Me quiere...
Hace poco la MaLquEridA cumplió nueve años, los mismos -tres meses menos- desde que fui diagnosticada. Esa puede ser la razón de mi rebeldía ante la enfermedad. la MaLquEridA es sana. Flor de María no. La no aceptación permite seguir viva.
No me quiere...
Según lo que leí antes de cerrar los ojos debía estar dormida desde hace mucho rato ya. El insomnio sigue adherido a mis pestañas. Una relación de amor domesticado. Mansito pues. En ocasiones me deja dormir. Otras mantiene en el exilio mis memorias con los ojos bien abiertos mirando el cielo raso de la locura.
Mi amor por Enrique sigue intacto. De eso ni hablar morirá conmigo como el amor de dos extraños que no es amor ni desamor ni nada. Nomás de cerrar los ojos dejándose llevar por una voz inexistente.
No me quiere...
la MaLquErida abrió sus ojos un día exquisito de enero desafiante. Los gritos de horror y tristeza habían encontrado el camino. Fluir sin cortapisas. Mis letras sucumben a la melancolía que me habita.
Me quiere...
No concibo otra forma de expresarme. No nací para hablar. Tampoco para escribir. Hacerlo es un oficio que se aprende del sentimiento salido de las venas. Sangrando el olvido indiscriminado torturando los delirios. Un día te das cuenta que le gusta tu forma de contar tus penas a personas sin rostro. Entonces te subes en tus laureles dejándote arrullar por los cantos falsarios de sirenas rococó.
Los otros se vuelven tus amigos de letras.
Los otros se vuelven tus amigos de letras.
No me quiere..
Mis vivencias cual pétalos de flor de nopal las he ido deshojando sola pa´que no duela. No permito que nadie arranque mis tristezas. Son mías nomás. Las cuento para limpiarles el cochambre del daño que me hicieron. Lueguito las dejo en el desván de mis derrotas limpiecitas, inmaculadas.
Me quiere...
Poco es el tiempo que me queda. No hablo de morir sino de escribir. Comencé con textos cortos, alocados, duros como la infancia arrebatada en un cerrar de ojos perdidos en el disimulo de la vergüenza.
Después supe que esa forma desatinada de escribir me trajo la plena consciencia de la que huía todos los días frente a mi computadora.
Adorno los relatos con un toque de humor negro y mucha palabrería inútil. Vaya pues que tengo un estilo churrigueresco, anodino tan mío.
No me quiere...
Poco importa si escribo para alguien o para mi. Al pasar los años a uno no debía quitar el sueño las preguntas hechas con dolo. Allá cada quien, a mi ni me miren. Sabina y Enrique si que saben si no me creen es su problema.
¿Me quieres?...
Al final de los finales la MaLquEridA fue un invento que nunca existió. ¿Alguien me ha visto a los ojos?
Nadie me llama en voz alta. Eh MaLquEridA ¿cómo va tu vida? Dicen ¿cómo estás? y ya. No me llaman por mi nombre. Flor de María.
la MaLquEridA es un personaje más de los miles que habitan este mundo en el que alguien dijo que nadie es sincero.
¡Yo sí!..
aunque no me llame la MaL
quEridA y sea un sueño de esos que uno no quiere recordar.
Pa´no perder la costumbre Enrique me canta al oído Sangre hirviendo.