Tú, mi cuidador, el que la vida escogió, tienes que cargar con el mal carácter y la impaciencia arraigada en las venas.
Tú, mi cuidador al que visto de héroe porque para mí lo eres. Caminas conmigo en la noche para que estos pies desentuman la monotonía de las tardes.
Preparas mis alimentos, pones todo al alcance para que mi esfuerzo sea mínimo, pero también te cansas.
Y te vas a bailar y te odio por ello y pido a todos los diablos que carguen contigo, ser insensato, egoísta que tiene que desconectarse de mí y este cuerpo enfermo para no caer en la depresión y en el tedio oportunista insensible a todo y nada.
No pienso en con quién bailas. Mi mente descarta cualquier viso femenino cerca de ti para que los celos no carcoman el alma. Ni modo que bailes con hombres. Lo asimilo. Es un mal necesario. Tu estrés tiene que ser eliminado de alguna forma y si el bailar te lo quita, lo acepto. Eso lleva a que estés bien y por consiguiente, yo también.
Conoces mi odio por los viernes en que mucha gente aprovecha para salir, desenfadarse del trabajo. Yo me quedo en casa. Dicen que uno detesta los días porque no sabe qué hacer con su vida. La razón no tiene cabida en mis circunstancias.
Perdona si al regresar me encuentras enojada, no encuentro otra manera de manifestar lo inservible que me siento ante tus ojos. Te pongo mala cara. No quiero que me dirijas la palabra. No dejo que me toques ni que me ayudes a nada, prefiero agarrarme de las paredes antes de pedir tu ayuda, pero es que siento feo quedarme aquí. La espera es eterna y tú no llegas.
No voy a decir más como tampoco te voy a dar a leer esto que escribí. Dices que las palabras se las lleva el viento. Las mías no, siempre llegan a ti.
La Flor se vistió de espinas para reírse del dolor que no es más un sentimiento de derrota.
Click
Nunca me ha gustado bailar. Tengo muy arraigado el sentido del ridículo.
ResponderEliminarSeguro que estas palabras tuyas le llegan también.
Besos.
Las palabras quedan ahí, para testigos de un deseo.
ResponderEliminarBesos.
El dolor es catarsis...
ResponderEliminarY,la catarsis, esa esquirla llamada memoria arrojada a los olvidos.
Y el todo, ol-"vida"-R para vivir y seguir vi-viendo.
Una paradoja que en ese olvidar haya y quede aún tanta VIDA ;)
Mil cariños, mi chilanguita de ojos tristes.
Es duro ser el cuidador pero pienso que lo es mucho más ser la persona cuidada, al menos ellos pueden desconectar de su tarea ¿pero cuando desconectamos la otra parte del dolor o de la dependencia? Ya quisiéramos que bailando se esfumara todo.
ResponderEliminarPaso a saludarte pues estuve dos años sin bloguear y este verano he decidido retomar esta actividad nuevamente. Un fuerte abrazo
Te entiendo y le entiendo.
ResponderEliminarEs muy difícil la vida.
Casi imposible de entender.
Besos.
Yo te dejo un abrazo que no te servirá mucho para tu dolor pero a mí me sirve.
ResponderEliminarCuídate mucho.
Un abrazo!!
Hola flor de María, Mal Querida, como más gustes. Te entiendo y también entiendo a la persona que te cuida. En nuestro caso, nos sucede lo mismo. Los fines de semana antes de que mi padre se rompiera la cadera, íbamos a bailar, al cine, de viaje por otros lugares, etc...Ahora los fines de semana son dedicados a él. Entre semana podríamos ir a la piscina, al cine, a ver algún museo cuando mi compañero vuelve del trabajo, pero está casi todo cerrado por lo de la Covid-19. También nosotros algo paralizados. Ahora es lo que toca. Aprovechamos cualquier oportunidad los fines de semana para salir al campo a despejarnos porque yo a veces estoy muy saturada. La naturaleza es lo que me alivia y me carga las pilas para para continuar lidiando. Este fin de seman por ejemplo hubo toros el viernes, el sábado y hoy también ha habido. Cuando hay toros en la televisión de Castilla la Mancha aprovechamos y nos damos una escapadita de dos horas y medias que es lo que suele durar. Si no se cuida el cuidador caerá también y entonces si que será un gran problema.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Abrazos enormes. Cuídate mucho
Cuánta ternura en este escrito, querida Malque.
ResponderEliminarCuánta.
Un beso.
es lo que se llama "un efecto colateral" de tu enfermedad.
ResponderEliminarun beso.
Ser cuidador es un barbaja muy duro, y necesitan desconectar. Bailando, o como sea.
ResponderEliminarClaro, a quien se ha de quedar solo y desatendido..poquito gracia le hace . Un abrazo
Nunca es fácil aceptar que los demás pueden ser/vivir/continuar sin nosotros.
ResponderEliminarSuerte,
J.
Hola hermosa, es real cuando dices que el cuidador se cansa. Yo estoy cansada, cuido a mi abuela de 92 años. Y en ocasiones también quisiera darme una escapada aunque ella se enoje. Ánimo . Te mando un gran beso lleno de paciencia.
ResponderEliminarMe gustaría encontrarnos de nuevo en el acantilado donde la esperanza nace y lo demás no importa. Sin ser Benedetti, ¿tenemos un trato? Gracias por escribir. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Tu etiquete dice: "Culpas". ¿Qué son "culpas"?
ResponderEliminarTashi delek.
A veces cagarse en dios ayuda.
ResponderEliminarDifícil, sin duda.
ResponderEliminarA veces nos hundimos hasta tocar fondo y el sentimiento de culpa sale a flote cuando necesitamos desconectar por unas horas. Cuesta mucho tirar del carro sin ayuda. El lo necesita y tu también, aunque no lo creas.
ResponderEliminarCariños.
Hola, deseo que estés bien. Se te echa de menos cuando no escribes.
ResponderEliminarAbrazosssssss enormes, cuídate mucho
Al hacer los balances las derrotas siempre son las más pesadas.
ResponderEliminarSuerte con el mal humor.
Saludos,
J.
Confesión: Me emocioné tanto cuando leí tu entrada hace un mes que no supe cómo comentar lo leído. Tal vez porque he sentido lo que tu describes alguna vez en mi vida pero adentro, en las entrañas. Estaba solo, sin apoyo de nadie. Parece que ese tiempo cruel forjó parte de mi personalidad.
ResponderEliminarMuchos abrazos.