Hongos pintados por la mestra
Con pincel en mano dibujando figuras imaginarias, la maestra de cerámica me enseña nuevas técnicas de pintura.
Habla mucho. Gesticula mirando a la ventana. Calla cuando pasa alguien como si quisiera que no escucharan lo que me dice. Hace silencios prolongados mientras ensaya piruetas con el pincel. Tiene ganas que alguien la oiga. Suelo verla sin decir nada, lo que ella quiere es hablar.
Luz madre y Luz hija, son aprendices al igual que yo. Las conocí en la primera clase. Ellas también tienen bastante que decir porque hablaron mucho y pintaron poco, hasta lloraron cuando contaron la historia de ingratitud que están viviendo. No supe cómo reaccionar al ver sus lágrimas. Seguí en lo mio pero sin dejar de escuchar e interviniendo cuando era necesario. Las hice reír varias veces haciendo que olvidaran un poco su dolor y aconsejándolas sobre algo que de tan obvio no ven. Me sentí bien. Sentí ganas de darles un abrazo o algo pero no llegué a tanto porque el contacto físico no se me da fácil.
Ese día invitaron a comer a la maestra extendiéndome la invitación pero no fui porque no las conozco y no me sentiría bien estando rodeada de gente extraña además que fue una invitación de cortesía.
La maestra habla mucho, yo no. Yo quiero pintar, distraerme un poco. Oír en silencio la voz de mi conciencia sobre el rumbo que llevo hoy día pero acepto la plática como un plus a las clases de cerámica.
Entre charla y charla me enseña nuevas técnicas para pintar hongos -¿qué más podría ser?- pero ensimismada en un soliloquio no se da cuenta que de tanto decirme cómo lograr los efectos deseados ella ha hecho el trabajo. Yo solamente la escuché
.
Hongos pintados por mi, bastante sicodélicos
Después le pedí otros pero eso si los decoré sin su ayuda sino mis clases no tendrían sentido.
¿Quién habrá aprendido realmente? y no hablo de la cerámica.
Muchas veces las cosas que se aprenden no son las que al principio teniamos en mente pero son las que al final acaban importando
ResponderEliminarAunque veo que tu blog no esta lo que se dice precisamente huerfano, si no te importa me quedare por aqui tambien :)
Besos
La pregunta surge de la evidencia: tú solamente escuchaste. Beso.
ResponderEliminarSalud
Seguro que las dos habéis aprendido... todos tenemos mucho que enseñar y que aprender. Bonitos honguitos te han quedado amiga. Sigue yendo a cursos porque relajan, evaden y ayudan... o ayudamos... nunca sabemos dónde está nuestro lugar. Besos guapa.
ResponderEliminarNo conozco a esa maestra pero me da dolor de cabeza con sólo imaginarla.
ResponderEliminarBesos.
Todos aprendemos de todos, por eso vale la pena crear conexiones con otras personas
ResponderEliminarSaludos, Malque... le envío un fuerte abrazo a la distancia ;)
Peace&Love
Aprender a escuchar, algo que deberíamos hacer muchos. ( Aunque no estoy segura que tu maestra sea buena opción).
ResponderEliminarSaludos y un beso.
Claro en realidad solamente se aprende andando caminos, que mas o menos dijo el poeta, y yo hermana, aunque no tenga nada que ver con lo que está escrito, estoy muy cansado, demasiado para seguir hablando, así que con tu permiso me voy...
ResponderEliminarBesos y salud
Siempre he creído que en las "clases" de cualquier tipo si ambas partes (alumnos y maestros) no aprenden unos de otros, no sirven. Otros dirían que en realidad es un truco para socializar y que la materia en cuestión es el pretexto. Uno aprende de todo si se está dispuesto, incluso permaneciendo en silencio.
ResponderEliminarAbrazo.
todos aprendemos un poco de nosotros mismos y de los demás. lo que vale es la experiencia que nos enriquece en todo sentido.
ResponderEliminarun beso.
hola Reina, interesante blog por eso te sigo, me gusta tu trabajo y lo que publicas es interesante, estos hongos quedaron geniales, capturan toda tu escencia y el gusto por los mismos, te felicito, tambien te agradezco por opinar en mi blog es de gran importancia, te mando saludos y un fuerte abrazo....
ResponderEliminarEl silencio es un gran maestro.
