Una de las cosas que me hubiese gustado hacer en otros tiempos es haber aprendido a fumar o a beber como señora nice. Saber cruzar la pierna elegantemente sin hacer malabares para evitar enseñar los calzones. Usar vestidos entallados sin nada debajo, bueno si, lencería fina de encaje y tal, de esa que hace que a los hombres se les caiga la baba nada más imaginar lo que hay bajo el vestido y soñar en cómo desprenderla de ese cuerpo sutil.
Me hubiese gustado haber aprendido a usar zapatos de tacón de aguja, bolsos de marca, peinado de salón. Ir a que me hicieran el manicure, pedicure, masajes cada que me doliera la uña del dedo gordo y lo más importante, usar un perfume que de tan fino no haya nadie más que lo pueda adquirir, sólo yo para cuando camine con paso garboso por las avenidas como modelo esquelética, deje un halo de sofisticación para que nadie me olvide jamás de los jamases, amén.
Pero dios no cumple antojos ni endereza jorobados. La cigüeña se distrajo y me dejó caer en un cuasi pueblo donde las mujeres poco o nada fuman, se visten modositas enseñando apenas el nombre y el perfume que usan es el que guardan en las trenzas gruesas hechas por las manos diestras de una madre presurosa.
Ni modo.
No aprendí a fumar como señora nice pero si lo hago como señora neófita en tales menesteres, al menos ya no me trago el humo.
Tampoco aprendí a beber pero como señora bajada del cerro me aviento mis tequilitas entre pecho y espalda al son de ¡éntrele mi Florecita! ahora que se puede.
Cuando bebo tequila me limito a tomar cinco madrecitas de esas en las que lo sirven. ¿Por qué cinco? porque me he dado cuenta que al llegar a esa cantidad el piso se empieza a mover y mi lengua se convierte en una de merolico, entonces mejor cinco y aí muere, no vaya a ser que pase lo que en Caborca.
En mi perra vida -no es ofensivo decirlo ¿eh? no te espantes Emilio- no había bebido otra cosa hasta hace unos días en que descubrimos -mi acompañante y yo- una botella de Mezcal de Pechuga traída desde las lejanas tierras de Oaxaca, paraíso verde, tierra de los ancestros de La Bella.
Me chuté tres raciones con su limón y salecita antes pa´ no hacer gestos. No sabe tan mal y lo mejor de todo es que no me hizo ni cosquillas por consiguiente ya sé con qué voy a brindar cada que haya oportunidad. Ni la cabeza me dolió. No me maree ni el piso tembló cuando me levante de mi asiento.
Mezcal de Pechuga pa´ todos, yo invito. ¿Quien dijo miedo? El trago es pa´ los machos y para las parkinsonianas valientes valemadristas.
¡A su salú!
¡A su salú!
Digamos salú otra vez para olvidar a los poetas distraídos y a los amigos que se entretienen en adorar a sus otras amigas y a mi que me muerda un perro. Salú por ellos aunque mal paguen.
Por cierto, me he quedado sin versos y sin rimas. Convertida estoy en cazadora de poetas funambulistas que se juegan la vida todos los días a la orilla del precipicio por un amor de literatura. Salú por ellos aunque no paguen.
¿Y a qué viene todo este rollo fútil sin sentido?
Ah pues no tengo nada qué hacer y estoy matando el tiempo mientras llega la hora de ir por La Bella.
Salú!
a más y más que salú, de esa que obra milagros en cuerpos y almas, lo hermoso está en vestir, fumar, cruzar piernas, mostrar más alto y bajo que el generoso escote, y escanciar copas con poetas/poetos de la funambularia ...
ResponderEliminarcon la purísima i m a g i n a c i ó n!!!! Secretos, pocos hay
Besazos, Malque
Haces muy bien.
ResponderEliminarYo creo que voy a hacer lo mismo. No tengo Mezcal de Pechuga pero algo encontraré.
Besos.
Salú por los que pagan bien y de encuentro también por los que mal pagan Malque.
ResponderEliminarUn beso. :)
La primera frase de este post es para la posteridad mi Malque. Genial frase!
ResponderEliminarSalú, Malque, y bebe mucho de eso que debe ser buenísimo jajajajja Besito
ResponderEliminarPues ándale duro y sigue tequileando, que visto lo escrito te sienta de requetecuajo.
ResponderEliminarUn beso, mexicanita linda.
EN CAN TA DO RA !!
ResponderEliminarSALUTE!
¿Y que pasó en Caborca?
ResponderEliminarUno se queda asombrado de la riqueza del mexicano,-pa entendernos- a mi me encanta, me deja con la boca abierta, claro que hay muchas palabras que no entiendo y que deduzco del sentido de la frase porque soy muy flojo para buscar, no se ni donde, por otro lado... :)
Besos y salud
¡Quiero probar el Mezcal de Pechuga! Si luego el suelo no tiembla y la cabeza sigue en su sitio, pero el corazón se alegra...es la bebida ideal para un brindis.
