Le gustaba ver las nubes y al cielo que tímido se asomaba a darle los buenos días. Separada su casa de la de nosotros por un gran patio en el que estaba prohibido jugar a menos que ella nos lo ordenara. O nos mandara a casa con los juegos infantiles y cara de tristeza. La abuela estaba enojada... otra vez.
Eran las siete de la mañana. El intenso frío que se sentía hacía que Abuelita, saliera tapada con su chal tejido y con un suéter. Las medias gruesas bien estiradas. Nada de arrugas porque eso quería decir que era descuidada con su persona. Zapatitos de medio tacón y vestido de color negro. Color que se quedó a acompañarla desde que murió el abuelo Miguel
Se sentaba en el quicio de la puerta a esperar que el amodorrado sol saliera por entre las montañas detrás de la casa.
Quieta en la sillita azul, esperaba con su bastón que los nietecillos llegaran a saludarla todas las mañanas. Cada uno, desde el más chico hasta el más grande le besaban la mano, nunca la mejilla. Y se quedaba mirando el cielo atenta a lo que cada nube le quería decir.
Si las nubes eran negras decía que nos apurásemos a hacer todo lo de afuera porque llovería temprano. Si había nubes desgajadas significaba que el viento era fuerte y pronto se acercaría a donde estábamos. Habría que asegurar todo para que el aire no se llevara lejos las tejas o ropa secándose al sol. Cuando el aire empezaba a soplar había que agarrarnos los vestidos infantiles y no enseñar más de la cuenta a los hombrecitos de la casa so pena que nos diera un bastonazo por desjuiciadas.
Nosotras solo queríamos que el aire se llevara nuestro pelo largo a todos lados dejándonos tan despeinadas que mi madre tenía que sentarnos ya dentro de la casa a trenzarnos el pelo.
Nos gustaba que el aire nos moviera los pequeños cuerpos como rehiletes sin control. Que sensación sentir el aire freso en la cara golpeando las mejillas.
En su afán de ver el cielo, la abuela nos decía que las nubes rojas significaban mucho calor. Hay veces que había cortinas grises en los cerros y debíamos apurarnos pues la granizada estaría azotando los techos queriendo entrar y al no poder hacerlo alfombraba el patio de blanco.
Cuando el cielo era azul intenso decía que era un buen día para morir.
Cuando el cielo era azul intenso decía que era un buen día para morir.
El aire empezaba a acariciarle la blanca cabeza despeinándola. Entonces se ponía su chal tapando sus trenzas y como virgen anciana esperaba que la vida pasara recordando risas fugaces y otoños amarillos de amor.
El cuchicheo de los árboles la invitaban a soñar en sus ramas, pero siendo una abuela enérgica no se permitía el lujo de soñar.
La abuela no era como la de los cuentos, la abuela era gruñona. Regañaba a los nietos si jugaban en el patio haciendo alharaca o aventándose unos a otros.
Los instaba a jugar a ¨La víbora de la mar¨ o ¨Doña Blanca¨ . Y así se quedaba mirándolos como atrapaban las risas con sus manitas sucias y caras lacrimosas.
Tenía un nieto favorito.
Pero no era favorito para consentirlo. Era el nieto favorito que recibía los castigos por ser el peor portado. Mi hermano Marco, el demonio en forma de jovenzuelo inquieto.
La abuela lo mandaba lavar las porquerizas o chiqueros donde cerca de seis puercos habitaban presos de sus chillidos cuando mi hermano hacía acto de presencia.
Sentado en la barda, les lavaba y echaba agua al suelo para quitar toda la suciedad. Los demás nietos le ayudaban a pasar el agua pero no más porque era su castigo no el de los demás.
Terminando tenía que hacerles la comida con tortilla remojada, cema y agua. Batirla hasta hacer una pasta y ponerla en los comederos.
Cambiarles el agua y si el castigo era fuerte, había que bañarlos. Y así era el castigo impuesto a Marco. La abuela veía que todo estuviera limpio como le gustaba y le ordenaba que se fuera a sentar en las piedras de la barda de nuestra casa. Desde ahí podía ver que estuviera quieto hasta que el sol empezaba a quemar o mi hermano tuviera que irse a la escuela.
Abuela nunca sonreía, no sé porqué. Tengo grabada su cara de una única sonrisa. Ya no tenía trenzas y un hueco en sus dientes decían que reír era cosa seria. No estaba invitada a su cara ninguna alegría.
