La primera salida "oficial" en silla de ruedas fue divertida. Laura es muy osada. El esfuerzo por empujar la silla en una ciudad que no es para discapacitados no la detuvo. Hizo el camino divertido. ¿Por qué hace de lado su sufrimiento para hacerme feliz? Ella es igual que Barry, primero todos antes que ellos. Yo soy al revés -mis "Yo" siempre son primero-. Siendo así evito lágrimas de decepción. La realidad lastima más que las utopías baratas de los desagradecidos. Hacer el bien sin mirar a quien tiene sus bemoles. Egoísmo sin afeites. Que nadie juzgue a los demás.
¿Te sabes 21 de octubre?
Sigo mi relato, no me distraigan.
Morimos de risa cuando tocó el turno del Barry atrabancado casi hace que salga volando por los aires dos veces. Oigan hay mucho bache en las banquetas carajo. La gente se nos quedaba viendo. Sortear los hoyos es un peligro constante. Imagino nuestras caras cuando en una ocasión por un pelo de rana rasurada salgo disparada de la silla. Laura me abrazó de susto. ¿Qué habría pasado si mis reflejos no me hubieses respondido agarrándome fuerte? Ah pues habría aterrizado en el suelo -¿Se puede aterrizar en otro sitio que no sea el suelo por dios?-. Me hubiese levantado y listo.
La gente quizá se sorprendería porque cómo puedo levantarme por mi propio pie si voy en silla de ruedas. El pp es inexplicable, hoy estoy caminando y al siguiente segundo ya no puedo dar un paso. Lo inexplicable es un sinsentido al que no hay que tomarse en serio.
El hospital de los renglones torcidos tiene todas las respuestas pero casi nadie quiere preguntar porque lo que uno quisiera es no estar ahí. Que preguntas ni que la chingada ¡Ámonos de aquí! El sufrimiento que se respira atrofia los sentidos. Y nosotros riéndonos. Barry se encarga de ello. Si yo fuera él creo ya lo habría abandonado. Sería como muchos que huyen a la primera prueba del "juntos en la salud y la enfermedad". No nací con madera de santo. Es más fácil huir. Ya luego en el final de los días me arrepiento y como diosito es muy bueno me perdona. Dice Sabina Bastante trabajo me ha costado cometer mis pecados para malbaratarlos en arrepentimientos vanos. Nada de perdóname Dios no sabía lo que hacía. Ego te absolvo... ¿Ya pecaste? Aguanta el castigo como los machos.
Y a todo esto ¿Qué tiene que ver Sabina, Dios y la chingada con la silla de ruedas? Npi, llevo tres noches sin dormir de modo que a estas alturas ya no sé ni lo que digo menos lo que mis dedos escriben. Tratar de entender es igual a preguntarse por qué el puto sol no se va si son las ocho de la noche. El sol anda más perdido que yo en este mundo de ocasos sin memoria.
(Podría regresar al rato a borrar errores pero la mera verdá me da flojera. Lo escrito dicho queda. Quiéreme tal como soy con y sin errores ortográficos. Del querer porque te quiero hablamos después cuando haya terminado de sacudir los polvos del olvido).¿Te sabes 21 de octubre?
Sigo mi relato, no me distraigan.
Morimos de risa cuando tocó el turno del Barry atrabancado casi hace que salga volando por los aires dos veces. Oigan hay mucho bache en las banquetas carajo. La gente se nos quedaba viendo. Sortear los hoyos es un peligro constante. Imagino nuestras caras cuando en una ocasión por un pelo de rana rasurada salgo disparada de la silla. Laura me abrazó de susto. ¿Qué habría pasado si mis reflejos no me hubieses respondido agarrándome fuerte? Ah pues habría aterrizado en el suelo -¿Se puede aterrizar en otro sitio que no sea el suelo por dios?-. Me hubiese levantado y listo.
La gente quizá se sorprendería porque cómo puedo levantarme por mi propio pie si voy en silla de ruedas. El pp es inexplicable, hoy estoy caminando y al siguiente segundo ya no puedo dar un paso. Lo inexplicable es un sinsentido al que no hay que tomarse en serio.
El hospital de los renglones torcidos tiene todas las respuestas pero casi nadie quiere preguntar porque lo que uno quisiera es no estar ahí. Que preguntas ni que la chingada ¡Ámonos de aquí! El sufrimiento que se respira atrofia los sentidos. Y nosotros riéndonos. Barry se encarga de ello. Si yo fuera él creo ya lo habría abandonado. Sería como muchos que huyen a la primera prueba del "juntos en la salud y la enfermedad". No nací con madera de santo. Es más fácil huir. Ya luego en el final de los días me arrepiento y como diosito es muy bueno me perdona. Dice Sabina Bastante trabajo me ha costado cometer mis pecados para malbaratarlos en arrepentimientos vanos. Nada de perdóname Dios no sabía lo que hacía. Ego te absolvo... ¿Ya pecaste? Aguanta el castigo como los machos.
Y a todo esto ¿Qué tiene que ver Sabina, Dios y la chingada con la silla de ruedas? Npi, llevo tres noches sin dormir de modo que a estas alturas ya no sé ni lo que digo menos lo que mis dedos escriben. Tratar de entender es igual a preguntarse por qué el puto sol no se va si son las ocho de la noche. El sol anda más perdido que yo en este mundo de ocasos sin memoria.
Gracias infinitas por leerme.