Miren muchachos les voy a contar algo que me acaba de pasar. Estaba muy quitada de la pena oyendo caer la tormenta. Lalaralará. El cielo se puso negro en un tris-tras.
Pensando en Barry que acababa de salir me quedé sentadita en el sillón de la marmota.
Suena la alarma de la toma de medicina. Tatatata tatatatatatat tatatatat tatatatatatataaaa.
La sala estaba en tinieblas porque las nubes gordas hicieron manifestación en el cielo. Se pusieron a bailar. Los vaporosos vestidos chocaban entre sí. ¡Rumble! ¡rumble! ¡Crash! y así.
Algunas nubes traían puestos vestidos negros con grandes olanes. Todas bailaban batiendo palmas tal como las bailaoras de España. Ole con ole. La tormenta caía con rigor.
No encendí la luz porque no me gusta ver mi soledad en tardes lluviosas. Si fuera de mañana si. Las tardes lluviosas son egocéntricas, diablesas presumidas vestidas de tul y organdí. Ya estarás jabón de olor ni que perjumaras tanto.. Griterío de nubes. Gotitas de alhelíes. Romanceras agotadas. Libélulas de luto.
No es que, no es que no te quiera es que te estoy besando.
Luego oscuro como estaba tomé el vasito con agua y el Cannabis Oil. ¿Qué creen! ¡Sacto! No vi cuantas gotas le puse. Olisqueé el líquido. Cero. Olía a nada.
Me dije a mi misma- Mi misma no le echaste las gotas.
Agarré de nuevo el gotero. Le apachurro y ¡sopas! salió mucho Cannabis Oil.
Me quedé pensando en si lo tomaba o no. El espíritu aventurero habitante de mi cuerpo pequeño en demasía dijo que sí.
-Salú y pa´dentro. Hasta el fondo.
-¡Puagh sabe a diablos viejos!
En poco tiempo la cabeza se sintió como un globo. Ligeeeeraaaa. Ligeeeera.
Ah caray, me senté. Los ojos veían la nariz al mismo tiempo. Bizcos dicen que se llaman. Levantándome de golpe vinieron las náuseas. ¡Agh! La cabeza daba vueltas. Círculos onomatopeyicos ajuareados azul turquesa.
Y pos ya. Laura me marcó. El Jefe también. Y Barry igual.
-¿Cuántas gotas tomaste?- preguntan.
-Como tres o nueve- respondí con dedos presurosos.
-¡Chiky por favor no seas ridícula!-dijo El Jefe por el whatsapp.
-No pasa nada, calma y nos amanecemos- contesté.
Muy preocupados que estaban nomás por un pequeño viajecito que me eché una tarde tormentosa de lluvia caliente.
Escucho música para no dormir. Barry dice que no lo haga. Pronto llegará. Mantener los ojos abiertos cuesta uno y la mitad del otro. ¡Barry ya ven!
Comienzan los acordes de una canción que me viene muy bien en este momento.
Voy por la vida hilvanando traspiés como una estúpida,
y cada día pienso esta vez será la última.
No sé qué hacer, no sé cómo evitar ir por el mundo así.
Siempre dispuesta para tropezar lo mismo aquí que allí...
Aí luego les platico algo. Voy a ver qué hago para que no se me note que ando ¨pacheca¨.
Pa parapapa, la cruz no pesa los hilos calan.
Pa parapapa, la cruz no pesa los hilos calan.
Con per...
¡Buen viaje! XD
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ResponderEliminar¿como entre tres y nueve gotas?
ResponderEliminarserá más bien, tres por nueve igual veintisiete, je.
besos.
Luego nos cuentas que más cosas viste.
ResponderEliminarSeguro que son inimaginables.
Que duermas bien.
Besos.
A ver si le vas a coger el gusto a eso de chutarte con las gotas. Eres una "tú misma" de lo que no hay.
ResponderEliminarBesos.
Un viaje esperpéntico supongo, lleno de luz y tinieblas, canciones y tambores, no de guerra, sino de paz infinita.
ResponderEliminarBesos.
La tormenta hizo de las suyas y siguió su camino.
ResponderEliminarContinúa. Ahora, tú
Y no te detengas ni pa mirar atrás, querida Malque. Flor entre flores!!!!
jajajajaja Un buen viaje, eso espero, seguro que sentiste hambre pa morirse!!!
ResponderEliminarEn una ocasión, de jovencito en Canadá, me invitaron a una fiesta, yo nunca había fumado eso, allá todo el mundo lo fumaba, me convencieron y me fumé unoi, mas nunca lo he vuelto a hacer, yo tenia tanta hambre, que según bajaba las escaleras, era una residencia universitaria y todo el mundo dejaba las puertas abiertas porque estaban em la fiesta, así que yo me metia hasta la cocina, y me fui comiendo, apartamento por apartamento, todo lo que encontraba en los frigoríficos, no podía parar, y nunca me saciaba, aunque tenia un barrigón que parecía un globo aerostático, así seguí hasta llegar al portal, luego en la calle, recuerdo que me daba miedo de los carros, que desastre, por un porrito de Maria nunca mas hasta hoy...jajaja
Besos y salud
Hay que permitirse un poco de exceso de vez en cuando... Besotes!!!
ResponderEliminar¡Aguas! Flor de Mari...
ResponderEliminarBesos.
Genial como decimos por aquí, "trabada". Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarSi en esos momentos fuiste de viaje, y te hizo bien, pues a viajar. Seguro que de vez en cuando nos vendrían bien a cualquiera de nosotr@s.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Te leí desde la montaña ...
ResponderEliminarAy, querida Malque, qué salero tienes y qué bien escribes.
Mis vecinos mejicanos me recuerdan en muchos dichos a ti.
Aún siguen allí, se irán ya prontito.
Muchos besos, mi querida Flor de María.
Voy a mirar el significado de 'pacheca' ...
:)