(Pláticas circunstanciales en los primeros tiempos de un día que ya pasó pero se quedó en el árbol de satín donde nacen los cuentos para La Bella..
Sentadas muy juntitas, ella y yo aprendemos de la vida. Una vaca pinta. Una becerrita de ojos rasgados. Las dos enseñándonos secretos.
Desmenuzando plácidamente quereres arrojados al vacío inepto de la melancolía costumbrista heredada del lado materno de Los Apellidos Ilustres, Natalia y yo nos sentamos por la tarde a mirar silencios arrejuntados en las alas de los colibríes. Las campanas de la vieja iglesia llaman a nadie, los fieles se han alejado. Fe perdida mucho tiempo ha.
¿Por quién suspiras abuela?
¿Por quién suspiras abuela?
Trocitos de nubes rojizas sabor a añoranza. Cachos de cielo lastimosamente azul asoman detrás de las nubes. El viento feroz mueve las campanas, metiéndose por las rendijas, con un severo ulular inquieto nos trae aromas de anís y laurel de aquellos domingos relucientes.
Dime qué olvidaste del pueblo al que no volverás.
Dime qué olvidaste del pueblo al que no volverás.
Encima mío, sentada en mi panza -su lugar favorito para retozar- retoma la niña recuerdos recientes. Me pones nerviosa abuela, dime qué piensas.
-Somos rumiantes mi niña-
Entendida de lo que es un rumiante mueve el rabito espantando moscas imaginarias. Esa sonrisa coqueta mi niña no se la enseñes a nadie que mía sólo es.
Me veo con ella en el pasto tiradas, mirando el infinito, andando juntas el camino que nos ha de llevar a ser inseparables. Juntitas las dos esperamos a la tarde benévola, tímida de sol.
Ella tritura en sus manitas las sonrisas de sus padres. Mamá y papá... mamá y papá... mamá y papá repite en sus sueños cuando ellos no están. Acunándola en mis brazos le lleno de besos la carita de princesa. Mamá y papá no se encuentran muñeca pero estoy yo.
-¿Hasta dónde me quieres abuela?- pregunta con su claro vocabulario de niña mayor camuflada en un ser pequeñito.
-Más allá del cielo preciosa, hasta allá lejotes, donde el fin no existe.
Somos rumiantes le digo.
Yo, una vaca pinta de ojos grandes con pestañas de aguacero miro el horizonte esperando al que ha de llegar.
Ella, becerrita tierna muge te quieros a Matías, su primer amigo con el que sueña y se divierte en la escuelita. Un beso en la nariz cura la gripe de Mati. La niña lo quiere. El niño la quiere. Tierno amor infantil.
Shhh abuela, no le digas a nadie.
Así los días, nos encuentra el que llega. Peleándonos, jugando, besándonos, durmiendo juntas. Rumiando trabalenguas y palabras nuevas. Haciendo deberes a tan temprana edad. Comiendo yerbas verdes, sanas como debe de ser. Como dicen los que saben, lechuga, espinacas, y yo qué sé nada de comer sano.
Vaquitas de ternura mirando la vida pasar. Yo echada a un lado de la monotonía. Ella abrazada a mi cuello relata cuentos que nos hacen soñar. Ambas dos a la par de juntas como dice por ahí alguien a quien no conocí. Las caracolas de su pelo negro enredadas al pelo blanco mío.
-¿Qué somos abuela?-
Somos rumiantes de vida mi niña, rumiantes de vida nomás. Vacas tiradas al sol contando nubes de sabor a encanto, pequeña.
Te quiero abuelita.
Yo te quiero hasta la esquina del mundo. Allá lejos desconocido donde el Sol y la Luna se besan a escondidas. Hasta allá te quiero.
¿Sabes?
Eres una becerrita tierna. Yo, una vaca vieja sin color. A blanco y negro..
recuerdos llenos de mutuo amor, al infinito, donde siempre se rememorarán.
ResponderEliminarbesos.
Gracias querido Corsario.
EliminarUn beso
A pesar de tener un único estómago, somos rumiantes, volvemos a lo que sentimos, a los que nos dijeron, a lo que hemso hecho, a lo que no supimos hacer...
ResponderEliminarPero ser rumiantes en cariños, complicidades y besos me parece una actividad magnífica. Un fuerte abrazo, Malque
Mira tú a veces siento que tengo dos o tres por el hambre que me da.
EliminarUn beso
Tiene mucha suerte tu nieta.
ResponderEliminarTener una abuela tan mágica es un regalo de la vida.
Besos.
Y yo tengo mucha suerte de tenerte en esta vida, tan lejos. Tan cerca.
EliminarUn beso MIToro
ResponderEliminarTORO SALVAJE
Es el creador de la Malquerida Te felicito
Me encanta el dialogo familiar de la instruccion que pasa de generacion en generacion, creo es cierto, somos rumiantes.
ResponderEliminarMe encanto la escena.
Muchas gracias por tus palabras José
EliminarUn abrazo
Te digo de verdad, siempre te leo, aunque como últimamente estás tan productiva no me de tiempo a dejarte comentarios, pero siempre te leo, bien, de todo lo que te llevo leído, hasta donde me alcanza la memoria, que no es mucho porque a mi me adjudicaron una de pez, despistado además, y encima de lo más sui géneris, este texto que te acabo de leer, es de las cosas maaaáaaas entrañables y preciosas que recuerdo, porque no es sólo que junto con Natalia nos traslades a todos a tu regazo, es que se siente en cada palabra todo el calor y amoroso cariño que le pones cuando hablas de ella y esa maravillosa forma de volveros rumiantes, que sólo tú eres capaz de conseguir que resulten casi mágicos, porque todos los somos, es cierto, sólo que el resto, bastante más prosaicos y sí ¿ cómo es posible que desde tan pequeñitos les atiborren a tareas en el cole, yo no toqué un libro en casa hasta los 15 o 16 años, siempre saqué buenísima notas y me llegaba y sobraba con lo que nos enseñaban en clase y como yo, la inmensa mayoría de mis compañeras, ahora los tienen todos exprimidos y encima no aprueba nadie.. algo muy mal deben estar haciendo, porque me consta que los niños son bastante más listos que nosotros… en fin, perdón por el desahogo… no eres una vaca sin color, eres la vaca sagrada de las letras mejicanas de la blogosfera, eso, como poco.. que tengo que irme si no te dejaba aquí la lista de todo lo mucho muchísimo que eres.. así sólo te dejo un beso inmeeenso toda mi admiración y cariño y mis disculpas por no llegarte…ni a la altura de los zapatos, ni a todas tus entradas, que a veces, como esta, son una verdadera joya ...MuaaksS! y gracias, gracias y mil gracias...jamás, de los jamases dejes de escribir, ojalá alguien te encuadernara todo el blog : )
ResponderEliminarTodo ha cambiado tanto en la vida y los niños son los que se llevan la peor parte en todo.
EliminarUn abrazo fuerte María
Enternecedora imagen.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias Chema.
EliminarUn beso
Os imagino a ambas y la escena... os veo felices, y eso me colma por la ternura que transmiten.
ResponderEliminarMil cariños, mi chilanguita de ojos tristes.
Te quiero mucho mi Zarza, siempre.
EliminarTe abrazo de corazón a corazón