¿78? ¡Achis!

Hoy se celebra en México el Día del Abuelo. Celebrarlos un día no hará que los 364 restantes reparen en ellos pero no me hagan caso yo voy en contra de todo por puro placer. No tengo abuela ni abuelo ni nada de eso.

Según esto las mujeres llegan a vivir hasta los 78 años y los hombres 72 años, ¡no mamar! ¡perdón! demasiados para mi.

No imagino ser una abuelita arrugada dando bastonazos a La Bella y sus hermanos.

¿Bailando danzón? ¡Horror! En mi vida, prefiero meterme a twitter o leer algo.

No me imagino sentada en la mecedora robándole al sol un poco de su calor eso no me llama la atención. El color pálido de mi piel es mi mayor orgullo, eso si, debo aguantar cuando Laura llega que me apriete las mejillas para darle un poco de color. ¿Ya qué?

Si antes decía que mi top de vida era llegar a los 50, me niego a llegar a los 70 siquiera.

Soy una joven y hermosa abuela que disfruta a su no menos hermosa nieta pero que nadie me diga que llegaré a los 70 porque me dan ganas de agarrar el patín del diablo y salir echa la cochinilla a buscar mejores alternativas.

¿Llegar a los 78? Me niego.

¿Sobrevivir a los infortunios venideros? Tampoco.

No puedo elegir hasta que edad moriré pero llegar a los 78 me niego rotundamente.

Jesús y Lucy no me querrán llevar a sus respectivos reinos pero por el bien de todos algo tendrán que hacer conmigo y no dejarme tanto tiempo vagando en la tierra.
Sobre advertencia no hay engaño.

Posiblemente no llegue a mañana porque puede que mi chihuahua se me atraviese -como es su costumbre- en las escaleras y ruede por ellas o me resbale en el patio trasero como ya es mi costumbre. 

¿Y qué le voy a hacer? Soy una abuela regañona y malhumorada. 

Me malgasto pensando en lo que puede ser pero ¡caray! para qué inventan días bobos que me hacen divagar,

Día del Abuelo ni que mis polainas.