Después de haber sido protagonista ayer -sin querer- de un hecho inimaginable, sigo firme en mi idea de que cuando muera quiero ser incinerada y que mis cenizas sirvan de abono para un árbol que se llamará: Árbol de la MaLquEridA. Árbol de Hongos o Árbol de la Chingada, como sea que se llame pero esa es mi última voluntad.
No quiero que mis hijos se anden peleando por ver quien NO se queda mis preciados restos consistentes en unos cuantos kilos de amor irremediable el que en ocasiones el destinatario se perdió en las entretelas de un ventarrón malhumorado.
No es que alguien se ande peleando pero lo que no quiero es que cuando el tiempo pase, los descendientes en línea directa de muchas, no sepan qué hacer con huesos de antepasados que pronto serán exhumados porque ya somos tantos que hasta ni en el panteón cabemos. Y nadie -o muy pocos- quieren cargar con restos que no dicen nada porque la tierra se tragó su memoria.
La perpetuidad ya no existe ni en los cementerios.
Es mi última voluntad la que si no es cumplida cuando cuelgue los tenis -vulgo morir- vendré a jalarles las patas o aparecerme cuando estén en el baño para que sepan que era en serio eso de hacer mi última voluntad niños.
Dicen que cuando uno regresa a despedirse de sus muertos es porque ya se va a morir. No sé si sea cierto y no me gustaría comprobarlo pero por si las moscas ai les digo lo que quiero que hagan conmigo hijos de suchi...
Por lo demás, mi herencia consistente en todo lo que he acumulado en esta vida que es NADA quiero que se la repartan a partes iguales entre todos aquellos que me amaron y a los que no les recuerdo que me vale madre.
Bueno, da igual lo que no quiero es lo que ya dije. Si de todos modos voy a entregar el equipo quiero que mis restos sean tratados como mencioné y si así no lo hicieren, el pueblo no se los demandará sino YO que vendré a arreglar cuentas. Allá ustedes si quieren que ande como alma en pena, arrastrando cadenas y lanzando al aire ayes lastimeros porque no hicieron lo que se me antojó de última voluntad.
Dicho lo dicho me voy un poquito a la chingada o mejor a dormir que no pude pegar las pestañas por culpa de alguien que hacía mucho tiempo no sabía que existía -mi mente tiende a olvidar muy fácil- y que ayer apareció como alma en pena a decirme algo que me dejó muy enojada en el instante pero después -al meditar- hizo que pensara en hacer este post por aquello del no te entumas.
Abur