Los trinos de un pájaro madrugador eran lo primero que se escuchaba cuando el día iba despuntando, su canto era el más bello que se había oído en los alrededores, los habitantes del lugar despertaban al escuchar los acordes de un poema lejano que disfrutaban los que tenían la suerte de estar cerca de él, el canto tenía algo que erizaba la piel, las notas eran suaves pero melancólicas y sin embargo escucharlas alegraba el día de quien los oyera.
El pájaro solitario desde su nido invocaba a las hadas de los cantos para que lo acompañaran, sus trinos eran el compañero inseparable desde el día que le cortaron las alas, se quedó con las ganas de recorrer caminos insospechados en compañía de sus hijitos, pájaros favoritos mayores, pájaros favoritos menores como les decía, con las alas rotas la única libertad que podía disfrutar era la que su vista alcanzaba, sobre su cabeza se alzaba el trozo de cielo que era únicamente de él, sin embargo la risa no la abandonaba.
Pájaro feliz atado al nido por sus alas rotas en la copa del árbol más alto del mundo, donde era el rey absoluto de su desgracia.
En otro lado, un pájaro miedoso abría los ojos al nuevo día, algo extraño le pasaba a las alas que no podía remontar el vuelo para viajar entre nubes como le gustaba, el nido donde vivía se había convertido en el único sitio en el que podía ser feliz. Las alas temblorosas y sin fuerza no le dejaban aventurarse en otros lares donde la vida era bella.
Dos pájaros viviendo cada uno por su lado las pruebas que la vida les daba, vidas paralelas que un día coincidieron cuando al pájaro madrugador no le cortaban las alas y el pájaro miedoso no tenía temor. Se encontraron en el momento justo... en la hora justa que la vida les tenía marcada.
La risa cantarina del pájaro madrugador alegraba los miedos que tenía su amigo, -No tiembles decía- no pasa nada- mientras veía sus alas rotas que no volverían a tocar la libertad y una lágrima bajaba rápido a su pico, el pajarillo miedoso guardaba sus lágrimas en el pequeño buche para que su amigo estuviera bien, uniéndose cada día más, juntaban sus cantos siendo felices en su desgracia.
-Un día Amigocho-decía el pájaro miedoso- te voy a sostener para que no te caigas, tu tomarás mis alitas temblorinas y bailaremos al son de nuestras risas, daremos vueltas y vueltas, bailaremos hasta cansarnos sin miedo a caer... sin miedo al miedo, hasta que la música de nuestro corazón deje de latir y nos vayamos juntos a volar entre nubes para saber de que tamaño es el cielo.
El pájaro madrugador abrazó a su amigo sosteniéndose con fuerza, sintiendo el corazón trémulo del pájaro miedoso que lo ayudaba con sus alitas muertas de miedo a no caer, los dos eran el bastón que su corazón necesitaba para seguir la vida que el destino les marcó.
Imagen tomada de google.
BONITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!
ResponderEliminarBESITOS Y SALUDITOS DESDE ESPAÑA.
Maravillosa metáfora de la existencia. Maravillosa.
ResponderEliminarque bacan! Todos nos sentimos asi alguna vez!!
ResponderEliminarImposible no sentirse identificado con los dos pajaros!
ja!
ResponderEliminarque curioso justo tengo un par de dias cuidando los pajaros de un amigo que se fue de viaje ;D
son la onda
Tu estilo para describir las emociones o aparente sentir de esas aves es muy conmovedor y se agradece que lo compartas.
ResponderEliminarAbrazos para iniciar la semana!
Diana
Que lindo, me dejo sonriendo... me encantó la actitud del pájaro madrugador, me hizo recordar a algunas personas que conocí que teniendo muchos problemas tenían la capacidad de irradiar felicidad... parece que los humanos necesitáramos problemas para despertar.
ResponderEliminarSaludos amiga.
muy lindo el cuento!
ResponderEliminarun abrazo, malquerida!
Que bello para comenzar mi día!!!
ResponderEliminarMuchos Cariños.
Muy bueno el cuento, y el carácter de los pájaros.
ResponderEliminarLa soledad es algo muy triste, pero tiene un fácil remedio (que a menudo no se ve).
Besos querida Flor.
D
malque de donde sacas tanta creatividad e imaginación para escribir?...buen inicio de semana linda! besos!
ResponderEliminarPrecioso relato!! Almas que se complementan para entre las dos ser una entera.
ResponderEliminarMuy buena y bella historia, pretty flower!!!
Un abrazo!!!
hay parejas así, que se sostienen conociendo sus limitaciones y son felices por siempre. un beso.
ResponderEliminarYou're getting deeper and deeper.
ResponderEliminarCongrats MaLquE!
Así es la vida, y así es la amistad. Ambos se aceptan y se complementan; se sostienen y siguen "sin miedo al miedo".
ResponderEliminarHermoso relato. Escrito con el corazón. Me has hecho llorar!
Que bendición si cada un@ de nosotros tuviera un pajarit@ que nos complemente!
Besos!!!
Como dice carlobito, fue muy lindo el mensaje porque vas recordando la fortaleza de tantas personas que pese a las desgracias saben salir adelante y aún más saben encontrar la manera en compartir esas ganas por hacerlo.
ResponderEliminar=)
No sé de dónde sacas tanta imaginación... ¡Pero me encanta!
ResponderEliminarQué lindo cuento! Y qué bueno es tener amigos.
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado este cuento-reflexión...un besote preciosa
ResponderEliminarQuerida Malquerida (que ironía) cuánto ha pasado desde que me he ausentado!!! cuantas letras tuyas se me han ido, pero esta madrugada ando dispuesta a recuperarlas a como de lugar!!! :)
ResponderEliminarUn cuento muy emotivo, por eso tengo "emotivos" para felicitarte. Besos.
ResponderEliminarAsí ocurre con las parejas que se complementan si, pero también hay pajarracos como yo, que solos en su nido, con sus viejas alas, son felices...
ResponderEliminarBesitos y salud