Son casi las dos de la madrugada. Al otro lado de mi casa se escucha el sonido de dos objetos metálicos chocando entre si produciendo un ritmo inquietante. Me quedo quieta tratando de adivinar de dónde provienen dichos sonidos. Un tac tac tac tac llena la noche de incertidumbre. Cantos a la luna y a un lucero se difuminan entre ladridos de perros y el silbar de La Bestia con su cargamento de sueños imposibles.
¡Levántate!
¡Levántate! Ordena una voz en medio del tac tac desquiciante. Llega el silencio traspasando la oscuridad. Mis ojos asustados miran la ventana temerosa que algo entre por ahí. Tengo miedo. El corazón se me quiere salir.
¡Levántate!
¡Levántate! Sigue ordenando la voz. Una mujer grita, ¡Pedro! ¡Pedro! Junto con otras palabras que no logro entender. Imagino lo que esta sucediendo en la casa contigua y se me erizan los vellos. ¿Como fueron ellos a parar aquí?
Silencio.
Nada, ni la luna se asoma. Mi corazón quiere abandonar su cálido lecho. El temor estruja mi cerebro.
Los perros en la calle han enmudecido o quizá huyeron despavoridos al ver lo que los humanos no pueden. Gente del otro mundo buscando el sitio al que pertenecieron.
Quiero ir al baño pero el miedo me paraliza. Imagino están exorcizando a alguien y que el espíritu desterrado querrá meterse en mi.
Quiero ir al baño pero el miedo me paraliza. Imagino están exorcizando a alguien y que el espíritu desterrado querrá meterse en mi.
¿Dónde está mi perro? Si estuviera conmigo no me pasaría nada, ellos ahuyentan los malos espíritus.
¿Qué estará pasando? ¿Por qué de súbito se dejaron de escuchar la música y los cánticos?
¿Qué estará pasando? ¿Por qué de súbito se dejaron de escuchar la música y los cánticos?
Nada.
Me distraigo leyendo algo de José Emilio Pacheco recién fallecido. Dicen en las noticias que sus cenizas serán -o fueron ya- arrojadas al mar de Veracruz. Los habitantes que de ese mar coman pescado tendrán un poco de cuento y poesía en sus barrigas. Poesía reencarnada salida de las aguas profundas en forma de pez.
Silencio.
¿Qué pasará del otro lado? Voy a ir al baño antes que empiecen de nuevo. Ya no quiero vivir aquí. Escucha... Gemidos de un hombre. Ruido estrepitoso de algo cayendo. De nuevo el silencio lastimoso. A lo lejos el chillar de un tren, ¿otra vez La Bestia? acaba de pasar. Ladrido de perro. ¡Dios tengo miedo! Se oyen ruidos en mi puerta. Voces ininteligibles. Están raspando algo. ¿Y si me asomo por la mirilla? Que bueno que cerré las cortinas. Aférrate a dios diría mi madre. Huele raro, como si estuvieran quemando algo. Necesito a mi perro. Ya no quiero vivir aquí.
Silencio, tengo miedo.
Pero cielooooo....
ResponderEliminar¿¿Quien me escribió estooooo?? "..Todos somos heroes y heroínas pero nunca nos preocupamos en buscar cual es nuestro poder, esperando que llegue por gracia divina al fondo de la botella donde nos encontramos.." ¿recuerdas? ( graaaciaass :)
... A esa heroína tuya dile que cuando escuche ruidos extraños en la noche se ponga música sino puede ahuyentar los malos espíritus d otra forma.. lo sé, lo sé, no siempre es fácil... a veces viven dentro, justo en la puerta de al lado de la heroína, por eso sus gritos no la dejan escuchar...
Un abrazo.. grande, para que te quite el susto:))
estos vecinos umbandas
ResponderEliminarsí, los perros son increibles, la seguridad que nos dan
te mando un beso
¿Estás bien? Espero que sí.
ResponderEliminarEstaré atento la próxima vez que escribas, a ver si eres tú o vislumbro que lo está haciendo a tu través ese espíritu que pugnaba por ocuparte.
Besos.
Ay, por favor... qué grima. Así no hay quien duerma ni quien viva ni nada... A ver si con un poco de suerte se mudan. Un besote!!!
ResponderEliminarBueno eso nos ocurre a los que dormimos poco. Yo por ejemplo esta noche no he dormido más de dos horas, y así una noche sí, y la otra también. En la oscuridad de la noche vives todos los ruidos con una intensidad especial, y a veces hasta se siente miedo. Oyes hasta al vecino respirar, y cualquier sonido que de día pasa desapercibido, por las noches te sobresalta y puede resultar hasta aterrador. Yo hasta de oír soplar el viento, me imaginaba que abrían la puerta de la calle y se me colaban dentro.
ResponderEliminarBesos Malque.
Yo no quiero ni pensar qué haría sin mi perro, es como mi hijo y siempre me acompaña aún así tenga muchísimo miedo. Ellos ahuyentan todo lo que sea potencial peligro...
ResponderEliminarRespira florecita, así se pasa el susto!
Beso!
Mira la cantidad de gente cagona que se la pasa con miedo...jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Viene la noche a respirarnos la noche en la nuca... Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha quedado claro de que los vecinos siguen haciendo de las suyas y de que no tengo que comer pescados de Veracruz. :P
ResponderEliminarBesazo
Hoy poema mío:
ResponderEliminarCENIZAS EN EL MAR
Tantas cenizas de muertos
esparcidas en el mar
que resulta imposible
darse un baño en soledad.
Besos.
Qué habrá pasado?, busca a tu perrito, ellos protegen, y con esos vecinos pues con que ganas vivir ahí, o que se vayan ellos mejor. Abrazos
ResponderEliminarValiente no es quien no tiene miedo, sino quien lo tiene y es capaz de enfrentarlo.
ResponderEliminarCaray que agonia! Que fue? Que sucedió? Me gusto esa frase de que tu corazón quiere abandonar su calido lecho! Me gusto mucho esa frase!! Espero no sea nada grave. Quizás solo un sueño
ResponderEliminarHay que tener siempre un buen perro. Buena historia!
ResponderEliminarOye mana, que ya autorizaron la marihuana en el D.F.? jejejeje! Ya no te juntes tanto con G. Márquez. que te quedó ¡de miedo!, estupendo!!!
ResponderEliminarBesos.
Me has contagiado ese mundo fantástico que describes. Precioso relato inquietante y tierno a la vez.
ResponderEliminarUn beso
Mavi
Vecinos que dan miedo......
ResponderEliminarAbrazos
Grrgrgrgr miedito!!!
ResponderEliminarlas pesadillas son mucho peores cuando uno está despierto y la noche avanza...
ResponderEliminarbesos
Wow espeluznante!!!! El aferrarse a Dios...me encantó. Un gran abrazo !
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