ResponderEliminarMe encanta tu desenfadada forma de relatar historias, salpicadas de anécdotas con gusanillo dentro.
Un abrazo.
Jajajajaja. ay mi querida Malque.... qué arte tienes hija....
ResponderEliminarMe encanta que te quedes sin versos ni rimas y que te adentres cada vez que tienes estos ratos perdidos en estas divagaciones tan entretenidas.
Escribes bien sí o sí, así que me da igual lo que escribas.
Por cierto, no he probado nunca el tequila y no me quiero yo morir sin tener algo con él, jajajaja.
Besos apretaos, amiga y sigue siempre con ese sentido del humor que yo echo en falta tantas veces...
¡Salú!
ResponderEliminarSalud! y que locura , alguna vez también pensé en que me gustaría ser como ese tipo de mujeres , pero casi al instante me digo que diablos , que viva la comodidad!!!
ResponderEliminarNo necesitas tú de esos adornos para ser recordada.
ResponderEliminarBesos.
Para aprender a fumar nunca es tarde. Empieza por puros, pero no te tragues el humo; el humo de los puros no se traga, sino pillas una borrachera como un piano, y se pone uno malo, malísimo.
ResponderEliminarBesos Malque.
jajajaja me has hecho reir,y cuidado con esa bebida,no tengo ni la mas remota idea de que es,abrazos miles.
ResponderEliminarSalú para ti que yo no bebo.
ResponderEliminarBesos
¡Salú!, por la gente autentica, la gente que no vive de banalidades ni de apariencias triviales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me enseñé a fumar como mis amigos me dieron a entender, no he podido mantener una postura con el cigarrito de manera sensualona, ya será pa' la otra vida.
ResponderEliminarYo no he bebido mezcal. Sólo un rico pulquecito y trago barato de ese que cuando te lo tomas te provoca un "brrrrrr".
¡Salú porque se me ha antojado!
mezcal de pechuga, hay mezcales muy buenos, que bueno que has vivido en esta vida, si no jamas hubieras conocido a la Bella...
ResponderEliminarUn abrazo de mezcal doble pechuga...
Je, je
ResponderEliminarTe voy a contar algo. La primera vez que me llegué a Oaxaca, y fui a Monte Albán, de regreso, me paré en Tula para ver ese árbol tan bello. La cosa es que allá venden el Mezcal de Gusano y compré una botella. Tula es muy chiquita no hay nada, el árbol una iglesita y más nada, y allí estaba yo, esperando que pasara algún camión pa regresarme a Oaxaca. Pero ni modo, ya no habían, el mío fue el último, y los lugareños ya se fueron marchando. Me quedé sola con mi mezcal y el arbolazo aquel, y ya me dije bueno, echémosle mano al mezcalito con gusanito. Cuando ya daba por hecho que dormía con el árbol y el gusano del mezcal, pasan con un carro lleno de gallinas dos campesinos, y les dije lo que me ocurrió, se echaron a reír y me dijeron suba güerita, que la llevamos para allá.. compartimos el resto del mezcal y ya fue.
Respecto al resto, los tequilas yo dos no más, pero sencillos con cara de doble siempre.
Tacones ya casi ni me puedo calzar, con lo que me gustan a mí, fumo como un carretero, pero no es nice, es un asco para la salud, y bueno qué te voy a decir que como con unos vaqueros y unas bambas no se está tan a gusto, pero que para coquetear, un trajecito de esos apretaditos, porque no. Y bueno, los poetas van y vienen, ya sabes, y a la vida hay que besarla en la boca cada vez que se pueda, y que más vale tener que desear, que la envidia es muy mala...
Así que venga ese mezcalito!!!
Besos, linda.
Dije Tula eh? Y es Tule... es el mezcalito ya...
ResponderEliminar;)
(lo hice a propósito)...
El tequila es demasiado fuerte para mí pero igual brindo contigo. Salú!
ResponderEliminarDetesto esa actitud de dios de hacer la vista gorda... UN abrazo.
ResponderEliminarYo aprendí todo lo que un hombre debe aprender, ahora estoy aprendiendo a olvidar lo que aprendí y esto es sumamente difícil.
ResponderEliminarBesos
la "pervertida" de la menor de todas mis hermanas fue la que me hizo fumar mis primeros cigarros en plena pubertad. habré fumado unos tres y no me gustó mucho. lo veía algo artificial y posero, como una actividad exclusivamente para damas. lo que pasa es que a mí se me grabó la imagen de una propaganda que daban en la televisión, de una dama toda estilizada que, cruzando las piernas echaba bocanada tras bocanada de humo de manera muy seductora.
ResponderEliminarbesos.
Y, eres una chica mucho más nice, sin esas pendejas adicciones.
ResponderEliminarAbrazo, mana.
ahh como me reteencantan tus letras malque, verda de dios...
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