De cuerpo entero, así de esta manera debo hacer ejercicios para recobrar el andar del como antes cuando era un ser livianamente normal. Entonces comencé a andar como geisha. Pasos cortitos con las manos pegadas al cuerpo. Era un soldado de madera. Tiesa, tiesa. Rígida como una estaca enterrada en el suave pecho de un ser oscuro.
Así merito era yo. Hoy sigo igual pero ya puedo moverme sin ayuda. Menos levantarme de la cama. No sé de que manera levantar el cuerpo que me pesa como si fuera oro puro. Prefiero pensar que es de oro y no de metal vil. O de acero puede ser también.
La cosa es que aún no domino el fino arte de levantarme de la cama sin mano que me socorra. Ah si me acuerdo que un día Cucs, el perro de Barry, o sea su mascota, no pasen a creer que Barry es un perro no, no, no. Barry es mi exmarido, mi amigo, mi vida por siempre. Pues eso, un día Cucs se echó a mis pies, yo no podía levantarme ´tonces que me agarro de su cuello y le digo, vamos Cucs ayúdame a levantarme. Obvio que como no me quiere así como que mucho pues no me hizo caso y se quedó echado. O sea hizo peso para no levantarse y ese peso me ayudó a sentarme. ¡Bravo Cucs! ¡Si!
Por lo demás no me puedo levantar aún. El neurólogo me mandó con mil médicos aún cuando a mi parecer ahora que estoy muy bien y soy feliz como una lombriz me manda al médico. Uno de estos médicos me mandó a terapia física y a terapia ocupacional. Pienso que ellos piensan que soy una reina que no mueve un dedo por mi viada pero no, una de las cosas que mucho me han ayudado a que pp no avance es a mi actitud ¨valiente¨ y la fortaleza que sepasumadre de donde saco.
Comencé terapia la semana antepasada. Mi terapeuta es un muchacho joven de 24 años que no me quita la mirada de encima. No crean que igual que Enrique y otros más se enamoró de mi a la primera de verme. No, este terapeuta insiste con que debo tener la mirada al frente. Nunca al suelo, nunca al cielo por lo menos cuando de caminar se trate. Un paso seguro al frente y ya está Para conseguir esto me llevaron a la sala de espejos y ejercicios de caminata.
¡Madre Santísima de las Gordas de Botero! El espejo donde debo ver como camino es de cuerpo entero.
Cualquiera que no sea yo sabe que los espejos de cuerpo entero no son lo mío. Conozco mi cuerpo, sé como soy, como estoy y me acepto. A esta edad no valen arrepentimientos ni nada que se le parezca.
Y dale que dale, paso a pasito caminando como caballo. Un pie arriba, pego con la pelota la pierna, la bajo y luego la otra, así por toda la eternidad.
Para que tenga la mirada al frente mis ojos se posan en el terapeuta que miren ustedes no sé como le hace para tener un cutis de bebé. Por lo general soy demasiado tímida y callada pero este terapeuta hizo que hablara sin fin.
¡La vista al frente! dice. Y yo ah si perdón. Aí van mis ojos a posarse en los de él. Pues ya está, la tarea es caminar con la pelota y vista al frente si no no podré pasar al siguiente nivel o sea seguiré con el mismo ejercicio por los siglos de los siglos amén.
O me ejercito o dejaré en la ruina a Barry, no habrá dinero que alcance para seguir pagando las terapias.
Y todavía me dice el muchachito este: debería considerar ver a la psicóloga para que vea eso de que no le gustan los espejos de cuerpo entero.
¡¿Qué?!
¿Otra terapia? no gracias yo quiero de regreso mi vida normal. Mi rutina se ha visto alterada. Paso muchos días en el hospital con mil citas. Luego terapias, luego ejercitar la memoria, las manos, el andar, humor.
Dios, si yo estoy bien. Pareciera que los que están mal son ellos. Yo soy feliz pero no me escuchan. Atiborran mi cuerpo de medicinas. Mi cerebro está bien. Mi espíritu también.
Cierto que hago cosas que no recuerdo como hice. Ayer le dije a Laura que no le iba a decir quien me regaló una pulsera porque se iba a poner celosa (celos de hija) pero resulta que Laura me la regaló o sea como lo olvidé.
Aún no encuentro mi lote de medicinas extraviadas. No le doy más importancia. Mis olvidos son un tanto anormales pero cualquier cosa.
Yo lo único que quiero es de vuelta mi vida normal. Mi rutina, mis cosas, mi todo lo que soy. Mi todo lo que recuerdo.
Sigamos ejercitando: Un dos tres pelota, un dos tres pelota. ¡Vista al frente! Un dos tres pelota.
Si que es cansino ese machaque pero necesario y haces bien no darle más vueltas a esa bolsa de medicamentos, el día menos pensado aparece...
ResponderEliminarMuchos ánimos querida y esa fuerza que no decaiga.
Besos desde este Atlántico Sur
Yo tenia un gorrión de java blanco, pude acostumbrarlo a andar suelto en casa, me dejaba besarlo...
ResponderEliminarY esos espejos de cuerpo entero, estoy segura, lo sé con convicción, que les ganarás la batalla! undostrspelota pasará! se va se va, como todo. Vas a poder con esto también.
Un abrazononón!
no veas la terapia como una molestia sino como una distracción que hasta puede ser divertido.
ResponderEliminarun beso.
jajaja pobrecita mía! es comprensible que estés más que harta de semejante tortura y aburrimiento, pero al cerebro hay que acostumbrarle a recordar lo que olvida a base de rutinas, esas que tanto echas de menos , así que tómalo como cuando BELLA te pide ayuda para hacer sus deberes escolares que seguro tb aborrece, una cosa así, como si volvieras a la escuela.. Además, si cansas al cuerpo cuando llegue la noche caerás rendida y no habrá sitio para las pesadillas .. o tendrás sueños tipo Alicia en el País de las maeravillas con tanto espejo .. eso, o tipo Blancanieves .. y en lugar del Principe, a ti te besa Enrique jaja soy buena convenciendo ,eh? : ) Un beso enorme preciosa y muuucho mucho ánimo.. bueno, un poco más del que ya tienes!!
ResponderEliminarJajaja ay Malque, te amo jaaja me hiciste reír, me encantas. Yo también me hubiera puesto nerviosa, los espejos de cuerpo completo tampoco son lo mío!!! Me da mucho gusto que lograras avanzar, síguele con la terapia y aguas, no se vaya a enamorar de ti el muchachito! jeje
ResponderEliminarAbrazos y muchos apapachos!!
Malquerida. De todo lo que cuentas, únicamente puedo estar seguro de que sí hay algo que has ejercitado, y que lo has ejercitado bien, es el humor. Y el buen humor. ¡Quizás de cuántas cosas todavía peores te ha salvado el humor! Me gusta la idea de que te tomes en serio pero con una sonrisa en la cara. O por lo menos me gusta imaginarte así.
ResponderEliminarVamos que se puede.
Otro saludo.