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miércoles, 25 de mayo de 2011

Ritual de una madre para bañar y que duerma tranquilo un hijo de los tantos que dios le mandó.







Tranquila, teniendo la calma que puede tener una madre con tantos hijos, jalándole uno la falda para pedir una poca de atención o atender la queja de un hermano menor que ha sido castigado con un zape por el hermano mayor, o hacer la trenza que se ha deshecho con el juego del viento entre los cabellos, metida en el bullicio de una algarabía que no tiene fin, la madre llena una olla grande con agua poniéndola en el fogón a calentar, va a la cocina espantándose a los hijos que la siguen como moscas a la miel, deshoja una lechuga orejona, la pone bajo el chorro de la llave para que quede bien limpia depositándola en el agua con la que bañará al bebé recién nacido que dios tuvo a bien mandar.

Prepara la tina encima de una mesa, teniendo mucho cuidado de que ningún hijo se le atraviese y pudiera quemarlo, llega con la olla vaciándola en la tina dejando que las hojas de lechuga caigan también.
Desnuda al bebé en la cama, lo cubre con una manta de cielo bordada con punto de cruz en las largas noches de espera, toma entre sus brazos al bebé, con el dedo índice toca el agua para saber si está templada, dibuja en la mollera del niño una cruz imaginaria encomendándole a dios que el bebé esté bien.

Lava primero la cabeza con una franela blanca y un poco de jabón sin perfume cuidando que no le entre a los ojos que verán todas las maravillas que la vida le tiene preparada, le seca bien el poco pelo, quitándole la manta para meterlo a la tina, el bebé se ha quedado dormido al arrullo de la voz de la madre, siendo despertado cuando toca el agua tibia. Se deja querer sin emitir un solo llanto, le gusta estar en los brazos de su madre, sabe que está a salvo entre ellos, chapotea un poco siendo calmado por ella con un susurro.

La madre canta quedito redondeles que transportan a un mundo de sueños al bebé que poco a poco entre el agua va quedándose dormido.
Termina de bañarlo, lo seca con una toalla suave, lo viste sin dejar de cantar quedito. Camisetas, chambritas, calcetines, pañales de franela bordados en la orilla, fajero y un gorro de color combinado con los zapatos tejidos forman el atuendo del niño que se resiste a despertar a cada movimiento de la madre quien sentada ya  saca uno de sus pechos para alimentar con el líquido subliminal que transportara al bebé a la nave de los sueños.
Duerme succionando poco a poco la vida que ella le transmite junto con la paz de unos brazos tibios, cierra los ojos al fin sonriendo a veces haciendo que la madre con ojos de diosa agradezca tener un lindo bebé.

Duerme, la lechuga ha hecho efecto, dormirá toda la noche para que mamá tenga fuerzas suficientes al otro día para atender a los hijos que también requieren su atención.
Madre al fin conoce los extraños secretos que puede tener una lechuga para darle al bebé un plácido sueño, secretos que han sido transmitidos de generación en generación y que aprenden con mucha atención esas niñas que están viendo como se es una linda madre.













* El hermoso bebé de la foto es el nieto del ciber-amigo que nació el sábado.

20 comentarios:

  1. Niñaaaaaaaaaaa!!!! Como no tengo niños y ya a mi edad no los espero... no podré poner en práctica lo que cuentas pero lo de la lechuga te aseguro que es verdad, lo he probado y es cierto, pero que muy cierto.BESITOS Y SALUDITOS ESPAÑOLES.

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  2. Qué curioso... habrá que apuntárselo, porque el llanto continuo de un bebé es desesperante y te hace sentir tan impotente, sin saber qué le pasa.

    Qué entrada tan tierna... Gracias!

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  3. Mi Querida MALQUERIDA Me has hecho recordar mucho... no tengo hijos pero tuve la oportunidad de estar en el nacimiento de mis sobrinos cuidarlos y hasta ahora seguir haciendolo.

    Bañarlos me encantaba y aún todavía....


    saludos mi Malque n_n

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  4. Ahyyy cosaaaaa, recordi cuando mi niña era bebe, no sabia el truco de la lechuga, pero siempre fue muy dormilona me encanto tu relato.

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  5. Yo quiero ser una mama linda!!! ^^
    Y bueno cuando llegue su tiempo poner en practica la tecnica de la lechuga orejona :D para que se quede dormidito y cantarle canciones que mi mamá cantaba :D que bonito!!!!!!!!!! me ha gustado mucho mucho
    !!!!! Saludos y un abrazo doble desde aquí besos TQM!

