El Pato Julies no es un pato, es un elefante desobediente. Con la trompa toma agua de río para enseguida verterla sobre su cabeza convirtiéndose al instante en pato. Pato-elefante.
Natalia nos lleva a mundos abstractos. Sentados en el sillón nos ordena callar, nos va a contar un cuento ¡Silencio!
Mueve las manos, los ojos, el infantil cuerpo a lo largo de la sala. Gesticula imaginaciones. Si osamos hablar nos manda a la silla de pensar que no es silla sino el último escalón de una escalera -obviamente- que lleva al mundo donde habitan los monstruos.
Había una vez...
Cuenta como salió la nave que circula por la ciudad de su dedo haciéndose añicos en el cuaderno de inglés. Habla de la cucaracha-grillo que hizo saltar a su papá sobre la cama. Su padre es un oso grande y fuerte y sin embargo los grillos y arañas lo ponen a temblar. Las cucarachas-grillo viven del otro lado del puente. Tienen antenas largas y cuatro patas. Caminan en las noches escondiéndose debajo de las hojas de los árboles.
Las historias se conectan una con otra según se vaya acordando de lo que ha vivido con lo que imagina.
Narra las aventuras de Caballo Colín, mi bastón convertido en cuaco de pelo negro, compañero inseparable de la princesa Elsa y Matías, el hijo del tendero del reino del hielo.
Caballo Colín le ayuda a encender las luces, a sacar a las princesas perdidas debajo del sillón. Tiene el poder de convertirse en arma mortal cuando enojada lo estrella en la cabeza del abuelo porque este tuvo la osadía de darle un beso cuando está de mal humor o corretea a la abuela para hacerle entender que comerá cuando tenga hambre y no se hable más.
Matías es de carne y hueso. En la vida real está enamorado de Elsa. La ve caminar por la calle. Corre a alcanzarla, -¡Natal... digo Elsaaa!- -¡espérameee!- grita poniendo las manos alrededor de la boca para que se oiga más fuerte.
Corre que te corre consigue alcanzarla en un suspiro. Tenerla de frente lo cohíbe, como todo hombre no sabe qué decir ante la hermosa dama. La Bella le dirige el mejor de sus encantos. La sonrisa cándida lo desarma haciéndolo huir a los brazos de su madre, la médica del lugar.
En ocasiones cuando la alcanza, le invita una galleta mordida pero la princesa es muy chocante y no la acepta. Él se va corriendo avergonzado. Mira tú que darle una galleta mordida.
-¡Adiós Matías!- grita la princesa al verlo alejarse.
-¡Adiós mamacita!- responde a lo lejos el joven plebeyo.
En el bosque de arriba -cuenta la niña- habitan los dragones sin patas, los abuelos convertidos en seres que huelen a herramienta y flores y las sombras aterradoras. ¿En qué momento Natalia conoció el miedo? Las sombras no esconden nada. Mira ve.
La Bella imagina el día que su mamá vaya a recogerla a la escuela.
Murmura con la cabeza gacha, quedito muy quedito para que la abuela no la escuche,
-Yo quería que viniera mi mami pero en vez de eso vino un monstruo- dice en un murmullo.
No me enojo ni me duele porque la entiendo perfecto. Alguna vez fui niña anhelando que llegara mamá, cosa que nunca pasó.
De niño uno no entiende ciertas cosas haciéndose comprensibles al paso del tiempo. Ya no hay remedio, los recuerdos se parapetan detrás de la memoria asomándose de cuando en vez para lastimar poquito. Contra los malos recuerdos no hay antídoto.
Hace de una muñeca de porte autóctono la madre que necesita cuando la abuela la regaña. Sentada en la escalera le pide vaya por ella. Le acaricia el pelo, las mejillas, la boca. Las muñecas de cerámica no responden. Nomás se le quedan viendo con esos ojitos pintados con negro mate pa´que no brillen.
Cansada de contar historias extraña a mamá y papá. Papá y mamá es la manera en que los llama cuando la noche se asoma por la ventana. Mamá y papá. Papá y mamá dice con la carita pegada al cristal.
Ah si la vida no fuera tan cara los niños serían felices, no añorarían los brazos de su madre. Los abuelos serían abuelos y los perros seguirían siendo perros.
Cosas de la evolución que no entiendo o será que ya estoy vieja y digo como muchos que todo tiempo pasado fue mejor.
Click
Evolución?
ResponderEliminarSi, hacia la Edad Media.
Cada vez peores condiciones de trabajo, salarios más bajos, pérdida de protección social y la sanidad pública en caída libre.
Eso si, los ricos cada vez más ricos.
Y los tontos votando a partidos de ladrones.
Besos.
Hola Flor María, uffffffffffffff, esa niña te va a ganar a contar cuentos. Es una niña muy creativa. Será alguien grande.
ResponderEliminarUna pena que los padres tengan que dejar a los hij@s a cargo de los abuel@s porque todo está tan caro que tienen que trabajar los dos para poder salir adelante. La noche es la más difícil de pasar los pequeños. Por la noche es cuando más echan de menos a los padres.
Yo recuerdo que de niña por la noche era cuando más lloraba ya que no veía nadie.
La bella es una niña muy especial.
Saludos y abrazos a miles
Construyendo la fuerza de la Natalia. Bien!!! Nunca lo olvides lo que de ti dependerá la futura adultez de ese sol, cuando de ella depende ya el rescate de tu niñez en segunda vista.
ResponderEliminarBesos, Flor.
Heredo tu talentooo... ya la veo con su blog.
ResponderEliminarlos niños tienen un mundo ideal donde todo es perfecto y se terminan revelando a su manera del mundo real que les termina echando a perder sus ilusiones.
ResponderEliminarbesos
Los niños son mucho más inteligentes que muchos adultos, y su imaginación no conoce límites. Y tú Natalia tiene a quien parecerse.
ResponderEliminarBesos Malque.
Heredo de su abuelo, el talento y la fantasía
ResponderEliminarabrazos
Esa imaginación mágica que tienen los niños es impresionante, un abrazo Malque...
ResponderEliminarQue imaginación, dicen que lo que se hereda no se hurta jajaja
ResponderEliminarSaludos Mal.
Cada vez entiendo más ese mood infantil, esa emoción al convivir con un pequeño. Te felicito, Malque, muchísimo. Eres muy afortunada.
ResponderEliminar¿A quién se parecerá esa niña, con esa imaginación y ese carácter? La Natalquerida.
ResponderEliminarBesos.
Qué niña!!, ya plasma perfecto con su imaginación, su frustración y su anhelo.
ResponderEliminarBesos.
Los abuelos son esos monstruos preciosos, casi de ficción, doy fe, mi hermosa abuela monstruosa...
ResponderEliminarNatalia y mis hijos harían un gran equipo. Que terrible es no poder verlos más tiempo en el día. Condenado sistema de compra y venta que maneja a las personas a su antojo. Saludos Malquerida.
ResponderEliminarBendito universo aquel plagado de dragones y de abuelos... de cuentos para no dormir y de chantajes amorosos a nuestros padres.
ResponderEliminarSaluditos, pendejona linda.