Hace unos días preguntaba uno de mis casi hijos cuál es mi escritor favorito. Me costó recordar quién es. Después preguntó cuáles eran sus obras y cuál mi libro favorito. Lo olvidé. No recordé que Casi el paraíso es junto con Hasta no verte Jesús mío son mis lecturas favoritas.
Si somos lo que leemos soy Jesusa Palancares. De carácter fuerte salió adelante sola con su vida. Yo no presumo de ello, toda la vida he tenido quien vea por mi. Han resuelto los problemas, todo. Tal como una reina. No es que quisiese haberlo sido pero la vida me puso ahí. No hice más que tomar lo que me ofrecía.
Jesusa Palancares tenía el pelo largo, era mandona, sufrió mucho. Yo no. La vida la educó así. Me gustaría haber sido como ella de carácter nada más porque de lo demás no gracias prefiero seguir siendo Flor de María. Mala en la vida, buena en la muerte. Como todos los humanos.
La cosa es que Marquito se acercó a platicar conmigo. Dios de los eternos por qué me haces esto. Estaba muy mona yo con mi vestido blanco tipo yucateco -La Bella y yo nos vestimos igual- tranquila como suelo estar cuando estoy sola. Con Marco cerca comencé a temblar. Hice esfuerzos enormes por coordinar mente con cuerpo. Fatal. Empecé a balbucear, olvidé lo que hablaba. Miraba para todos lados buscando a Laura, Barry o al Jefe para que acudieran en mi auxilio. Nadie. ¡Trágame tierra! Dios hazme invisible porfa. Yo preguntaba cosas obvias para disimular mi desatino. Marquito -para los demás Marco- entró a la Universidad. Estaba contenta por ello pero el temblor arruinó todo. No pude sobreponerme. No hablé más. Él fue a buscar algo. ¡Salvada! Sudaba a mares. ¡No me beses estoy sudando! El algo que me habita suda cantidades horrorosas de gotitas saladas. En su mayoría no les importa besarme pero a mi me da mucha pena ¿si saben?
Después platiqué un poco con la Emilia. Pregunté sobre el volumen de mi voz. -Hablas muy bajito como un hilito- dijo ella. Caray cansa repetir, no se entiende lo que digo. Opto por lo más sensato. Callar, dejar de hablar. El algo que me habita en esta nueva etapa no quiere escribir, está dejando de hablar. de caminar. Ya ni juega con su nieta. El algo es un ser ensimismado reacio a salir de su concha. Los ángeles que me ayudan no merecen que me deje caer. Es como si echasen agua a una tierra árida. Algunos con pp como yo viven como si no estuviesen enfermos. Trabajan, hacen ejercicio, bailan, ríen.
Gracias yo mejor me quedo aquí. A lo más que he llegado es a no compartir los textos sobre el pp con los hijos de suchi. No hablo de ello, de como me siento. Mejor me callo. No digo nada. Igual pocos entienden que no soy yo. Es el algo que me habita quien se ha empeñado de lleno en vivir el día a día como dicen se debe hacer. Cosa es estar atenta a que haya medicamento suficiente para no tronarme los dedos. Gracias compañeros. lo demás igual me encargo. Mientras llega lo que ha de llegar "hablo" con Silvio y los demás entes de lenguaje ininteligible que vivimos haciéndonos compañía mutuamente. Quien quita y en una de esas desempolvo mis alas para de nuevo -como antes- volver a volar. Qué tal que de tanto volar llegue al Mediterráneo. Uno nunca sabe.
Si somos lo que leemos soy Jesusa Palancares. De carácter fuerte salió adelante sola con su vida. Yo no presumo de ello, toda la vida he tenido quien vea por mi. Han resuelto los problemas, todo. Tal como una reina. No es que quisiese haberlo sido pero la vida me puso ahí. No hice más que tomar lo que me ofrecía.
Jesusa Palancares tenía el pelo largo, era mandona, sufrió mucho. Yo no. La vida la educó así. Me gustaría haber sido como ella de carácter nada más porque de lo demás no gracias prefiero seguir siendo Flor de María. Mala en la vida, buena en la muerte. Como todos los humanos.
La cosa es que Marquito se acercó a platicar conmigo. Dios de los eternos por qué me haces esto. Estaba muy mona yo con mi vestido blanco tipo yucateco -La Bella y yo nos vestimos igual- tranquila como suelo estar cuando estoy sola. Con Marco cerca comencé a temblar. Hice esfuerzos enormes por coordinar mente con cuerpo. Fatal. Empecé a balbucear, olvidé lo que hablaba. Miraba para todos lados buscando a Laura, Barry o al Jefe para que acudieran en mi auxilio. Nadie. ¡Trágame tierra! Dios hazme invisible porfa. Yo preguntaba cosas obvias para disimular mi desatino. Marquito -para los demás Marco- entró a la Universidad. Estaba contenta por ello pero el temblor arruinó todo. No pude sobreponerme. No hablé más. Él fue a buscar algo. ¡Salvada! Sudaba a mares. ¡No me beses estoy sudando! El algo que me habita suda cantidades horrorosas de gotitas saladas. En su mayoría no les importa besarme pero a mi me da mucha pena ¿si saben?
