La manera en la que estoy tomando la noticia de la boda de mi hijo, no me está dejando bien parada. Nunca pensé que me afectaría de tal forma.
Fuímos dos veces a buscar el anillo de compromiso y mi esposo y mis dos hijos estaban muy contentos, yo me apartaba, no quería estar con ellos... yo no estaba contenta.
Todos conocen el amor que le tengo a mi hijo y sabían que esto pasaría, yo nunca lo creí así, pensaba que no tendría mayor problema. Ahora veo que no.
Estoy dolida.
Por primera vez veo que yo no soy su prioridad, que hay alguien más y eso me llena de furia... me duele tanto que siento que el corazón me va a estallar de dolor, ayer creí que no lo soportaría más y terminé enojándome, aunque fuera por otro motivo.
Fuí la única que no buscaba el anillo. Los tres estaban contentos, pero verme apartada les hacía esconder su alegría.
El domingo pasado fuímos por primera vez a la joyería y una respuesta de mi hijo me hizo casi querer golpearlo. Nunca había sentido tanto enojo con él.
Al ir a festejar la noticia del compromiso, en el bar al que fuímos había un trovador y no quiso cantar la canción que le pedí. Cantó la que pidieron Muny y Barry y entonces me puse a llorar y dejé escapar mi frustración y todo el rencor que sentí en ese momento. Lo descargué contra Barry que siempre ha sido el aire de mi vida. Lo descargué contra Muny que era el causante de mi enojo, y lo descargué contra Kiku, que era la más serena de todos.
Pensé que todo había pasado, pero no, ayer pasó lo mismo... hasta que Barry habló conmigo. Estaba cansada de buscar y Barry me tomó del brazo para que fuera a ver el que a mi hijo le gustaba y fué que empecé a ayudarles... y lo encontramos.
Dí mi punto de vista y les dije cual era el que me gustaba y los tres estuvieron de acuerdo en que era muy bonito. Después de verlo mil veces mi hijo decidió que era el adecuado. No lo decidió por mi, si no fué que le gustó y lo compró.
Él quería que su familia estuviera en uno de los momentos que daban pie al comienzo de la serie de acontecimientos que se vienen como en cascada.
Al salir de la joyería, Barry se puso a llorar.
Barry es muy sensible, tiene toda la sensibilidad y la nobleza que yo no tengo.
Abrazó a mi hijo, le dió besos y mi hija les tomó una foto. Ahora me doy cuenta del gran amor que Barry le tiene a Muny... ahora lo veo.
Yo abracé a Muny y le dije a Barry que no debía llorar en la boda y ha dicho que eso será imposible. Nunca pensé que un padre quisiera tanto a su hijo, de tal forma que se deshace en llanto con la felicidad de él.
He hablado con Muny, le he pedido perdón por la forma tan ruín en la que me he comportado y me ha dicho que yo siempre seré su prioridad, que siempre seré su madre y que siempre estará conmigo.
Ahora tengo casi todo un año para entender que mi hijo se va a ir, pero siempre estará conmigo.
Me he preguntado que sentimiento tan bajo puede tener una madre- si es que así me puedo llamar- al no ser feliz porque mi hijo se casa.
Yo no quiero darle nombre, porque si lo digo, jamás podría volver a ver a mi hijo a los ojos.
Debo trabajar con mi mente para entender que esto que está pasando, tenía que ocurrir algún día. Quiero mucho a Nueris y a mi hijo y sé que me costará mucho trabajo dejarlo ir, pero quiero verlo realizado y quiero que me quieran, que no me odien por ponerme triste y enojada porque se va.
Lo haré aunque me cueste mucho trabajo...él... ellos... mi familia se lo merece.