Los Apellidos Ilustres se están extinguiendo. De once miembros, quedan ocho. Uno falleció en agosto pasado. El otro, hace unos días.
En casa nadie moría; éramos una especie de soldaditos de acero: aguantando decenas de batallas, golpes bajos, caídas estrepitosas, pero como toda especie humana, nos volvíamos a levantar.
Ante el silencio de Los 3 Huastecos, quienes desde un día antes de fallecer mi hermano han tenido un cambio brutal de conducta, no comprendía nada. No hacían alharacas todas las mañanas al escuchar mi voz. No me gritaban para pedirme fruta ni cuando tomaba café.
Algo pasó con ellos que no logro entender. Como si no hubiese pájaros. Como si supieran que la muerte llegó por otro miembro más. Todos muertos por la misma enfermedad: ataque al corazón. Infarto silencioso llegandito en el momento exacto de la existencia. Sin dar tiempo a disfrutar la vejez. A lo mejor la calaca al llevárselos los salva de algo.
Es la hora de morir. No tengo miedo. Desconozco si soy la que sigue, a decir verdad por ser la enfermiza debí haberme ido antes que el gemelo menor. Eso es lo que digo.
El segundo de los hermanos vaticinó ser el siguiente. No supo que acertó, murió como dicen en las novelas baratas, en un frío cuarto de hospital. El gemelo mayor fallecido hace unos días, murió de manera rápida en su casa.
Ninguno de los tres sufrió tanto al morir. Se fueron del mundo terrenal prácticamente jóvenes, igualito que sus padres. Ninguno llegó a la edad en que supone habría de recoger los frutos de la existencia. La 3a. generación de Apellidos Ilustres desaparece de este mundo. Nadie se va antes. Nadie se va después.
La vida sigue, con y sin eso es lamentablemente cierto. Mis hermanos eran unos desconocidos para mí, quizá sea eso lo que le sorprende a Liz, que no lloré por ellos.
El tiempo que dejamos de vernos se ocupó de borrar todos los recuerdos. De por sí mi mente voluble no recuerda casi nada de la infancia. Luego llega el tiempo con su afán demoledor de recuerdos.
Seremos olvidados tan rápido como el vuelo del colibrí. Magia pura, ahora lo ves revoloteando ante tus ojos, ahora ya no está.
Así merito es el olvido y sus circunstancias.
como dicen algunos en los velorios y sepelios: "nada somos"
ResponderEliminarbesos.
Si.
ResponderEliminarSeremos olvidados.
Y ya no sufriremos más.
Eso es todo amigos.... je...
Besos.
Mis condolencias, si es que te sirven. Pues tenéis una cosa que se llama lipoproteína A, hereditaria y que genéticamente se detecta. La poquita grasa que tenga quien lo sufre, esa proteína la lleva por todos los vasos y atasca alguno, claro. No somos nada, y el recuerdo, como su magia, ahora está ahora se perdió, pero yo opto por vivir. Hay que mantener a raya el colesterol, el malo en especial y medicarse, amén de quitarse de alimentos o vicios que no convienen, y poco más... vivir viviendo
ResponderEliminarUn abrazo y te cuidas mucho
Miedo le das al maligno. Gracias por escribir. Beso.
ResponderEliminarSalud.
No te veo yo a ti olvidada, la verdad. El montón de gente que te quiere y tus escritos te harán inmortal.
ResponderEliminarBesos.
Con suerte una generación recordará.
ResponderEliminarBesos.
lamento los fallecimientos.
ResponderEliminarLa Muerte se invita sola. Disfrutemos de lo que tenemos mientras nos dure.
Un beso de vida.
Bueno, seguro que alguien habrá que nos dedique un "que descansen en paz" como hago yo ahorita con ellos... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Un abrazo Malque.
ResponderEliminarY un beso
Y hoy al amanecer, sentada en la terracita escuchando los cientos de trinos diferentes de pájaros que han aumentado con la ausencia de personas y ruidos, me acordé de ti, y me dije, voy a dejarle otro beso!!
ResponderEliminarCon esa rapidez, formaremos parte del olvido, con esa rapidez. Ánimo si eso arregla algo.
ResponderEliminarLo siento mucho, Malque, DEP.
ResponderEliminarEl corazón nunca olvida lo importante. No lo hace.
Un beso, un abrazo, Malque querida y generosa.
Y tierna.
De tu RosaRosita. :)
Hola Malque, a todos nos va a llegar, pero tú vas seguir. Aquí decimos: "Mujer enferma, mujer eterna" y así serás para los que queden aún después de que te vayas.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Malque, tenia un buen rato sin venir a leerte, lamento lo sucedido, pero bien dices nadie se va antes ni después, se va en su momento y dejando recuerdos y con ellos harán menos pesada su ausencias, te dejo un abrazo y seguiré viniendo a leerte, cuídate mucho princesa.
ResponderEliminar