Hace mucho tiempo no veía llover de esta manera. Ha caído tanta agua que es un milagro no andemos en balsa o con raíces en las plantas de los pies.
No hay gente en las calles. A veces el silencio es roto por el camión del gas o la campana del señor de la basura.
En este domingo llovioso no he escuchado ni las campanas de la iglesia. Igual, Dios descansó hoy.
Ha llovido mucho esta temporada pero desde ayer ha sido continuamente, ¡Que manera de llover señores! No me quejo, ¡Jamás! Estoy en mi hábitat natural pero es tan extraña tanta agua caída del cielo..
¡Que llueva
que llueva
La Virgen de la Cueva!
Recuerdo que cuando éramos pequeños, a mi madre le costaba mantener quietos dentro de la casa, a la bola de chamacos. No hallaba que inventar para entretenernos. No teníamos televisión y nuestro mundo de juegos era el patio con su columpio enorme en el que jugábamos a ver quién se elevaba más alto, ganando el que tocaba el tejado con la punta de los pies.
Jugábamos a los escondites durante largas horas.
Observábamos a las palomas en el techo de lámina juntando sus piquitos, viendo como se metían en los recovecos del tejado a hacer sus nidos.
Vimos formas insólitas a las nubes.
En ese entonces la casa estaba frente a la carretera. Sentados en la barda de piedra nos poníamos a contar el color de los coches. Cada uno era dueño utópico de todos los coches de su color favorito.
En ese entonces la casa estaba frente a la carretera. Sentados en la barda de piedra nos poníamos a contar el color de los coches. Cada uno era dueño utópico de todos los coches de su color favorito.
Mientras esto hacíamos, mi madre preparaba los alimentos en "La cocinita de humo" (un pequeño cuarto hecho de adobe, con huecos de ventana y puerta pero sin estos) y el exquisito olor de los frijoles con epazote cociéndose en el fogón nos llenaba el alma. Preparaba tortillas a mano y café de olla. Todo mientras no lloviese porque entonces quedarnos tranquilos era imposible. Un hermano me jalaba las trenzas, yo lo acusaba, el se reía, yo lo correteaba. Tropezábamos con los muebles o con mis demás hermanos. Los otros al vernos tomaban partido y comenzaba el juego de guerritas hasta que llegaba mi padre con a aplacarnos.
Riendo por lo bajo decíamos, ¡Me las pagarás! Mientras nuestra mente estaba maquinando qué hacer.
La lluvia no para.
Mis hermanos cuidan ahora a sus hijos o nietos. Ya casi no contamos coches -ni siquiera contamos nuestras cosas-, el paladar se ha refinado o mejor dicho nos volvimos mamones -algunos- ya no hay trenzas que jalar ni hermanos que perseguir.
Mis hermanos cuidan ahora a sus hijos o nietos. Ya casi no contamos coches -ni siquiera contamos nuestras cosas-, el paladar se ha refinado o mejor dicho nos volvimos mamones -algunos- ya no hay trenzas que jalar ni hermanos que perseguir.
Los columpios ya no nos atraen, la seriedad nos llegó con la adultez..
De todo aquello sólo quedan testimonios vivos contados a los nietos quienes algún día se juntarán a recordar los decires de Los Apellidos Ilustres y cada uno con su recuerdo como trozo de rompecabezas formará la época de los que en ese entonces habitamos la casa paterna.
Mientras tanto,
Mientras llueve,
Mientras todos duerme en un domingo trasnochado,
.Yo recuerdo a una niña de trenzas negras convertida en solitaria cuentacuentos.
aqui tambien llueve
ResponderEliminarel viento del sudeste trae lluvia como peste, dice el dicho
y lo mas gracioso
fue que un pato
vino del cielo y se pegó un largo chapuzón en nuestro estanque
pensamos en los peces, pobres, que habrian de ser comidos
pero el perro lo corrio y alzò vuelo de nuevo
Mientras llueve
ResponderEliminarhacemos sopas de barro
en el patio de tierra
de la vieja casa.
Tienes la cara de costras rojas
de tierra.
Te miro me río
y nos damos un besos
de niños inocentes.
Qué bella nostalgia tu texto, que me pon a escribir. Un abrazo. carlos
Por culpa de la lluvia la Vírgen de la Cueva tiene reuma.
ResponderEliminarBesos.
ES muy tierno, Un beso.
