Lloran porque sí y porque no. Por los vivos, por los muertos. La paga es poca cuando de llorar se trata. Cuesta a las principiantes dejar salir el llanto a la primera, por mas que pujan no sale ni un chisguete del lagrimal. Oculto sistema hidráulico de sentimiento humano. Epítome sencillo de un tratado sin escribir.
El sublime arte de las plañideras se pierde en el vergel lúgubre de sauces llorones. Yo qué les voy a decir si en este mundo nada es sabido que cause tanto dolor para poder pagar.
Las mojigatas damas de oficio avanzado sueltan la lágrima apenas ven por lo que hay que gimotear. Lamentos quedos algunas, gritos lastimeros las otras. El universo de los lloros no es muy versátil para quien no tiene callo en el arte del drama. Miren que el desconsuelo a veces no pesa ni un gramo de historia. Plañidos histéricos para los muertos de amor desubicado. Llegan lágrimas saladas gloriosas gotas de mar de ojos azul diverso. Mares inquietos, semejantes tálamos de amor proscrito inundando la barcaza sin náufragos bestiales ahogados por culpas divinas. La miel no se hizo para el hocico del asno. Tampoco se encierran en las cartas deshabitadas. Lujuria encantadora.
Cuando el llanto es verdadero, sencillo es detectarlo por el salobre sabor. Mar en calma, sal en brama. Para llorar un hijo perdido no hay plañideras. Nadie ejerce por muy bien pagado que esté. Habrán de llorar mujeres de alma rota. Mueren los hijos para habitar por siempre en el corazón de una madre. Respeto a una mujer hermosa, todas lo son, muerta en vida. Algodón de azúcar para un regazo vacío.
Las plañideras van a la baja, pobres lloronas en extinción. Las pocas que hay habitan bajo el embrujo de túnicas negras. Caras tapadas de fascinación extrema. ¿Quién llora debajo de esa vestimenta? ¡T.ápate el rostro de poca vergüenza! Tu oficio suele salirse de contexto. Nunca nadie merece tanto desconsuelo. Si lo haces por mi, no olvides regarlo con gotitas de azahar y un poco de nardos en azul.
Urracas parlanchinas, de oficio zopilote. Aquelarre de voces guturales gimiendo por el muerto desconocido. Hay que llorar poco dicen algunas. Un desconocido no vale tanta lágrima inútil. Es para que su alma no vague sola en la penumbra de lo desconocido. Consummatum est. Apaga la llama de amor perpetuo. Con tres lágrimas oscuras se puede. Te lo digo yo que de eso entiendo nada. El amor no se llora.
Nunca pensé que podía dar tanto juego una plañidera. Es lo que tiene tener mucha imaginación y arte para manifestarla por escrito.
ResponderEliminarBesos.
Las lágrimas como instrumento y como profesión, haces un recorrido por el alma de los llantos, para acabar quizás deseando que no se apiaden de ti, ni te lloren. Los amores de verdad, de una madre a un hijo es el mayor, no saben de medidas, ni de tiempo, ni del sabor salado de las lágrimas vertidas, sino del que no aflora en los ojos, sino en el corazón.
ResponderEliminarPor la lágrimas de felicidad, que existir, existen:-). Un abrazo
Yo serviría para reír en los entierros... pero claro, no creo que les gustara mucho.
ResponderEliminarBesos.
Que se lo digan a "La Llorona"...
ResponderEliminarUn abrazo y un beso con lágrimas tequileras.
Parece extraño hablar hoy en día de ese "oficio", pero le das un enfoque a la explicación que subyuga.
ResponderEliminarBesos.
Hay un cuento de Cortázar muy interesante sobre este mismo tema.
ResponderEliminarNo recuerdo el título ahora, de seguro alguien con mejor memoria lo hará.
Saludos,
J.
"Conducta en los velorios", ¿puede ser?( el cuento de Cortázar, digo), aunque toca el tema en otros también.
ResponderEliminarMi Eva llorona se ganaría bien la vida de plañidera. Cuando empieza, no hay quien la pare.
Un beso llorón.
Cariños.
ResponderEliminarEres muy buena escribiendo, eso te lo he dicho muchas veces, pero tanto, que a veces, como hoy, pareces otra persona.
ResponderEliminarUna entrada increíblemente genial!!!
Besos y salud
actualmente la muerte ya está muy interiorizada en las sociedades como algo normal y natural y ya muy poca gente llora en público porque es de muy mal gusto hacerlo y menos contratar plañideras porque ya no se estila.
ResponderEliminares más, ya ni se dicen las supuestas virtudes que el difunto tuvo en vida, porque como dijo borges: "la muerte no ayuda tanto".
besos
"Mar de calma, sal en brama"....magnífico.
ResponderEliminarBesossss
Un abrazo.
ResponderEliminarLas lágrimas sinceras siguen su propio camino,
al final van todas al mar, salado como ellas.
Besos.
Todos los oficios son buenos siempre y cuando no lleguen a deteriorar a la persona qeu lo ejerce. Yo valdría para plañidera porque como comience me cuesta mucho cortar el llanto. Casi preferiría ejercer de payasa para reír constantemente. Me encanta como cuentas todo y como lo escribes.
ResponderEliminarAbrazossss
Escribes tan bien, tan bien que a veces puedo llegar a entender que eres
Perdón, perdón jajajaja que eso se coló.
EliminarAbrazo de nuevo