Onanismo obtuso

Tuve la suerte de encontrar un bolillo en la alacena. Cuando hay casa llena el pan blanco desaparece en menos de lo que canta un gallo. La cita con el neurólogo la perdí, se averió la camioneta, no hay mas que hablar.  Me he habituado a tomar las gotas de CBD, soy una adicta consumada de mariguana en su presentación de gotas. He aprendido a reconocer cuando voy a tener pesadillas. Un escalofrío se adueña de mi mente. El vello de los brazos se erige  a la voz de ´tengo miedo.¨ Ha sido  rebasada en Bruno y Barry la virtud de darse a los demás. La causa fue mía. El dolor de huevos es más fuerte que el amor que me tienen. Barry sufre al preparar mi comida. La personalidad de Junípera Melindrosa ha escogido mi mente para adueñarse de ella en cuanto me sea servida la comida. Cridsty también sufre los embates del ataque de sarcasmos con los que cuestiono qué es lo que voy a comer. Si algo desconocido aparece en el plato inmediatamente dejo de comer. No es nada personal, es mi querer conocer el nombre de todo lo que como. Muchos ingredientes pasaron a formar parte de los vocablos olvidados. Hay que recordar el día que se vive so pena de amanecer sin días en el calendario.  La nueva-vieja melodía se regodea en el sentimiento desconocido, aquel que se manifestó por primera vez una madrugada escuchando una muy triste melodía en inglés. Dibujé imaginariamente la escena donde se desarrollaba la melodía. Una calle poco iluminada mojada por la lluvia gris de una ciudad apta para los perdidos en la gloria del destiempo. Sentado en la banqueta, son la cabeza metida entre las piernas, un muy solitario muchacho perdido entre los vapores de la droga. Los ojos cerrados por las lágrimas. Susurros gota a gota llenan mi corazón de melancolía infinita. La garganta se me cierra al punto del ahogo. Las enormes manos del miedo atacan mis oídos, el corazón crece enormemente. a punto del estallido solitario. Temor a lo desconocido o a lo conocido, que sé yo. Fuente esperanza tiene esa virtud. Sacar mi sensibilidad al punto del infarto. Siento no poder detenerme, revolverme en la cama con el dolor metido en las entrañas. Un dolor desconocido me deja exhausta. Debo dejar de escuchar los timbres sonoros de la tristeza. Una semana rondando pupilas. Las lágrimas están en el borde mismo de la renunciación, sin embargo hecho mano de la poca entendedera que aún queda dentro de la caja de ideas idiotas procedentes de las pastillas amansabobos suministradas por un médico que me agrega un amansalocos porque la cordura avanza lento en el ánimo subyugante empotrado en el ala de la desesperación. Inevitable daño causado a mi mente brillante.  Nací para más que ser sólo una escribidora sin aduladores ni pretendientes enamorados de mis letras quejonas y sin sitio adecuado para tan pocos decires y muchos queveres.

La música me ataca con sus dientes afilados desgarrando la piel sudorosa de miedo inaudito. No puedo dejar de escucharla. La voz emite trozos de raciocinio despellejando la fe que me habita. Para deshacerme de ella la he compartido en el grupo de Whastsapp de La Chapita. Ellos no saben la relación de esa música asesina de fortaleza. Seguramente no la escucharon, mi música es poco agradable a los oídos de la gente sin malicia en notas sangrantes de melancolía. Quizás haber nacido en diciembre haya dejado en el valor conspicuo de la personalidad de azteca fuerte. Con genes dispersos sobrevivo una y otra vez a la melodía. No cabe duda que él siempre tiene algo nuevo para mí. El origen del miedo está en los aceites aduladores de una razón capaz de fugarse por las caracolas de la melena ensortijada de mi ayer. 

Todo lo que de mí escribo radica en el perfume de una flor delicada y hermosa, aroma embriagante de sándalo sanador de heridas profundas. La melodía in cresendo termina por hacerme cubrir los oídos antes de caer muerta envenenada por una música nítida, etérea, escrita con el fino arte del sentimentalismo utópico de un mundo igual al mí, inexistente en su percepción. Seres habituados al dolor y sufrimiento intrínseco de quienes el sufrir no es una opción sino un castigo perpetrado en sí mismo para saber hasta dónde llega el ignoto placer sin ser apología al dolor y sufrimiento.

Quizás es buscar lo que se perdió en alguna de las vidas precedente de este ser amorfo, enemiga del espejo, que con carácter férreo comienza cada madrugada a reinventarse, no logrado hasta nuestros días más que un ser con estilo informal, sencillo empeñada en detectar de donde le viene las ganas de huir de lo que no se es, llegando al punto de ser lo que no se quiso. 

