Nadie ha vivido al tope si en su casa no ha tenido dos hombres enfermos al mismo tiempo. Eso es adrenalina pura no payasadas.
Uno de los mayores retos a los que me ha enfrentado el destino sucedió ayer cuando al buen Barry se le ocurrió que le cocinara arroz.
¡ARROZ!
Los ojos se me saltaron, los calzones se me cayeron, el corazón se paralizó. ¡Gulp!
¡Por dios! ¿Quién en esta vida le pide a su hermosa esposa que le prepare arroz? NADIE a menos claro que el buen hombre esté enfermo y la hermosa y bella consorte quiera agradarle, pm.
Seguramente aquel que pide que le preparen arroz nunca en su =)(/&(= vida lo ha hecho. No sabe que debe tener un cuidado adecuado y saber exactamente las proporciones precisas para que el platillo salga esponjadito y de rechupete.
Un buen amigo me decía ayer que si conocía la cocina -con eso de que nunca entro ahí-
-Claro que la conozco- respondí.
Y es verdad, la cocina es donde se guardan todos esos hermosos objetos que sirven para presumir con las visitas cuando llegan a comer y actuamos como si de veras fuéramos muy educaditos.
¡Madres! Si cuando comemos sin cubiertos sabe más rico. Eso de chuparse los dedos o los huesitos del pollo es casi casi un orgasmo culinario. Casi, tampoco es para tanto.
En fin, la cocina también encierra aparatejos que facilitan el trabajo de las mamás que se quiebran la cabeza pensando qué hacer de comer.
Ahí también se guardan las croquetas de los chihuahuas, las de Calixto y todos esos artilugios que sirven para preparar brebajes mágicos, léase malteadas, cafés, thés y bla bla bla. ¡Ah si y aguas de frutas!
Y es el lugar dónde el buen Barry prepara mi desayuno para asegurarse de que por lo menos eso coma en todo el día. Ya saben, eso no se me da.
En la cocina a veces -muy pocas- renacen los aromas deliciosos con los que atraía a mi familia a la hora de la comida pero se esfuman tan pronto como dura un suspiro.
.
Así pues, sí conozco la cocina.
Pero de eso no se trata esto.
Se trata de que poniendo al límite mi paciencia y tolerancia, el día de ayer -con dos hombres enfermos en casa- tuve que preparar un arroz blanco que salió de pocas pocas pulgas. Eso es según quien se lo coma, opina sobre ello.
He aquí las expresiones de los comensales:
Barry: -Este arroz parece engrudo, no me lo voy a comer, me voy a enfermar más. ¿Tú me quieres matar o qué? ¿Cuánta agua le pusiste? ¿Acaso no sabes preparar arroz? Mejor no me lo como.
Bruno: Está muy rico mamá, ¿me sirves más?
Es verdad Honguito te salió muy bueno, no le hagas caso al Barry.
la MaLquEridA: Soy muy valiente pero este arroz me pone friki, mejor no me lo como, no vaya a pasar lo que en Caborca.
Benito Tiki: Gruar grusr putosgrrr grrrtodos
Babo Alejandro: Ababababa grrr dénmelo grrr a mi grrar me lo grrr como todo ababababaa, ¿No ven que estoy muy flaco? abababa grrrr.
Calixto: Miau miau miau no miau me gusta miauuuu el arroz miauuuuuu. Dénselo miauuuuu al Babo puto miauuuuu que siempre miauuuuuu me corretea miauuuuuu.
Laura: No opino porque no vive aquí.
Y es que ya se me olvidó cuantas tazas de agua son por cada taza de arroz. Me acuerdo que era una-una pero Barry dice que es 1-2 y así lo hice porque él preguntó a las que saben -Cocineras expertas a las que el arroz les sale muy rico- ¡Ay si ay si! ¡Mis huevos también saben rico y no presumo!
Así pues, visto lo visto, la cacerola quedó prácticamente llena. No sé qué voy a hacer. Pero es que de verdad yo no tuve la culpa. Dije claramente que no cocino y si antes me salía delicioso era porque tenía el toque especial que da el amar la cocina.
Hoy la amo pero solamente cuando Barry me llama a desayunar.
Al rato llega una víctim... digo Laura que al igual que Babo Alejandro se come todo lo que le doy así sean piedras o engrudo en forma de arroz.
¿Gustan? Acuérdense que la comida no se tira y los amigo están en las buenas, las malas, las peores y en situaciones extremas como esta.
¿Les sirvo una cucharada aunque sea? Pueden pasársela con agua o si no pueden cerrar los ojos y así no ven lo que se comen. Digan que si, acuérdense también que hay mucha gente que no tiene qué comer en el mundo.
¿Si?