El día esperado por fin llegó.
El cumpleaños de la reina tanto anunciado, estaba ya en marcha.
Compras, comidas, compras, cenas, más compras, más comidas. Todo apuntaba para que el banquete real fuera el más esperado del año.
En el previo a dicha fiesta. la princesa Kiku decidió que los regalos que tenían para la reina los recibiera en su recámara real y no en el guateque, así que puso en funcionamiento la cámara, junto al rey Barry, al príncipe Muny y las mascotas para entregarle los obsequios.
El príncipe Muny puso un disco de Topo Gigio, que se llama ¨Mamita linda¨ que siempre le canta en su cumpleaños o en el día de las madres.
Todo muy propio y tomando en serio su papel, empezó a cantar.
¨Si me preguntan quién me dió la vida,
Si me preguntan quien me quiere más,
Si me preguntan quien es la más hermosa,
esa, esa es mi mamá¨
Era tan tierno verlo, tan grande y tan serio cantando una canción de niño para su madre. un hombre con alma de niño. Así es Muny.
El príncipe seguía cantando mientras el rey Barry quería contener las lágrimas que empezaban a salir sin control de sus ojitos que se están aconstumbrando a llorar.
La pincesa Kiku mientras tanto seguía filmando y la reina, sentadita en su trono como tal, veía a uno y a otro con una sonrisa nerviosa.
El príncipe terminó de cantar y le entregó una gran caja a la reina que impávida no lograba acertar que hacer.
Abrió la caja con ayuda de los hombres de la casa y sacó un enorme teclado, que el príncipe le había prometido, después de enterarse que la reina de niña, siempre quiso aprender a tocar el piano. Por fin, gracias a su hijo podía aprender a tocar lo que siempre quiso.
Un abrazo muy fuerte y un beso en la mejilla rasposa del príncipe dieron fin al acto de su aparición.
En seguida, la princesa Kiku se acercó a la reina y de una bolsa sacó un gran libro gordo y se lo entregó a su madre.
La sorpresa de la reina fue mayúscula y solo atinó a llevarse la mano a la boca.
Empezó a hojearlo y de pronto pensó que se desmayaría porque vió un nombre ALMA ROSA, entonces los nombres se fueron sucediendo uno tras otro: IvaniUS, Xhabyra, Zully, Mantovanni, Casacelis, Potter, MauVenom, Jolie, Víctor Victoria, Pashmina, elbibis, Crónicas, Araña patona, Lumpenpo, NTQVCAXYZ, Rodrigo Torrubia, Araceli Bowser y P´Pito, todos le escribieron junto con Kiku un prólogo para su libro, el libro de la reina, el libro de la MaLquEridA.
El libro que en forma de posts, ha venido escribiendo a la largo de este año.
Palabras sacadas del más tierno lugar del corazón de cada uno de los amigos que escribieron y que en el realzan lo que la MaLquEridA ha significado en su vida blogger. Lo que la reina siempre pide... unos minutos de pensamiento dedicados a ella... a la MaLquEridA.
Xhabyra en su estilo único hizo un dibujo para la reina, en la que él un poco ¨happy¨ le cantaba las mañanitas a la reina que se encontraba en el balcón real y detrás de ella , asomándose muy enojado el rey Barry, genial el dibujo, que en otro momento postearé.
Pero eso no era todo.
El libro es tan gordo que hubo que partirlo en dos, así que en lugar de uno fueron dos los libros.
¨Quiero que veas la última hoja mamá¨, le dijo Kiku a la reina y entonces la reina tuvo que detenerse de la pared, porque pensó que se iba a desmayar, al final, en la última hoja, ahí estaba... la foto de Enrique Bunbury y su autógrafo, era más de lo que podía pedir y todo eso se lo había dado Kiku, la niña de sus ojos.
Al rey Barry le compraron un micrófono para que así pudiera cantar las canciones que tanto le gustan a él y a la reina y así ya no tenía que agarrar el desodorante para cantar.
Al final de la velada el rey le cantó ¨Esta vida loca¨ de Francisco Céspedes, que es la que le está llegando a la reina en este momento de su vida, porque aunque muchos no lo crean, la reina tiene un corazón romántico muy escondido debajo de su coraza de mujer fuerte.
En la noche, se reunieron los familiares del rey y algunos casi ninguno de la reina ( como siempre) y le ofrecieron una fiesta que en mucho tiempo recordarán. Todo amenizado por la música favorita de la reina que estaba por demás feliz de sentirse querida por tanta gente.
Los tequilas se sucedieron uno tras otro y aunque la reina no toma, le está agarrando el gusto a los tequilitas.
Al segundo ya estaba un poco mareada pero no pierde el estilo, así hasta llegar a cinco tequilas ingeridos en forma sucesiva a instancias de las cuñadas que les gusta verla feliz y deshinibida.
Pronto la reina empezó a exigir un café para sentirse mejor y bajar los efectos del alcohol, y aunque en los bares lo que menos hay es café, la reina solo tuvo que mover un dedo para que el anfitrión del bar le consiguiera uno de quien sabe donde y la reina pudiera recobrar la compostura, que de cierto nunca perdió del todo.
Así hasta las 4 de la mañana, en que se llegó el tiempo de despedirse y de irse a la cama, que había llegado el final de la fiesta tanto anunciada.
La reina y toda su familia están muy felices y eso se les nota, aunque a veces la reina se ponga un poco friki, porque las cosas no salen como ella quiere.
Genio y figura...