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viernes, 26 de octubre de 2012

De héroes y el Papa Nicolau millonésimotercero





Ayer después de recorrer la ciudad de norte a sur bajo un sol tirano y un tráfico infame, nos dimos cuenta -Barry y yo- que perdimos casi siete horas de nuestra vida a lo pendejo porque lo vivimos en el tráfico.

La cita con el neurólogo era a las 10.30 pero llegamos una hora tarde debido a que todos los semáforos del mundo estaban en alto retrasando nuestro camino y con eso de que hay uno en cada esquina.
Avisando al hospital la causa de nuestro retraso nos dijeron que llegáramos, ahí verían si me atendía mi médico pero al llegar dijeron que no, que ya se había ido a la chingada. Había que sacar nueva cita. 

El camino de la casa al hospital fue de más de tres horas.

Resignados decidimos desayunar e irnos a distraer un poco pero hacía tanto calor amén de que todos los autos del mundo llevaban el mismo camino que nosotros y mejor decidimos regresar a casa.

Así que tomamos la vía directa al paraíso nuestro pero de nuevo el tráfico infernal puso a prueba nuestra paciencia.

Esta semana ha sido agotadora, ya queremos que termine -ayer Barry y yo lo deseamos- pero falta aún la cita al médico de hoy.

Densitometría ósea, papanicolau insufrible, preguntas y respuestas mecánicas es lo que me espera. Ya quiero que sea viernes en la noche para descansar y olvidarme de todo.
Máxime que me va a regañar el médico porque la vez pasada hastiada de todo no compré un medicamento que debí haberme tomado sin suspender. La receta fue a dar al abismo del olvido encontrándola apenas ayer.

Obvio ya me regañaron todos, no tengo disculpa pero ya, no mamen uno también tiene derecho a olvidarse un día de tomar pastillas.

Creo que estoy cansada de estar enferma. Cuando el neurólogo me pregunta si lo estoy, respondo que no -la verdad es que no me siento enferma- pero mi puto organismo se ríe de mi respuesta.

La que me espera es una regañada marca diablo pero ni modo debo asumir la consecuencias de mis actos aguantando estoicamente la perorata del médico quien con justa razón me va a llamar la atención.
Me hará preguntas molestas, me regañará porque subí de peso, me mandará con la dietista que está más gorda que yo y cuando esté a punto de desfallecer de tanto regaño me dirá: Desvístase y súbase ahí. 
Me pondrá como pollo y hurgara hasta mi sexto sentido. Buscará en mis entrañas algo que espero nunca encuentre. Eso querrá decir que estoy sana, mientras tanto, flojita y cooperando que no duele dice él pero como nunca lo sabrá pues chíngome yo, todo sea por mi bien.

Después de haberme revisado, me dirá que me tome la medicina, que haga ejercicio, que no tome café y todo eso que los médicos dicen pero que nunca hago porque ya me cansé. Uno llega a hastiarse de las visitas continuas a los médicos así que el día menos pensado se quiere mandar todo un poco más allá de la chingada. Entonces vienen los regaños -con justa razón- de mi familia. Mi cara compungida y las lágrimas de cocodrilo que rodarán por mis chonchas mejillas. Sabiendo que tienen razón aguantaré valiente todo sin chistar. Me revolverán el pelo en señal de cariño, me dirán que es por mi bien y me abrazarán.

Y todo volverá a la normalidad hasta la siguiente cita.

Hoy espero que el camino sea menos pesado. Barry se cansa de manejar y yo en este cansancio extremo que tengo no puedo evitar que los ojos se cierren. Trato de hacer plática pero de lo dormida que estoy digo pura incoherencia y lo hago reír.
Él pone su música para no dormirse pero a mi Nat King Cole me arrulla. Mijares me tiene hasta el keke y la salsa no es lo mio, creo que Barry tiene gustos de viejito. Cierto que su música a veces me gusta pero de plano hay una que me duerme y más en horas de calor extremo.

Y héme aquí que en vez de  tratar de dormir estoy escribiendo. Eso significa una sola cosa, otra vez me voy a quedar dormida en el camino.
¿Por qué todo está tan lejos en esta ciudad? 

Mejor me voy a acostar aunque viendo la hora ya casi es tiempo de levantarme para irnos otra vez. Ya me cansé deveritas.

Iba a hablar de un héroe que el día de ayer salvó otra vida más pero viendo este post muy largo, lo dejo para otro día al fin que no se me olvidará escribirlo porque ese héroe vive conmigo.

Ya no me acordaba por qué puse la imagen de Babo Alejandro en la ventana pero ya recordé que es porque de tanto que últimamente no nos han visto, mis chihuahuas se la viven esperando nuestro regreso.

Por cierto, ¿han visto que la vida sigue con y sin?


Chao, aí los vidrios en otro momento que esta reina se va a dormir media hora aunque sea. Algo es algo.












19 comentarios:

  1. Y de todas formas, esas citas nos tensionan...

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  2. Qué hermoso el Babo! Pensé que él sería el héroe del post. YA nos enteraremos lueguito.

    Toda ida al médico pone tenso a cualquiera. Y es cierto lo que dices, los médicos le dicen lo mismo a todos creo. Las mismas recomendaciones uy, tal cual!!!

    En fin, todo saldrá bien mi Malque. No puede salir mal!

    Beso!

