Hay fechas o sucesos en la vida que nos marcan para siempre. El 19 de septiembre regresa cada año para recordarme lo ruin que fui.
También me recuerda que hay personas de tan buen corazón que olvidan el desdén con la que los traté, y me recuerda que al paso del tiempo el perdón llega aún para las personas más ruines como yo.
Hoy 19 de septiembre la abuela me ha dado muestras del gran corazón que tiene, y yo... lloro porque no merezco una sola de sus palabras de perdón.
La ruindad tiene un nombre y ese es el mio.
El 19 de septiembre de 1985 pude darme cuenta de lo bajo que puedo caer pero también me doy cuenta que el perdón me hace sonreír con lágrimas en los ojos.
El perdón llegó pero mi corazón no ha sanado, hoy me dí cuenta que no me he perdonado porque si fuera así, por qué lloro al recordar.
Habrá sido terrible, pero no imagino de que va. Un abrazo.
ResponderEliminarEl juicio más severo proviene de uno mismo. Sólo es necesario aprender la lección y perdonarse. Hay que aceptar que uno se equivoca y que no somos perfectos, como cualquier otro ser humano. Llorar alivia el alma...
ResponderEliminarUn gran abrazo para vos!
No se de que va, pero te juzgas demasiado severamente, lo pasado, pasado está, mujer, sea lo que sea...
ResponderEliminarBesitos y salud
Cuando perdonamos y recordamos lo perdonado... lloramos porque perdonamos de mente pero no de corazón.
ResponderEliminarTodo pasa...
Un beso grande...
Tu, ruin...? no lo creo.
ResponderEliminarMuchos recuerdos duelen y alli siguen para seguirnos martirizando, que hacer con ellos?
Por mientras...un abrazo.
Diana
Como dice una canción de Nacho Vegas: una guerra tan cruel como la de uno contra uno mismo. Perdonarse es difícil, pero mientras, aceptar lo que hemos sido ya es un buen paso. La vida nos lleva a hacer cosas de las que nos hemos de arrepentir, pero también la vida misma nos compensa cuando el arrepentimiento es honesto.
ResponderEliminarSi el perdón llegó por más grave que hay sido lo que pasó, me parece que debes dejar de ser tan dura contigo. No tiene caso atormentarnos con lo que ya fue.
ResponderEliminarBesos!
Ooh dios! Pero que hiciste! A veces nos autoflagelamos y lastimamos sin merecerlo, si te han perdonado superalo! No te atormente mas! Servirá si te doy un abrazote!?
ResponderEliminarahoar si que me quede en ceros..pero no eres ruín...
ResponderEliminarYo creo que te juzgas severos, pero entiendo lo que sientes, siempre es mejor no equivocarse que estar pidiendo perdón. A veces lo que nos duele es sabernos capaces de hacer tanto daño.
ResponderEliminarUn beso Malque...de ti no me creo nada tan terrible.
Con verguenza y arrepentimiento, llega el perdon
ResponderEliminarTu no eres ruin, MaLquE.
ResponderEliminarDejame que te cuente una historia que unicamente lleva el proposito de hacerte reflexionar:
ResponderEliminarEn cierta ocasion, dos monjes budistas recorrian las estepas del Tibet siguiendo la ruta que habia de conducirles a cierto monasterio para practicar el retiro de tres meses.
Durante dias subieron y bajaron montañas y colinas, sortearon precipicios y salvaron torrenteras... Una mañana al emprender la marcha, ambos escucharon con espanto los gritos de horror que proferia una mujer, no muy lejos de alli. Puestos en alerta, los monjes acudieron presurosos alli donde nacian los gritos, el borde mismo de una ribera arrollada y ampliada por el poderoso caudal del rio, renacido del deshielo. Caundo al fin consiguieron rescatarla, pudieron comprobar que era una joven de singular belleza y armonia, y que su espiritu era sencillo y bueno.
Tras colmar a los monjes de agradecimiento y buenos auspicios, la muchacha corrio a refugiarse en su aldea, mientras los monjes continuaban su camino.
Al fin, tras varias semanas mas de arduo camino en silencio, pudieron avistar el monasterio. Cuando se hallaban ante las puertas y el monje mayor se disponia a llamar, el mas joven dexclamo: "¡Espera!"
... "¿Mm?"... murmuro el otro...
"Es que... me preguntaba... que habra sido de aquella muchacha...
A lo que el compañero respondio:
"No lo se; yo solo la ayude a cruzar la orilla y llegar salva a su casa. Pero veo que tu la has traido hasta aqui".
Quizas buscas el perdon a traves de la razon, buscando excusas; el perdon reside en el corazon. Tu, ¿Quisiste hacer daño de corazon?
Entonces...
Besotes, compi.
Hay que aprender a perdonarse, linda... Especialmente cuando la otra persona ya te perdonó. No es nada fácil, lo sé. Hace falta muchísima humildad. Pero tienes que conseguirlo.
ResponderEliminarPuedes perdonarte una cosa cada vez que perdones algo a otro, por ejemplo :)
Además, ya pasaron 20 años, así que... Sácate eso de tu mochila vital, debe estar sucio y pesado y ocupando el espacio que necesitas para albergar las cosas buenas. Así que aprende lo que debas de ello y suéltalo. No me gusta que te llames ruin a ti misma.
No seas dura contigo misma, aprende de la abuela, de nada sirve mantener rencores... el arrepentimiento es un sentimiento inútil.
ResponderEliminarHoy eres mejor y la abuela lo sabe, eso es seguro.
Saludos querida Flor