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  6. Yo por supuesto no soy mamá, pero eso sí, si he visto bañar a más de uno, eso de la lechuga tendrias que patentarlo...no tenía ni idea...un besote

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  7. Ah(suspiro), que seria de nosotros sin nuestras madres?






    Dark Angel

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  8. ay que cosas mas bonitas escribes tu!

    provoca hasta llorar de belleza...

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  9. Ahi son tan bellos cuando estan asi pequeñitos y todavia les cuesta abrir los ojos!

    Aun aplico la lechuga cuando llegan los insomnios.

    Besos

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  10. Por eso del refrán “Dormir fresco como una lechuga”………En la casa eso hacían con los bebes y aparte aprovechaban para hacer varios remedios a la vez.......mira
    La lechuga orejona se lava y se mete a hervir así como tu dices, ya hervida el agua se retira una porción de agua para hace un te que sirve de relajante pero no para el niño sino para los adultos.
    -Se retira la lechuga ya cocida y una parte se licua con avena, miel de abeja y aceite de oliva…..se usa como mascarilla, es buenísimo para el cutis.
    Con la otra parte se da de comer a los Canarios y a los Conejos.
    -Con el agua hervida se baña al niño y le ayuda mucho a que duerma tranquilo.
    -Con el agua hervida después de usarla en el niño, se puede utilizar como baño de asiento, es muy buena para hemorroides. También se aprovechaba para hacerse un Pedicure, relaja los pies, ayuda en Callos, Juanetes, Ojos de pescado y compone los talones de polvoron.

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  11. ;o tendré en cuenta como padre. Y de todas formas, es un bello rito.

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  12. así bañaron a mi madre, así me baño mi madre a mi, así bañe yo a mi bebé cuando me convertí en madre.
    gracias por regalarme esa sensación tan cálida y dulce. sentí el agua correr entre mis manos....

    abrazos Malque.

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  13. Justamente dentro de una semana dejaré de bañar a mi hijo así, en una tina, para bañarlo conmigo en la ducha, porque dentro de una semana cumple su primer año de vida... me encantó la forma en que describiste un momento tan lindo, como es el baño de un bebé... es una de las actividades que más disfruto cada día.

    Saludos amiga.

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  14. Bienque me fascino esta entrada, es adorable y muy muy bonita solo difiero...

    No son los hijos que Dios manda es la calentura de uno y el otro que ya en estos tiempos hay que cuidar la familia.

    Besos.

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  15. Malque:
    Me hiciste acordar cuando mis hijos eran pequeños.
    Ser mamá es una tarea ardua, ¡pero tan hermosa!

    Besos

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  16. Pasando a saludar, cariños que tengas una buena semana!

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  17. que tierna entrada malque , por aca ando reportandome ahorita que llegue a la casa y me di un chance... es grato encontrarme con estas geniales entradas besazos linda!!!

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  18. Nunca tuve ni tendré hijos, asi que no sabré jamás lo que es bañar un bebé. Gracias por tu post, ahora creo entender lo que se siente.


    Es tu nieto???????????? =)

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La titular de este blog, dama exquisita, dueña de su mente pero no de su cuerpo agradece la visita a este refugio de chilanga triste.

la MaLquEridA

Musa con cuernos

PARA LA MALQUERIDA

La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Es beso de agua y luz de ciegos en el desierto diario. La leo y me leo. La leo y la siento. La leo y la quiero. Vamos de la mano desconocidos y alejados por los caminos rotos y astillados de la vida cansada y del tiempo huraño. Refunfuñamos por todo y hasta en el infierno tienen miedo de que un día aciago lleguen nuestros pasos. Chocamos con mil horas arañamos las rutinas odiamos la compasión nos dan risa los ángeles y mucha pena los diablos. Nos cansa todo y más que nada el resto de los humanos. A veces herviríamos a los que nos rodean y otras daríamos la vida por hacer reír a un chavo. La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Toro Salvaje

Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.

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Ángeles de la fe

Yo traigo la verdad en mi palabra Vengo a decirte de un niño sin abrigo. Vengo a decir que hay inviernos que nos muerden, de la falta de un amigo. Vengo a contarte que hay luces que nos hieren, que existen noches sin whiskys ni placeres. Vengo a decirte que está cerca tu condena. Hoy una madre murió de pena. Déjame cantar, tengo vergüenza de ser humano como tú, en tu presencia. Descubrirme a mí mismo y en tu figura qué poca cosa somos sin ternura.