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  3. la vida sigue.... ¿que nos deparara?...
    ya falta poco


    Abrazo chica y buen finde

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  4. Que tráfico!!!
    No podría aguantarlo... me pasaría como al protagonista de Un día de Furia... saldría del coche a lo Terremoto Crazy hasta que alguien me parara.

    Y si, de los médicos, las prescripciones, los controles, etc. uno se acaba cansando... es que es muy pesado todo eso.

    Besos.

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  5. Esperemos que todo esté saliendo relax (o salga), que todo esté bien y que el camino no esté tan pesado. respecto a lo que dices de que por qué todo está tan lejos, siempre me he preguntado por qué en esta ciudad todo queda a dos horas de distancia... pero creo que eso también es parte del encanto ¿no?.
    Besos!

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  6. Ni modo Malque, aunque es una joda ir al médico, es lo que hay, por ti y por los que te quieren.

    Ya nos contarás tu otra historia. Descansa, media hora? Me muero!

    Beso!

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  7. A mi me pasa lo mismo que a usted...
    Un viejo bolero. Pero la verdad es que en el momento que uno se enfrenta cara a cara con el matasanos, se siente uno completamente sano, no le duele ni la uña.

    Como una buena niña debes tomarte tus pastillitas y hasta acabar el frasco.

    Por acá también estamos hasta los sobacos con el caótico trafico, han llegado miles de vehículos de contrabando que ahora cualquier pinche vecino anda con uno.

    Besos

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  8. Tranqui niña , ciertas cosas aunque pesadas son necesarias .
    Todo va a estar bien !
    besitos :)

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  9. y bueno, alguna vez se nos olvidam, pero que no sea SIEMPRE, debes cuidarte! así podrás estar muy bien para consentir a tus nietitas adoradas y bellas!!! =) .... no duermas mucho! o mejor vive soniando!!!
    Beso!

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  10. Si corazón, yo se que es una vaina eso de lo que le dicen a uno los médicos que tiene que hacer, pero hazles caso, por favor, al menos todo el tiempo que puedas y si rompes, vuelve de nuevo a hacerles caso...
    Paciencia...
    Besos y salud

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  11. A cuidarse que después vienen los lamentos!
    Un abrazo.

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  12. tus chihuahuitas te esperan viendo la ventana jeje... mi merengue me enseña los dientes y se retuerce...

    mi marita apenas si puede caminar y mi gato corre a que lo acaricie...


    me siento muy triste malque.
    como si tuviera c;ancer.

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  13. Parece que el mundo se puso en tu contra hoy.
    Ojalá mañana se ponga a tu favor :)

    A veces necesitamos un empuje exterior.
    Cuando estamos tan cansados... tan, pero tan cansados... solo queremos dormir de una buena vez.

    Mañana todo va a estar bien para vos, Reina.

    Saludos

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  14. Secreto de Estado no tan secreto: cuando el tratamiento no parece tener efectos, el medico pone de excusa que te saltaste una de tantas dosis y las visitas se ponen repetitivas, es que de plano no tenemos ni idea de lo que tienes u_u

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  15. Yo también me voy a dormir Malque porque es muy tarde, pero antes quiero enviarte mi saludo, estás malita pero con un espíritu y una animosidad que contagias, mira que post has escrito con todo el tráfico, el agobio y estar entre médicos, pues a mi me has hecho sonreír con tus expresiones y esa manera tan tuya de enfrentarte a la vida.

    Que esa alegría que contagias no te deje nunca.

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  16. creeme, se quje es enfadoso lo de estra atado aun amedicina, pero el chiste es adaptar la medicina a nuestra vida y no al reves.. así que animo, eso si el trafico es horrible!!! pero aquí escogimos vivir!!! besote!!!

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  17. solo al final del tiempo la vida no podrá seguir mas allá.

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  18. Si tuviera que hacer todo ese periplo me cansaria. No es lindo ni agradable ni placentero ni satisfactorio ir al medico, no hay otra, hay que ir y hacerle caso lo mas cercano posible, jajaj
    Un abrazo

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  19. Tómate las pastillas, anda, que te queda mucho por hacer. Por escribir y por leer.

    Besos

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La titular de este blog, dama exquisita, dueña de su mente pero no de su cuerpo agradece la visita a este refugio de chilanga triste.

la MaLquEridA

Musa con cuernos

PARA LA MALQUERIDA

La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Es beso de agua y luz de ciegos en el desierto diario. La leo y me leo. La leo y la siento. La leo y la quiero. Vamos de la mano desconocidos y alejados por los caminos rotos y astillados de la vida cansada y del tiempo huraño. Refunfuñamos por todo y hasta en el infierno tienen miedo de que un día aciago lleguen nuestros pasos. Chocamos con mil horas arañamos las rutinas odiamos la compasión nos dan risa los ángeles y mucha pena los diablos. Nos cansa todo y más que nada el resto de los humanos. A veces herviríamos a los que nos rodean y otras daríamos la vida por hacer reír a un chavo. La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Toro Salvaje

Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.

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Ángeles de la fe

Yo traigo la verdad en mi palabra Vengo a decirte de un niño sin abrigo. Vengo a decir que hay inviernos que nos muerden, de la falta de un amigo. Vengo a contarte que hay luces que nos hieren, que existen noches sin whiskys ni placeres. Vengo a decirte que está cerca tu condena. Hoy una madre murió de pena. Déjame cantar, tengo vergüenza de ser humano como tú, en tu presencia. Descubrirme a mí mismo y en tu figura qué poca cosa somos sin ternura.