo¨ y el mundo obedece ante la risa que les provoca el mover de sus caderas y la voz chillona.
Odia al señor de la basura, al jardinero, al albañil que trabaja al lado y no la deja dormir. Al del gas, al de la fruta, al del pan, al de los tamales, al del agua, al cartero que convierten en un gran alboroto la calle pacífica de entre semana.
Cocina crema de champiñones que le sale de rechupete, herencia de la madre triste.
Cocina crema de champiñones que le sale de rechupete, herencia de la madre triste.
Ama a las muñecas pero no le gusta dormirse con ellas porque le pellizcan los pies.
Come uvas en racimos para no tener que cansarse masticando una por una.
Cinderella se cae frecuentemente, tiene el ego debilucho.
Tropieza con las esquinas de los muebles, con las orillas de las sillas, con la puerta de los perros. Los pies se vuelven torpes y se agudiza el ingenio. Para no tropezar mejor es no caminar. -¨Debes moverte¨-le dice el amante en turno entonces empieza a bailar graciosamente, ganándose un abrazo y un beso tronado.
Entre tantos odios y alegrías, Cinderella Star recuerda que nació hace poco en el aburrimiento de un viernes conceptual y que aún no ha perdido la zapatilla de cristal.
Animo querida malque,tu sabes que no hay nada en este mundo que pueda contigo.
ResponderEliminarPara tanto ruido usa unos tapones,asi hacemos nosotros y podemos dormir mas tiempo.
Besos alevosos.
ash!! comente con mi otra cuenta jajajaja lo siento!!!
ResponderEliminarBesos Alevosos
aLevosìa :)
Me hizo recordar a mi prima :s
ResponderEliminarSiempre me siento aliviada cuando encuentro a quien sabe transcribir mis emociones más inquietantes.
ResponderEliminarGraciias...
a mi también me disgusta el ruido y a veces parece que la gente tan sólo viviera para provocarlos, como si tuviera miedo de tanto silencio. que tengas un buen domingo, un beso.
ResponderEliminarCreo que Cinderella, respecto de la perdida de la zapatilla, ahí como el dicho se quedará esperando...porque el que espera desespera y esperando se queda. UN abrazo. carlos
ResponderEliminarno tengo enchiladas pero te puedo ofrecer Gazpacho... jeee...
ResponderEliminarMi malque... todo es elemental, no te compliques más... respira y solo no te olvides de respirar...
besos y abrazos mi malque, nos estamos leyendo.
Esa Cinderella es tremenda, al menos ya conocemos algo más de su ensoñada vida con el príncipe.
ResponderEliminarTE queremos!
Yo conocía a una tal Cenicienta, no se si será la misma, la pobre....
ResponderEliminarBesos y salud
Se me antojó acompañar tu deliciosa prosa con "I'm only sleeping" de The Beatles.
ResponderEliminarSaludos Enfermos.
Eres hermosa.
ResponderEliminar=)
Saludos.
Se me antojaron unas enchiladas
ResponderEliminarD:
saludos!!
Hola cielo!!! Me gusta el guiño que le has hecho al cuento original!!! Besos cariñosos desde España.
ResponderEliminarY aquí sigue el patito.
ResponderEliminarInmune al desaliento.
Como un desafío a todos los que vengan.
Vais a leerme con el patito, cabrones!!!
Pues yo no lo haré.
Antes muerto que leer con el patito.
Podré comentarte como ahora pero ya no leeré.
El patito o yo.
Besos.
No es por nada, pero me ha entrado un hambre canina...con lo mal que lo llevo ahora que estoy con la operación bikini...un besote preciosa.
ResponderEliminarDejala disfrutar .... y despues nos cuentas sus aventuras
ResponderEliminarUn abrazo
Un afectuoso abrazo Flor.
ResponderEliminarPepe
Esa Cinderella... Tan difícil de entender como toda buena mujer. Ama a los hombres, pero a todas la personas que odia son hombres.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga Malquerida.
Precioso texto, de principio a fin (:
ResponderEliminarCinderella vive en muchas de nosotras, me identifiqué también.
Precioso de verdad.
Una Cinderella hermosa por dentro y por fuera!
ResponderEliminarMe encantó el post...
Eres una genia, no me canso de decirlo!