ResponderEliminarCuando observamos en silencio, nuestra mirada se serena y capta otros horizontes mas alla de los expuestos dando amplitud y otro sentido a la escena que contemplamos y, desde ese sentido abierto, nuestra comprension es muchisimo mas ancha. De ese modo, podemos -si fuera necesario- ayudar a los demas con mas precision y, sino, sin ir mas lejos, esa misma mirada nos acerca mejor la realidad de nuestras cosas y nuestro propio estado.
El silencio es lenitivo; en cambio, la chachara, con mas frecuencia de lo habitual, denuncia nuestras carencias. Desde el silencio, no parte la critica sino, la reflexion.
Bonitos hongos, compi.
Bss.
Namasté.
Me gustan tus hongos Malque, y tus reflexiones, creo que todos aprendemos de todos, yo aprendo de ti, me gusta tu disposición a escuchar a los demás, mira que te fijaste, en las necesidades de Luz, (madre e hija) y sin que se fijaran les diste alivio en su dolor, eso lo hace un corazón lleno amor y sensible, yo también amo el silencio, más tu estas dispuesta a dejarlo, para ayudarlas, vales oro, un fuerte abrazo con todo cariño, y un bello domingo :)
ResponderEliminarHola Malque, aquí estoy de regreso :) ahora vengo con mucha ilusión a traerte el más que ganado Premio Blog Estupendo, http://solo-de-interes.blogspot.com/2013/04/compartir-blog-estupendo.html, espero que lo disfrutes, te lo dejo con especial cariño, miles de abrazos
ResponderEliminarSi las personas saben que esperamos buenas cosas de ellas, por qué se niegan en llenar nuestras expectativas de esperanza... Creen que no es asunto de ellas y no hacen lo suficiente. Es injusto, por ellas mismas y por quién no sabrían qué hacer si les faltaran. Los pasos de hoy no deben ser como un aire matemático, han de ser como los de todos los días: primero uno y después el otro. Tal vez no entienda la metáfora, pero no me gusta. Como las matemáticas.
ResponderEliminarLos libros de historia dicen que Pigmalión, rey de Chipre, esculpió una bella mujer en mármol de la cual se enamoró, Galetea, Pero era de mármol, sin embargo, al despertar de un sueño, se encontró con Afrodita, quien conmovida por el deseo de Pigmalión, le dijo "mereces la felicidad. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". Una reflexión quizá sobre si podemos ser los promotores de conductas ajenas, deseadas por algunos, e imprescindibles para muchos y muchas. Con perdón. Beso.
Salud
La verdad es que esos honguitos son una divinura...
ResponderEliminarja!
ResponderEliminarte quedaron bien padre
y pues si aprender enseñando
;P
La cuestión escuchar, es cuestión de educación.
ResponderEliminarQuién no escucha no aprende, eso está claro...pero la fuerza se va por la boca y el ego.
Creo que la asignatura pendiente de la humanidad es esa, saber escuchar. ¡¡Cuánto más avanzariamos y reflexionariamos!1
Todas aprendéis mucho en esa clase, la profesora a ser escuchada porque le gusta hablar, tú a hacer tus figuras de cerámica tan bien que puedes poner una tienda, yo las compraría y Luz madre y Luz hija aprendiendo a reír contigo. Parece una clase en horizontal, maravillosa, donde todos ofrecen algo y todos aprenden algo.
ResponderEliminarBesos Malque.
Wow, Malque, me encantan tus honguitos sicodélicos...
ResponderEliminar(Perdón, empiezo de nuevo, que esto podría ser mal interpretado..., jajaja)
Bueno, hay gente que le gusta ocuparlo todo, hablar sólo ellos, hacerlo todo ellos, y luego irse tranquilos pensando que hicieron bien su labor. Yo personalmente creo que aprende más el que observa y escucha pacientemente. Y, por todo lo que cuentas, parece que, de alguna manera, sacaste provecho de la experiencia, aparte de aprender la técnica de pintura. Y por eso los hongos te quedaron tan lindos. Felicidades. (Ahorita creo que sí se entiende bien, jajaja).
Muchos besos.
Mejor maestra que tú misma, no existe!
ResponderEliminarEstán lindos los hongos de colores fantasía :)
Hola, siempre me atrajo el mundo de las cosas hechas de barro y hacer figuras pero, como me salían cosas demasiado tipo Picasso, sin pies ni cabeza, decidí que tampoco eso era lo mío.
ResponderEliminarHan quedado originales las setas, buen trabajo.
Un abrazo.