ResponderEliminaraqui en cuerna, no para de llover desde anoche... que horror... pareciera que estamos en Londres jajajaj
ResponderEliminarabrazos
carlos
Hermoso siempre lo que cuentas, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarTiernos recuerdos los de la niñez, después crecemos (unos más que otros) pero en nuestros corazones guardamos lo vivido como un gran tesoro, y eso amiga nadie nos lo podrá quitar.
Besos, buen domingo a pesar de la lluvia ella cuando no hace daño es vida.
Ya ves que los recuerdos te son fieles y no se pierden por ahí...
ResponderEliminarPor aquí sin llover y 32ºcielo azul...
Besos y salud
Hola MaLqueriDa , la verdad es que es una bonita historia de la niñez , por lo que leo tiene que ser la tuya , pero no más allá esta la mia , que era parecida , ya que con la difencia que no sotros solo somos dos hermanos , y que cuando era pequeña en mi casa había una gotera en el techo y me acuerdo de los días que salian lloviendo y era invierno , soliamos jugar al rededor de una estufa de leña , y con cuidado de no meter los pies en el cubo que recogia la gotera del techo ,jjajaja me hiciste recordar cosas de mi niñez , besos de Domingo de tu amiga Flor.
ResponderEliminarQue llueva, que llueva,
ResponderEliminarla Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
que sí, que no, que caiga un chaparrón,
que se rompan los cristales de la estación
... "Los pajarillos cantan, la luna se levanta" jajaja!
ResponderEliminarPor acá ya escampó y qué bueno porque ya estaba haciendo verdaderos estragos.
Cuídate muchacha bienquerida! Un beso grande.
Mientras te leía, me has llevado de la mano con nostalgia a años pasados,a recuerdos casi idénticos, a personas, cosas y situaciones añoradas...con la diferencia de que los juegos los tenía con primos y nocon hermanos.
ResponderEliminarBesos, Malque.
Por aquí también llueve y bajo el común denominador de la lluvia y tu relato volvemos a la infancia... Gracias, hermosa creación.
ResponderEliminarp/d Desde hace unos meses estamos haciendo radio digital con un programa que sale los martes de 1930 a 2030 y que lo podes escuchar en directo por: www.radiodigitalblue.blogspot.com También lo podes oír en cualquier momento en: www.paracuentos1.blogspot.com donde quedan los programas grabados. Te invitamos a convertirte en seguidora y te pedimos permiso para leer alguno de tus relatos y también, eventualmente, compartirlos en el grupo de FCB "Paracuentos"
Y es lo que tiene la lluvia que nos llena de nostalgia. Y en cuanto a ser niños... al menos nos queda el consuelo de tenerlos cerca y verlos disfrutar inconscientes de su infancia
ResponderEliminarBesos
es un relato muy simpático de tu niñez. lo he disfrutado mucho.
ResponderEliminarbesos.
La Lluvia y los días nublados siempre han sido mis favoritos. Y no solo es cosa de dos días, tenemos así un par de semanas y en efecto hay veces que decimos eso que dijiste de "que manera de llover". La verdad no me quejo.
ResponderEliminarRespecto a los recuerdos de tu infancia, recuerdo que con mi hermana igual contabamos los colores de los coches desde un ventanal en la habitación de mi abuela (donde pasabamos gran parte de la tarde).
Y si, desde el patio también nos poníamos a buscarle forma a las nubes.
Besos!
Aca tuvimos un poco de sol, deber ser que el invierno ya se esta alejando. A mi me gusta la lluvia, siempre que no sea tan intensa o fuerte.
ResponderEliminarHermoso!!!
ResponderEliminarQué llueva!!!
Qué llueva!!!!
Beso mi reina!
Oh! Pues te contare que aquí el clima esta loco, ayer hizo un sol abrasador! Y hoy tenemos un dia gris y lluvioso! El sábado tuvimos un dia seco en la mañana y nubloso en la tarde! Ya no sabemos como salir a la calle!!
ResponderEliminar¿cómo que más dá?, esa niña de trenzas sigues siendo tú, y eres nuestra querida amiga que nos cuentas cosas preciosas. Besosss.
ResponderEliminarcada vez llueve más y más fuerte
ResponderEliminarHola! Yo tambien vengo del blog de Macondo. Me gusta cómo escribes, me transmite dulzura y paz. Me quedo por aquí. Un abrazo!
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