Ente privilegiado capaz de escribir mil vocablos solamente para decir digan click!

Sana virtud de desperdiciar el tiempo, Lo demás no es mi culpa. Cada quién sabe lo que carga en la maleta.

Mis cuatro sentidos han llegado a este punto de quiebre al que he llegado sin buscarlo. Escribir para que me leyeran fue la primera señal de mi existir. Ha dado comienzo tiempo ha de ser lo que al final he logrado. Ser una completa desconocida en el mundo de los conocidos. Un granito más de arena. Una ola del mar Mediterráneo- si es de otro mar no me apetece ser ninguna ola-. El Mediterráneo posee la mirada perdida de los poetas. Han navegado por sus aguas mil pensamientos con un nombre surrealista. 

El Mar Mediterráneo acunó en sus aguas la botella con un mensaje escrito por los dioses.  Mi cabeza está por estallar. Tomaré una pastilla de las de cada cuatro horas. Apenas van a ser tres horas pero es imposible escribir con esta guerra en mi cabeza. Tres horas, paso a ser un feto sin movimiento. Terminé con las provisiones para la noche. ¿Quién dijo miedo? para morir nacimos. Ha quedado atrás el detallado informe de toma de medicamentos. El día no tiene tantas horas. Es terrible convertirse en esclava del movimiento feroz. Aniquila mis sentidos, obnubila la memoria. No nací para héroe, ni para sufrir a cuenta de otros. Tomemos pues otra Levodopa a salud del neurólogo que un día tuvo a bien de tal manera que Laura y yo nos quedamos con el ojo cuadrado. Lueguito volvió a ser el mismo neurólogo jugador intrínseco con el tiempo que no le pertenece. 

Estoy aventurándome en la idea del ¨tu mente es tan poderosa que has enfermado el cuerpo que lo arropa.¨ Si hay tal debo encontrar la manera de revertir todo el daño hipotético causado por mí para mí.

Cuando logre revertirlo imaginaré estar en las orillas del Mediterráneo.. He perdido micho tiempo tratando de salir del tornado vaporoso en el que me hallo desde hace poco tiempo. Quise en un acto precipitado apearme sobre el lecho salvaje e hipnótico de la marea. Olvidé que nadar no sé y por mucho que haya soñado atravesarlo a nado,, la luz esquiva de mi cordura me dice que no. Aún no es hora de enfrentarlo. Cuando llegue el momento olvidaré e momento en que junto a mis piernas olvidé cómo es caminar entre tus aguas. Entonces en vivo o en imaginarium recobraré el gusto por caminar. Las piernas retomarán su estética. Correré hacía el dique donde todo empezó. Algún día caminaré sobre las olas con mi nombre. Entonces arrebataré a la vida el tiempo que apostó contra mi destino. No habrá manos atrapándome antes de medir el suelo. Tampoco habrá andaderas para locos, orates sin perdición. Camino caminito, la chingada espera por ti. Mis delgadas piernas arribarán al dique perdido y cantaré esa hermosa canción escrita para otra que no fui yo.

Fe y paciencia para esperar el camino al que habré de llegar. Como la entrada a este mundo en el que nací, ak que no pertenecí. El mundo de escribidora rústica terminará agradeciendo lo que la vida más le permitió. Ser el contenedor de amor de tanta gente, inmerecido por mí. Baste saber qué habiendo nacido un diciembre frío de madrugada, la moneda en el aire fijó mi destino en las alas equivocadas de un ave rapaz ubicada imagen de una chachalaca enfundada en un conjunto de manta. Blusa autóctona de flores arreboladas con colores jamás imaginados.  Enaguas almidonadas, huaraches atrapando en sus tiras los pies de mujer enamorada de lo que no existe. No podía ser de otro modo quien nació en el mundo ilusorio en n pueblo desconocido. La Reina del País de los Hongos. La Reina Grande sin corona ni oropel. Ah y lo que es más importante: un reino a su medida. Herida de muerte por los sonidos hechos poesía en voz del amor de su vida.

Digan CLICK!

¿Ustedes no odian a mi computadora? Yo sí, este cambiar de tamaño de letra cuando le da la regalada gana,. Me tiene hasta los putos cojones. Mi firma quedó en el abismo ignoto de la estupidez computacional.

He pensado seriamente en dejar de escribir pero no quiero que desaparezca la MaLquEridA. Estoy convenciendo a La Bella que le entre a la escribidera. Sin ser yo, ella podría expresar su sentir dentro de este mundo en el que a su edad está aprendiendo a ver la realidad de este mundo en el que sin querer, está aprendiendo a sortear términos como feminicidio, narcotráfico, drogas, cárteles, etc. 

En ocasiones es complicado para ella entender que ates de este caos hubo un mundo ¨feliz.¨