Después platiqué un poco con la Emilia. Pregunté sobre el volumen de mi voz. -Hablas muy bajito como un hilito- dijo ella. Caray cansa repetir, no se entiende lo que digo. Opto por lo más sensato. Callar, dejar de hablar. El algo que me habita en esta nueva etapa no quiere escribir, está dejando de hablar. de caminar. Ya ni juega con su nieta. El algo es un ser ensimismado reacio a salir de su concha. Los ángeles que me ayudan no merecen que me deje caer. Es como si echasen agua a una tierra árida. Algunos con pp como yo viven como si no estuviesen enfermos. Trabajan, hacen ejercicio, bailan, ríen.
Gracias yo mejor me quedo aquí. A lo más que he llegado es a no compartir los textos sobre el pp con los hijos de suchi. No hablo de ello, de como me siento. Mejor me callo. No digo nada. Igual pocos entienden que no soy yo. Es el algo que me habita quien se ha empeñado de lleno en vivir el día a día como dicen se debe hacer. Cosa es estar atenta a que haya medicamento suficiente para no tronarme los dedos. Gracias compañeros. lo demás igual me encargo. Mientras llega lo que ha de llegar "hablo" con Silvio y los demás entes de lenguaje ininteligible que vivimos haciéndonos compañía mutuamente. Quien quita y en una de esas desempolvo mis alas para de nuevo -como antes- volver a volar. Qué tal que de tanto volar llegue al Mediterráneo. Uno nunca sabe.
Hermosa! escribes y describes de manera magistral tus sentires y tus entornos. insisto en que de todo esto debería salir un fantástico libro. un abrazo muy cariñoso querida Malque
ResponderEliminarCierto.Nunca se sabe. Volverás a volar, bella. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarLas olas del Mediterráneo bailan ilusionadas pensando en que puedas venir.
ResponderEliminarBesos.
Desde mi ventana tampoco se ve, pero cuando vengas a verlo avísame. Yo lo tengo más cerca. Estoy a 300 kilómetros del Toro Salvaje.
ResponderEliminarBesos.
Si yo fuera maga y tuviera poderes, ya te habría concedido ese deseo de volar y ver el mediterráneo. Si yo fuera maga, haría todo lo posible por cumplir tus deseos. Que nunca se apaguen los sueños e ilusiones.
ResponderEliminarComo siempre, me encantó como escribes y hablas con tus duendes.
Abrazos inmensos
Ke bien saluditos 👌
ResponderEliminarud tranquila, haces lo que puedes y eso es lo más importante.
ResponderEliminarbesos.
Seguro que vuelas, por encima de los condicionantes de la voz y el propio cuerpo. Porque la mente es capaz de sentir la brisa del mar aun estando lejos
ResponderEliminarPrecioso, urgente, indeciso, y real texto. Un abrazo
El mediterráneo en un mar, como un gato domesticado que tiene ramalazos de furia, de tigre venido a menos, por ello es peligroso. hoy en día es un gran cementerio.
ResponderEliminarBesos.
Desde la ventana de mi habitación veo el Mar Mediterráneo. Tal vez nunca te lo dije... Pero si es de tu interés visitarlo, sé con quién tengo que hablar para que te acerque. O le acerque. Un mar y un océano y otro mar se comunican... Cierto, uno nunca sabe. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Últimamente yo creo que tengo un "algo" que me habita a mi tambien, que debe de ser pariente del tuyo, a lo mejor somos hermanos y no lo sabemos...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Anda que si vinieras...
ResponderEliminar: )
Muackkkkkkk
Yo creo que las personas que saben dar siempre tienen alas.
ResponderEliminarEs cierto, nunca se sabe.
Un beso, mi querida Malque.
Me gusta mucho leerte.
ResponderEliminarLo que escribes ya lo tenia en mi mente
Me siento asi muchas veces.
Momentos sin edad de la que escribe
gracias por compartir cosas serias de las cuales nadie habla
ResponderEliminar"Un@ nunca sabe"... sí.
Un beso y un cálido achuchón.
Algunas preguntas tienen la particularidad de que no están hechas para ser respondidas, sino para generar nuevas preguntas.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Me alegra saber que estás, eso es importante, pero también es cierto lo demás, que nada tiene que ver con los años. ¡Quien sabe!
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces tengo ganas de abrir un poco el alma y ponerme a escribir, despertando sombras y luces -distintas por cierto a las tuyas- y en desparpajo gritar dolores y soledades. Y terminar contento porque alguien me ha escuchado... o leído.
ResponderEliminarUna abrazo para ti, amiga.