No, la abuela no era como todas las abuelas. Mi abuela no tenía permitido sonreír, le faltaba un diente y eso para alguien tan soberbia como ella no era cosa de andarlo mostrando.
La abuela con su bastón, sus medias estiradas y su sonrisa muerta no era como todas las abuelas. La abuela heredó a los apellidos ilustres la seriedad que muchos ahora tratamos de dejar a un lado sonriendo a cada instante.
La abuela Candelaria era tan particular como los amaneceres que se asomaban todos los días a su cachito de cielo, cuando se sentaba en la puerta a ver pasar las risas y amores que se fueron con las nubes que tanto gustaba mirar.
La abuela nos heredó el arte de predecir el clima viendo las nubes y la no-sonrisa en los labios.
No se porqué Barry se sorprende cuando le digo si va a llover o no, le atino y no sonrío.
HOLA
ResponderEliminarBIENVENIDA A MIS SEGUIDORES!!!.
ME ALEGRO QUE HAYAS VENIDO A MI BLOG AUNQUE SIEMPRE ESTÁS PRESENTE CON TUS COMENTARIOS TAN ACERTADOS Y PROFUNDOS.
SOS UNA GRAN ESCRITORA Y UNA BELLA PERSONA.
UN BESO
LUJAN
que relato tan chido malque,
ResponderEliminarme quedo con esta frase:
"cuando el cielo era azul intenso decía que era un buen día para morir"
Que relato, por Dios!!
ResponderEliminarMe haces recordar mi infancia, los castigos impuesto por mi abuela. Si, mi crié con ella.
Pese a todo ella si, sonreía. Pero era malvada, tal vez, por que me quería mucho.
No lo sé.
Besos, te quiero mucho!!
Otro día para morir, ja.
ResponderEliminarMuy, muy buen relato. Mola ;D
Saludos
Mi abuela aún es de ésas aunque cuando solo está conmigo se permite una que otra broma y si también tiene cierto grado de atinación en cosas de la naturaleza :D
ResponderEliminarSaludos!!
Estimada Flor:
ResponderEliminarHace poco tiempo que tengo el placer de leerte. Cada día que pasa, tus relatos se van superando y adquiriendo una entidad propia muy difícil de lograr. Suerte la mía por hallarte! Felicitaciones desde el corazón! Un beso enorme desde Buenos Aires!
Hay abuelas de todos los tipos, no hay duda. Me gustó mucho mucho el post =)
ResponderEliminarBesos Malque!
Que bonito final.
ResponderEliminarSabes, yo también puedo predecir el clima, aunque con el calentamiento a veces ya no le atino.
los abuelos eran sabios en cuanto al pronostico del tiempo....
ResponderEliminarperrrrroooo no puedo imaginarme una abuela gruñona, regañona y estricta.......
lo que pasa que las mias eran cariñosas, un mar de amor, estricas en cuanto a inculcar valores como respeto, obediencia y responsabilidad pero con consejos y sobre todo con ejemplo....
la infancia de toda la primada fue asi de infantes.....inocencia, ignorancia y felicidad.
un abrazo
Querida Malque:
ResponderEliminarHermosas lineas, y que sabios eran los Abuelos.
Te dire que mis abuelos no fueron gruñones, eran adorables, los cuatro, apapachadores con tod@s sus niet@s.
Con mi Abuela Materna disfrutaba de comer tacos de cacahuates, de cheetos, y de semillas, mmmmmmmmmmmmmmmmmm, deli-deli.
Besos.
Mariposa Errante.
srita. malque...
ResponderEliminarsu relato muy llegador...
me hizo añorar el cariño recibido-negado de los míos...
qué padres recuerdos los suyos; de verdad...
besitos...
:O Las abuelas siempre sabias, nadie como ellas...
ResponderEliminarYo recuerdo mucho a mi abuela materna... era grandiosa, sabía tanto de la historia, ella sí sonreía, muy poco, pero sonreía...
A mi abuela la hacia sonreír nuestras sonrisas e igual todos los nietos la saludábamos de beso en la mejilla al llegar de la escuela/trabajo.
ResponderEliminarHola MAlque!!!! Pasaba a saludarte!!!! BESITOS Y SALUDITOS ESPAÑOLES.
ResponderEliminarSaludos mañaneros Querida La Mal.
ResponderEliminar¡¡Qué buen relato!!
Salpicado de tus frases pintorescas; muy agradable conocer a la Abuela.
Pero le atines o no al pronóstico de lluvia, sonríe.
Un abrazo, cuídate, luego nos leemos.
