Santa Flor virgen ( ah ya no! ) mártir (uy! tampoco) y rebelde.

Nunca me he sabido callar, abro la boca cuando no debiera y eso me ha traído algunos problemas que se han resuelto gracias a la astucia que he desarrollado por andar metiéndome en líos.

Mi madre me decía que debía ser prudente al hablar, pero una cosa que hago con los consejos que me dan es nunca escucharlos, detesto los consejos.
Barry también me lo dice, pero no hago caso solo hago lo que me dicta mi sinrazón.

Nunca fuí virgen, nunca fuí persinada. Siempre he pensado que la virginidad está solo en la mente.
Cuando se empiezan a abrir los ojos a la vida, se empieza a perder la inocencia.
Desde pequeña aprendi muchas cosas que me llevaban ventaja sobre las demás niñas. No sé si fue bueno pero a mi me sirvió para cuidarme. Sabia más que las demás y cuando hablaban de algo adelantado para la época, yo solo sonreía de la ingenuidad de mis amigas.
Soy muy observadora, no se me escapan detalles que los demás no perciben. Tal vez por eso mi mente no tiene descanso. Siempre estoy pensando y pensando. Buscando el porqué de todo, es agobiante.
Mi mente es compleja.
Trato de entender.
Busco una explicación para todo aunque no la tenga yo la busco.

Hay veces en las que busco el silencio, me quedo pensando y es cuando voy entendiendo la complejidad de la vida y quisiera volver a ser la niña que fuí.
Toda época tiene su encanto y la voy viviendo con entusiasmo que a veces es difícil mantener.
No todos los días amanezco de buenas. Trato de hacerlo pero muchas veces el clima, las angustias, los problemas no dejan que lo haga y sin embargo trato de estar bien.
Ya no soy como antes de gruñona, ya le he bajado tres rayitas a mi humor y bajarle tres rayitas es demasiado para mi.
Vaya que ha costado trabajo.

¿Mártir?, no soy ni lo seré.
Veo a algunas mujeres a mi alrededor como se sacrifican por su marido o por los demás sin ponerse atención a ellas mismas y no lo comprendo. Nunca he podido hacer eso. Dejar de lado su vida para dársela a los demás.
Está bien sacrificarse pero no a costa de la propia realización. Ellas lo hacen.
Nunca les he preguntado si les gusta ser así, pero no hay necesidad de preguntar, sus conversaciones me dicen todo.
No tienen vida propia, todo gira al rededor de los demás, ¿y ellas?. No existen. Son la mamá de alguien, la esposa de alguien... no tienen nombre.
No son ellas mismas.
¿Alguien le ha preguntado a su madre si realmente es feliz con la vida que lleva?. Viéndola a los ojos y preguntarle, ¿eres feliz? y que con la mirada fija diga que si. ¿Alguien lo hace?, no. Muchos dan por sentado que ser madre es la mayor realización de una mujer.
Para la gran mayoría el ser madre es sinónimo de mártir.
Dar la vida por los demás anulandose a si misma.
Hay más definiciones para mártir pero esta es con la que yo identifico la palabra.
Doy la vida por mi familia, pero tengo vida propia. Tengo un nombre. Soy una mujer.

La rebeldía es una característica en mi.
Siempre voy en contra de los demás. En contra de lo establecido.
¿Porqué voy a hacer lo que hacen los demás?, ¿quién dice?, ¿porqué?.

El rasgo más característico en mi de rebeldía es mi forma de vestir. No me visto como una señora, me visto como a mi me gusta, sentirme cómoda pero acorde a mi edad, tampoco se trata de hacer el ridículo.
A mi familia siempre le dije que no iba a ser una señora modosita que ande por la vida muy mona, arregladita, con zapato de medio tacón, y con mi bolso cuki, eso no podría hacerlo... no me gusta.

No me visto así.

Cuando voy a una fiesta  a la que debo ir formal, me enoja porque no me siento cómoda. Prefiero no ir aunque esté obligada y si voy me enojo.
Sé guardar las formas pero me rebelo contra lo establecido, contra las costumbres que dictan que debes ser de una forma u otra.
Alguna vez mi madre me regañó porque me vestí para ir a la preparatoria y la falda que me había puesto me llegaba a medio muslo. Llevaba botas a media pantorrilla y una blusita pegada. Mi mochila y listo. Me dijo que no iría así a la escuela, pero así me fuí.
Sé que ella lo hacía por cuidarme pero si me prohiben algo para mi es como si dijeran hazlo.

Esta prohibido prohibir, parafraseando a Bunbury.

La música es otra de mis características.
No entienden como es que me gusta el rock o el hip-hop teniendo mi edad. Para la música no hay edad.
Lo que no aguanto para nada es la salsa ni la música de banda, me parece muy repetitiva... monótona.

Mi vida ha ido cambiando de etapa en etapa, y cada etapa ha tenido su significado.
Río mucho aunque no lo crean, sé reir y mucho.
También he llorado y cuando sufro me azoto de a madres pero así soy.

Santa Flor nunca fue virgen.
Santa Flor no es mártir.
Santa Flor siempre será rebelde.

Flor es diferente a las demás no importa que buscando ser diferente termine por ser igual a todas.