Cuando era pequeñita me enseñaron que si me portaba mal me íba a ir al infierno. Que el diablo me llevaría. Decir Satanás era casi pecado mortal. Tenía que ir a la iglesia a confesarme con un sacerdote y me dijera que no lo volviera a hacer. Me impondría una penitencia que consistía en rezar muchos padresnuestros y muchas aves marías.
Cuando fuí creciendo me dijeron que si me tocaba el cuerpo o si pensaba en muchachos era malo y me íba a ir al infierno.
Tenía entonces que ir con un sacerdote. Decirle que había tenido pensamientos impuros y él me diría que rezara muchos padresnuestros y muchas aves marías.
Cuando me casé, el sacerdote dijo que tenía que respetar y obedecer a mi esposo. Tendría que quedarme con él hasta que la muerte nos separara. Que siendo buena esposa tendría ganado el cielo. Sino era así el infierno estaría esperando por mi.
No debería pensar en nadie más. Si así pasaba tenía que ir a la iglesia y decirle al sacerdote que había sido infiel con el pensamiento.
El sacerdote me impondría una penitencia. Cumplirla implicaba que ya podía ir al cielo.
Sabía que existía dios porque siempre me dijeron que ahí estaba. Era cosa de ponerme a hablar con él y él me escuchaba.
Nunca le reclamé nada porque de alguna manera mi vida era normal. No pensaba que si álgo bueno pasaba era porque las circunstancias se dieron para que así fuera. Igual si pasaba algo malo, como la muerte de mis padres tan jóvenes. Algo que siempre he reprochado.
Cuando me enfermé, le hablé a dios. Le pregunté todo eso que preguntan los que se sienten impotentes por algo que les está pasando.
¿Porqué a mi?.
Pensé entonces que en esta vida que llevo, debí haber cometido algo muy grave para que dios me castigara de esta forma. No pienso que las circunstancias se dieron para que yo me enfermara.
Revisé mi vida paso a paso y no encuentro nada que mereciera semejante castigo. Entonces pensé que dios se ensañaba conmigo. ¿Porqué si era buena me pasaba algo tan feo?. Sé que hay personas más enfermas que yo. Yo puedo aún moverme, pensar. Hay muchos que ni siquiera eso pueden. Barry dice que eso debo agradecerle a dios.
Después pensé que tal vez dios ni siquiera sabe que existo. Es más pienso que él tampoco existe. Porque si así fuera todo sería lindo. No habría enfermedades, guerras ni personas malas. Viviríamos en una especie de limbo. Todo sería color de rosa. Los buenos serían muy felices y los malos no existirían.
Pero no es así.
Hace unos días la terapeuta me preguntó a bocajarro si creía en dios. Barry y Kiku voltearon a verme de inmediato, ( Kiku es atea, Barry es creyente). Yo... tuve miedo lastimar a Barry. Él dice que lo que tenemos bueno o malo se lo debemos a dios. Pero yo creo que es gracias al trabajo de mi familia, que todos los días salen a partirse el alma - como muchos - para que estemos bien.
Bajo la mirada inquieta de Barry, le dije a la terapeuta que creía en dios poquito. Pero eso no se puede. Se creé en él o no. Me preguntó si había hablado con él. Le dije que dios no habla conmigo. Dios es sordo y mudo. Cuando le pregunto algo no me contesta, no me oye y tampoco me habla.
Barry dice que vea todo lo bueno que me rodea, esa es la forma de contestarme de dios.
Deje de ir a la iglesia hace algunos años porque un sacerdote nos dijo que así como diéramos limosna así nos íba a ir.
Dejé de ir a la iglesia porque conocí a un sacerdote que siempre tenía muchos niños a su alrededor. Las cosas que se decían de él no eran las mejores. Nunca se comprobó nada de lo que de él decían pero había actitudes que no dejaban lugar a dudas.
Dejé de ir a la iglesia cuando abrí los ojos y me dí cuenta que la basílica que dicen que es de todos trabaja en base al dinero. Si tienes mucho dinero tus hijos pueden casarse ahí. Bautizar a los hijos o incluso dejar las cenizas bajo el amparo de la virgen. Si eres pobre no vale. Los ricos pueden comprarse el cielo, los pobres sólo pueden soñar con él.
La iglesia es un negocio muy lucrativo.
Barry dice que si quiero creer en dios es cosa mía pero debo dejarlo a él con sus creencias. Así ha sido. No me meto con dios ni con la virgen ni con nadie. Lo acompaño en los festejos que hay porque no me gusta que esté solo.
Él es muy diferente a mi y a mis hijos. De alguna manera al yo criarlos les dí más libertades para decidir. Ellos podrían ser católicos o no, sería su elección aunque de pequeños los llevaba a la iglesia, hasta que ellos decidieron dejar de ir.
Dicen que creemos en dios porque necesitamos echarle la culpa de lo que nos pasa a alguien. No lo sé. Tengo muchas dudas en mi mente que al paso del tiempo se van acrecentando.
De pequeña me dijeron que si no creía en dios me íba ir al infierno.
Y eso está grabado con sangre en mi cabeza...
Le tengo miedo a dios y me da miedo irme al infierno. ¿Cómo borrar tantos años de creer siempre en él y de repente analizar y ver que en realidad dios no existe?. Que es un invento para tenerme agarrada de lo más puro que tengo, que es mi mente. Mi mente es sólo mía, a nadie le pertenece ni siquiera a dios.
No puedo quedarme callada. No puedo dejar de preguntar. Sé que existe algo más grande, que creó todo el universo pero no sé como llamarlo.
No puedo aceptar así sin más que me sucedan las cosas y aceptarlo porque dios me lo manda. No puedo hacer eso. No puedo aceptar que si sufro o río es porque dios así lo quiere. No puedo aceptar cargar una cruz.
Mi humanidad se debate entre el creer o no.
Tal vez por eso existe la MaLquEridA. Tal vez por eso le di vida. la MaLquErida es atea y puede decir todo lo que piensa sin temor a que algo malo le pase a ella y a su familia.
la MaLquEridA es atea.
Flor tiene miedo... Flor le teme a dios.
Una eterna contradicción entre ellas dos habitando un solo cuerpo.