HOla, Malquerida, el retrato que haces de tu abuela es excelente. Me ha gustado mucho. Se notaba una mezcla de ternura y frustración, al menos, así lo he sentido yo.
ResponderEliminarUn beso enorme, y feliz fin de semana.
Que buen relato Malque, yo tengo mi abuela bien pequeñita pero que preserva esa presencia imponente que nadie se atreve a interrumpir, pero es sólo cuestión de que le des un beso en la mejilla y sus labios arrugaditos forman una sonrisa que gracias a sus postizos nunca se priva de mostrar.
ResponderEliminarSaludos!
Yo pienso como tu abuela: El mejor dia para morir es uno de un intenso azul.
ResponderEliminarYo tuve la suerte de tener una abuela un poco autoritaria pero manejable jeje.
ResponderEliminarUn bonito relato.
abrazos, malque
... yo no disfruté a mis abuelos.. =(
ResponderEliminar____________________
:::: peroo!!! peroo!!! yo también puedo saber si llueve, si saldrá el sol!! __ como??
__ miro la web.. *** meteorológico en Perú! **
jash jash!! xD
Saludos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
¿y hoy va a llover malque?
ResponderEliminarYo tuve la dicha de vivir con mis abuelos y guardo de ellos un recuerdo imborrable. Mi abuela sabia sonreir y cantar.
ResponderEliminarUn beso
Hola Ángel:
ResponderEliminar¿Ése es como un don heredado? ¿Le pegas o no al pronóstico?
La falta de sonrisa o alegría en los abuelos, sobre todo en los muy viejitos se les adjudica a migrar de Europa y la Guerra; suele decirse que llevan penas por esas cosas.
Aunque la falta de sonrisa es adecuada en una mujer, por la falta de algún diente. Coquetona.
Besos, Flor.
D
A reir, para no llorar. Ah verdad, se tuvo que borrar tu comentario en mi blog por que tuve que borrar y volver a escribir la entrada, por algunos problemas, disculpame de verdad.
ResponderEliminarsaludos
Que bonito lo cuentas!
ResponderEliminarQue lindos recuerdos, mi abuela era muy estricta también, era como un coronel, nos tenía a todos firmes y obedientes, todo el mundo le tenía miedo... ahora la recuerdo con ternura. Las abuelas vivieron otra época que las obligó a ser como eran.
ResponderEliminarQue bien que heredaste los poderes meteorológicos de tu abuelita, pero no dejes de sonreír.
Un abrazo Flor.
Muy buen relato y es que los abuelos son siempre los que mejores consejos dan.
ResponderEliminarawwww pero qe tiernoooo :)
ResponderEliminarme encantoo !
sos muy creativaaa, deberias recopirarlo y ponerlo en un libro !
hasta podrias ser famosa :D
Las abuelas son la onda... gruñonas, dulces, enojonas, alegres, juguetonas, pero siempre están para sus nietos...
ResponderEliminarRELATO CON "N" DE NOSTALGIA!!
MUY CHIDO!!!
P.D. Me dices quien mató al chorizo??? Investigo e investigo y no doy con la respuesta a tu prgunta!!! Saludotes!
Mi abuela todo lo contrario de la tuya, y como siempre heredamos algo de ellas.
ResponderEliminarQue lindo tema!
Saludos
malque!
Querida malque, sabes que tus escritos me encantan, pero este me gusto más, lo siento tan especial.
ResponderEliminarSiempre es un gusto pasar por aquí.
saludos!!!
Hola, Malque.
ResponderEliminarMás sabe el Diablo por viejo que por Diablo. Algunos ancianos tienen esa extraña habilidad de saber si lloverá o no solo observando al cielo, y también descubren la mentira mirando a la persona directamente a los ojos, je je je.
Besos.
Que bonito que tengas ese recuerdo de tu abuelita, a mí me gustaba mucho platicar con ella y tenía infinidad de historias para contarme.
ResponderEliminarHola Flor...con este post me hiciste recordar más todavía a mis abuelitas...ya no estan conmigo fisicamente pero viven en mi corazón siempre...mi abuela materna era dulce y le encantaba sonreír al igual que yo...mi abuelita paterna era estricta y mucho eh? Asi que mi caracter es una mezcla de las dos...
ResponderEliminarMuy lindo tu post...me emcanta el cielo azul pero también me gusta la lluvia...
Que gran sabiduria tienen l@s abuel@s por eso hay que cuidarlos y no abandonarlos nunca..un abrazo
QUE BUEN RETRATO SOBRE TU ABUELA.
