Hija-madre, madre-hija.
Se toma el papel muy en serio. Me cuida, me llama, me vigila, me procura, me regaña, me... En un descuido me baña, me viste. Limpia mis decadencias si acaso me faltara valor.
Me sueña.
Come, come, come. ¡Dios que madre tan ella!
Me sueña.
Come, come, come. ¡Dios que madre tan ella!
Vamos por la calle...
Cúbreme con tus brazos mi alma.
Nadie te hará daño.
Tira bastonazos mamá, dice enojada cuando en la calle la gente presurosa me empuja sin querer -o queriendo- ciega a su entorno. Insensible a su propia mediocridad me arrumban al sitio mismo del desprecio por el ser humano enfermo. Este mundo no está hecho para los errores de dios. Como todo, los desatinos hay que esconderlos debajo de la vergüenza. Este mundo está hecho para seres perfectos y sin embargo nada me creas como te lo digo.
Ella habla fuerte para que la gente sepa que este aprendiz de quijote femenino lleva un escudero de pelo rojo y cuerpo delgadito como el querer de los poetas. Mi causa está perdida. Mente sana, ¿quieres más? Los molinos de viento ya no se mueven. Se han convertido en realidad. Moles de piedra de una sociedad decadente. Te mereces un novio poeta ¿Aún no lo olvidas? Falta poco.
La niña ata las cintas de mis zapatos -Espera mami no te agaches- haciendo nudos en mi desesperanza, las agujetas no me son obstáculo gracias a ella. No te ates a mi, sé libre como las letras de una canción de amor que me escribieron hace tiempo. Tú madre fue musa mi niña. De Abril y de todo el año. Suerte te de dios o el diablo. Las musas inhiben los esquemas.
Pone un poco de rubor a mis mejillas pálidas. Arregla el pelo rebelde de una madre cada vez más dependiente. Intenta poner orden al cabello peinado para ningún lado. Mañana te llevo a cortarte ese greñero, dice con esa voz de suyo tan mandona mientras los mechones disfrutan sus manecitas. Te voy a comprar pasadores, te enseñaré a ponértelos. Olvida que mi cabeza no admite adornos ni sujeciones. El pelo es sinónimo de mi vida. Barquito al garete. Tuyo es todo el mar que no poca cosa es. No te lo tomes de un sorbo, te puedes ahogar.
Y las rastas -¡a la vejez viruelas!- oh esas rastas como nidos de pájaros mandones sobre mi cabeza. Nidos de petirrojo muriendo de amor. Sangra corazón, te toca sufrir. Nidos de colibríes revoloteando rápido rápido rapidito que se acaba el viento. Libando mieles volubles. Estática vives sin existir. Nidos de pájaros de alas negras, plumaje brillante, pico lacerante en el vaivén de una vida tan así. Graznando en lo alto del tejado no dejan de mirar a su presa. Nido de pájaros balbuceantes exterminando un poquitín las ideas. Pájaros en el alambre. Pi pi pi ¿Pio?
La niña me mira, me acaricia, me defiende. Acompaña mis locuras con besos que al fin y al cabo esos nunca se acaban. ¿Me quieres mamita? Mañana te doy un masaje dice cuando se va quedando dormida. ¿Quién soy para merecerte?
La niña no quiere ser madre.
Hay tanta miseria, los niños sufren, lloran, mueren.
No seré verdugo de inocentes.
Elegido ya un futuro sin hijos. Los príncipes se extinguieron dando paso a los patanes. ¿Este cuento se acabó?
Modifica tu destino.
La niña se niega a ser madre.
Niña reacciona, eres ya madre de tu madre y yo no sé qué hacer para cambiar tu suerte.
no eres un error de dios.
ResponderEliminaren cuanto a tu hija, tienes a la mejor escudera que cualquier caballero andante quisiera tener.
un beso.
Un borrador sin corregir. Eso sí
EliminarBesos querido entrañable Corsario
Nadie es un error de dios, pero con la edad o la enfermedad los papeles se invierten, y los hijos, más las hijas, toman el relevo de sus propios padres, más madres. No creo que sea nada agradable para el mayor ni para el más joven, pero la vida es así. No en vano padres, y más madres , cuidaron de los que ahora son fuertes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Malque, y fuera greñas :-).
Las greñas tendrán que esperar un poco más. ¿Qué tanto es tantito?
EliminarUn abrazo fuerte
A vuelapluma y entrelíneas me gustan más tus paranoias. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
A ti te gusta todo lo que escribo es porque eres un sol, viejito pero un sol.
EliminarBesos de madrugada
Ay, los hijos, cuanto nos quieren... A pesar de lo que parezca...
ResponderEliminarFeliz fin de semana
igual espero haya sido para ti.
EliminarUn abrazo
Qué testimonio más vital, de esa relación de cambio de papeles.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Alfred, un abrazo por siempre.
EliminarYo quiero ser madre de mi madre, porque es hermosa como tú. Por eso tu hija es tu madre.
ResponderEliminarYa fui hija de mi abuela, pero ella no me quería a mi. Quería a su hija, aquella que nadie quiso y ella recogió de una madre que no quería a esa hija.
Es un rol de ir y venir. La vida misma en un ganar ganar.
Me encanta tu greñero porque es libre como tú.
Un abrazo con mucho cariño
Hola Jova.
EliminarConocí poco a mi abuela materna. A la paterna la tuve por más tiempo pero era muy enojona. Nos regañaba pero así se acostumbraba. Abuelas enojonas.
Un abrazo triple
Las personas cambian, sus roles también lo hacen o deberían hacerlo. Lo importante es no dejar solos a quienes nos necesitan.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola José, me da gusto tu regreso.
EliminarUn abrazo
Algo bien habrás hecho para tener esa hija.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues mira que por más que busco no encuentro que de bueno hice para tener este ser humano tan humano.
EliminarUn beso MiChema
Eres musa aún. El viento, las olas y las cosquillas se inspiran en ti. Me encanta como escribes
ResponderEliminarUn achuchón apretao, Malque
Muchas gracias por tus gentiles palabras.
ResponderEliminarTe mando un abrazo que va cruzando el mar en este instante.
Usa el bastón.
ResponderEliminarSin piedad.
Las calles son campos de batalla.
Qué bonito lo que cuentas MALQUE, déjala que te cuide, lo hace por tí, pero también por ella, de alguna forma o de muchas, ella es parte de ti. Te ve a ti en ella, por eso si tú estás a gusto, ella también lo está.. Dale un beso de mi parte y otro enooorme para ti.. subo que tengo deberes por hacer : )
ResponderEliminar