Entonces, sin quererlo, la vi. Estaba con su cara 'ay muy guapa'. El cuerpo joven, pegado a un ajeno. El beso. Si se juzgaran los besos, diría que los de ella eran infinitos.
Apartar la mirada de la imagen al instante que un dolor extremo puso a llorar la niña de mis ojos. A veces, pero muy a veces, soy la que no habita en mí. Quimera con trenzas color negro oblicuo.
Los epílogos se suceden en cruentas direcciones. Los ojos se me llenan de decepción en una inestable opacidad. Gotas de lluvia bendita clamando ser miradas.
La delgadez de los cuerpos incitan al pecado. Al hurto de sensaciones en el ocaso perdido.
Poco queda por rescatar de este laberinto llamado vida y, sin embargo, no hay que temer.
El dolor se incrusta en el desafío de perderse para ya no ser.
Saco el orgullo atolondrado, inquieto, vano. Pobrecito, tiene tantos remiendos que en vez de parecer orgullo es un saco con hoyos en el fondo. Mira tú, con razón no lo encuentro.
¡Zapatos, ropa usada que vendan!
¡Se compran orgullos, dignidades saboteadas, heridas sin sanar, dolores casquivanos y todo el cuero viejo que tenga!
¡Cambio bailarinas de bar por señoras respetables!
¡Cambio corazones que valgan la pena por los ajados del destino!
¡El cambiador!
Pasadas las emociones, olvido que te olvido, olvido porque ya te olvidé...
Lueguito llega el sabor de la derrota. Te piden un beso que regalas por no dejar.
Hay menos de que hablar. Hay nadas que resarcir. Hay amores colándose por las rendijas de un cuarto vacío.
Se comienza por abandonar querencias. Aparecen besos escatimados. Muy pocos, la mera verdad. Los silencios no los apaga ni el ruido de la televisión.
Juntos en apariencia. Soldados de las buenas costumbres siguen en la lucha cotidiana del seguirse queriendo.
Ni más que hablar. Onomatopeya de un amor perdido en el tiempo.
Quisiera ser vaca para llamarme 'Casandra Estévez', pero pues me llamo la MaLquEridA con sabor de engaño.
Nací para ser santa, pero en el camino te encontré.
Santa Flor del amor hermoso. Suena bien ¿no?
Sería la patrona de los versos y palabras sin sentido. Total, para lo que sirven. Un distractor monótono con cara de quítame estas pulgas.
Realidad con esperanza no se llevan en el abandono, puritas mentiras te venden en cualquier esquina pa´que sueltes la dignidad entre las piernas. Vocingleros baratos ofreciendo flores sin aroma de papel maché hechas hoja por hoja. Ni las abejas caen ante tal engaño nomás tú que vives con la piel pegada a los huesos. Pistilos de estambre. Un carajo de vida se mira saboteando el engaño con verdades a medias.
Vive como quieras no como te digan total vida nomás es una, la que te tocó a ti.
Ni modo que no ¿o cómo dices que dices?
Vive como quieras no como te digan total vida nomás es una, la que te tocó a ti.
Ni modo que no ¿o cómo dices que dices?
me pregunto con esto del coronavirus, ¿cuándo volverán los besos infinitos?
ResponderEliminarun beso.
Tú vive y cuéntanos lo que sientes. Tú escribe. Gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Pues divagas divinamente, aunque no te llames Casandra ni estés delgada, que te recuerdo que los gordos también besan, se enamoran y enamoran :-)
ResponderEliminarUn abrazo grande, Malque, disfruta poniendo hileritas de palabras tan gozosas y dispares, que a mí me encanta leerte
Realmente la vida es un laberinto, sí, dices bien. Al igual que creo, a pie juntillas, lo de vivir como se elija y no como nos digan, porque solo tenemos una vida. Esto a veces es difícil, verdad?, pero creo que tú sueles ganar esa batalla.
ResponderEliminarBeso grande, Malque
Algún día, alguien más influyente que nosotros, sacará más a la luz lo que hay escrito en este blog y presumirá de haberlo descubierto.
ResponderEliminarGrande, chamaquita.
Besos.
Vaca?
ResponderEliminar:)
Jajjajjaa
Besos.
Hay que desprenderse de muchas cosas camino de nuestro propio calvario.
ResponderEliminarGrande Malque!!!
Besos.
Con sabor de engaño nada.
ResponderEliminarEres Malque.
Un beso. Malque suena muy bien.
"Nací para ser santa, pero en el camino te encontré"
ResponderEliminar(yo también),
Todas las palabras por pequeñas que sean tienen sentido. Lo que tú escribes me encanta.
ResponderEliminarYo pienso que estemos como estemos, gordas o flacas, con arrugas y enfermas aun nos gustan los besos y los abrazos. Ahora que no podemos darlos los echamos de menos.
Abrazosss. Cuídate mucho
Pal carajo aquellos que no nos valen la pena. Ni vale la pena ya mentarlos.
ResponderEliminarY a no llenarse de mala bilis... que no lo logren ;)
Y mientras, pues ni modo, chilanguita, nosotras, a lo nuestro...
Abrazo tequilero de viernes, que no nos va privar de él este pinche confinamiento!!!