Cada año por estas fechas los muertos salen de sus tumbas para visitar a los seres queridos que se quedaron en la tierra.
El 31 de octubre a las 12 del día salen los muertos chiquitos o sea niños que habitan el limbo o el cielo -los niños no se van al infierno- a chuparle la esencia a los alimentos que sus familiares han puesto en los altares para tal efecto.
Encuentran leche, dulces, juguetes, sal, agua, azúcar, fruta, chocolates y todo aquello que le gusta a los niños.
En el altar se prenden veladoras para que los muertos encuentren el camino al sitio indicado. Si los familiares no las encienden, los muertitos traen prendido su dedo para alumbrarse. Ellos sufren por el olvido de la gente que los quiso.
Es menester que los altares estén listos a las doce del día sino se extraviarán y habrán de regresar por donde vinieron por eso es muy importante que las ofrendas estén puestas al mediodía del 31 de octubre.
Los muertos chiquitos se van a las doce del día uno de noviembre. A esa hora comienzan a llegar los muertos grandes. Adultos buscando lo que dejaron atrás y volver a sentir un poco de vida de mano de los recuerdos que encuentran al llegar a su antigua morada.
Para ellos se les pone en las ofrendas, cerveza, pan, café, flores, cigarros, alimentos que les gustaban en vida. También tienen sus veladoras para guiarse en el camino de oscuridad en el que transitan.
Ellos visitan todos los hogares donde son recordados, retirándose de nuevo a mediodía del dos de noviembre.
Ese día o un día después las ofrendas son retiradas.
Cuenta la gente que cuando se comen la fruta ofrendada esta ya no tiene sabor.
Este año no pondré ofrenda por el peligro de tener veladoras encendidas y que una Bella ande pululando al rededor indagando el motivo de todo. Previendo un accidente decidí no poner nada.
Así pues he mandado a mis muertos a la casa de Laura, que siendo una joven con ideas modernistas ha puesto su ofrenda muy estilizada.
Al fin que lo que a ellos -como a todo muerto- les interesa que no los olviden y nosotros no los olvidamos.