ResponderEliminarME HACES ACORDAR A MI QUE SIEMPRE ESCRIBO SOBRE ELLA.
LOS ABUELOS NOS DEJAN SUS RECUERDOS Y NO IMPORTA SI FUERON GRUÑONES O APÁTICOS.
ERAN OTRAS ÉPOCAS, PERO SIEMPRE EL MISMO AMOR.
UN BESO
LUJAN
oh! las abuelas y sus particularidades, eso si que aunque no sonrian mucho, seran unos ángeles siempre…
ResponderEliminarLuján: Hola.
ResponderEliminarMuchas gracias Luján.
Un abrazo.
Gerardo: Gracias por tus palabras.
saludos.
Saqy: Malvada porque te quería mucho, un poco contradictorio.
Un beso.
También te quiero Saqy.
DvD: Que bueno que mole mi relato je.
saludines.
Ziilyta: Que bueno que aún tienes abuela jeje yo no tengo literal jaja.
besos Ziilyta.
Bee Borjas: Quizás sea suerte de las dos jeje.
ResponderEliminarGracias por las felicitaciones.
Un abrazo.
Boleyn: Que bueno que te gustó.
Un abrazo.
Ariadna Cornik: Jaja yo le atino casi siempre ja.
Saludos.
P´Pito: Con razón eres tan alegre Pepe pero no todos tuvimos la fortuna que tu tuviste.
Esta es la vida real que tu no conoces afortunadamente para ti.
Besos alegres.
Mariposa: Hola.
No disfruté a los abuelos, todos se fueron muy rápido.
besos.
K i v a: Srita Kiva que gusto!.
ResponderEliminarCoincidencias llegadoras je.
Gusto leerla.
besos tamarindosos.
La Maquinista Yey★: Al menos sonreía je.
saludos.
Peyote: Tu abuelita ha de ser de nueva generación ya no tan enojonas ja.
Saludos.
Liova: Hola Liova.
Besos.
PHERRO: Saludos nocturnos Pherrito.
Gracias.
Ya sonrío Pherrito más seguido.
Un abrazo.
RAMPY: Hola.
ResponderEliminarCaptaste bien el escrito: ternura y frustración.
Un gusto leerte por aquí.
Un beso.
Munani: Gracias.
Igual tu abue debe ser generación nueva, de las que sonríen jeje.
saludos.
Araña: Yo prefiero un día lluvioso.
:)
Romek: Esa si fue suerte.
Saludos y gracias por tus palabras.
Un abrazo.
TitoDolores: =(
Ay siiiiiiii! jajaja hasta yo adivino así el tiempo jaja.
besos.
reptilio: Noporolo, hoy no hay nubes, solo hará frío.
ResponderEliminar;)
tauromquico: Y que bueno que la recuerdes tan lindo.
Un beso.
Dan: Hola Dan.
Casi le pego, casi.
Coquetona como todas las mujeres je.
Beso dan.
pocofre: No tienes que pedir disculpas no pasa nada.
Saludines.
Micky: Gracias Mariquita.
Carlo: Las abuelas eran tan estrictas que se olvidaban de vivir.
ResponderEliminarNo dejaré de sonreír.
Un abrazo Carlo.
Julio-jagdo: Sin duda Julio.
Un abrazo.
Morena: Eso dices porque me quieres jeje.
Te lo agradezco mucho.
besos.
Gus Zuppa: Gracias por tus palabras.
Ya te dije quien lo mató jaja.
saludines.
Gaviota: Ojalá la hayas disfrutado Gaviotica.
Un abrazo.
Didii: Que bien que te gustó el relato.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo.
Antony: Hola.
Los abuelos tenían tantos dones antes que no sé porqué se perdieron en el tiempo.
Saludos.
NTQVCAXYZ: ¿Platicabas con mi abuelita?, jeje no es cierto.
Besos.
Alma: Hola Alma.
Hay que cuidarlos y quererlos los que aún los tienen.
Beso.
Luján: Ya iré conociendo de a poco tus escritos y a tu abuela.
Un abrazo.
Toño: Siempre y seguro ahora siguen siéndolo.
ResponderEliminarUn abrazo Toño.
¡Que bonito!
ResponderEliminarTe sigo.
He regresado para quedarme jaja... ahora me voy a pasar mas seguido por estos lados...
ResponderEliminarbeso enorme
un buen dia para morir...
ResponderEliminarSaludos!°