Como en las sagradas escrituras dice -o algo así- llegará el día en que aprenda a escribir sin guiones ni paréntesis. ¡Arrodillaos insensatos! Sin dar opciones ni quizás. Sin frases comunes ni trilladas. Dichos corrientes bastante sobados. Ya chole con eso MaLquErida, ¿no te sabes otra canción? Círculos eclécticos sin fin.
¡Arrodillaos insensatos!
No escribiré más en pasado. El presente hablará por mi. Someteré al escrutinio riguroso que de mí hace la misma de ayer. Elevaré el autoestima hasta un cielo irreversible. Los egos estarán momificados como los objetos de mi casa que huelen a viejo. Ya nada tiene razón de ser. Los tenis rositas no tendrán oportunidad de volverse a usar. Dieron más de qué andar. El bote de basura como cementerio merecido de toda una vida. Dime de qué número calzas y te diré que sí. Si si si.
Tanto sabes de mi.
Los hongos alucinógenos coleccionados en las escaleras, cerámicas de diez colores serán la prueba para recordar que un día existí. Quimeras señorita, como las ganas de saber escribir. Marchantita, mire que bonitas palabras. Están un poquito usadas pero pasando por un avión ni se notan.
Manipulaciones costumbristas. Dime que no te regalaron y te diré de qué tamaño es tu frustración. Ha de venir el día en que las aspiraciones más profundas sean. Si yo fuera serpiente habría muerto con mi propio veneno tiempo ha. ¡Deja de inmolarte niña!
Hoy es jueves.
Jueves de tianguis. Día de escribir pendejadas y tú tan sin oírme. Un día a la semana indago sobre mi Yo irascible. Requiero que me pegue el sol. Enrique será parte del pasado. Enterrado su recuerdo puede que tenga valor junto con los ayeres que han hecho de mi un remedo de escribiente atormentada por el qué dirán los sabios devoradores de libros. Dioses omnipotentes de la cultura al que no perteneceré. La pertenencia como forma de violencia que un día se les ocurrió echar un vistazo a mis escritos bizarros.
¡Pero qué cosas dices!
El "que" descansará para siempre. El "quién" yacerá junto con el "como". Eyaculaciones místicas de palabras salvadoras. Relleno de textos tatuados en el frío lomo del iPad. "Mi me conmigo" palabras obsoletas. Ya no saldrán ni en oferta. ¡Llévelas, llévelas! El Yo como exigencia de perfección casquivana. Perfecta en mi propia imperfección. ¡Mejor ya báñate! El dios de los escribientes frustrados que nunca han buscado editar un libro, no será llamado a cuentas. Atea de dioses -ni modo que de perros- sin dios.
Llegará con la emancipación de la locura el diagnóstico breve de lo que mi mente sufre. Colgada la etiqueta en el dedo gordo del pie izquierdo caminaré por el mundo con un cartel que diga: Mírenme, soy La Reina del País de los Hongos, malamente llamada la MaLquEridA. Miembro de Los Apellidos Ilustres. La parte de los "mayores" obvio. No soy la mitad como siempre creí. Clasificación para mayores. Los menores bien gracias. El no papá de las niñas. Afroditas sin recursos amorosos.
Seguiré siendo invisible como mis pensamientos. ¿Por qué nadie ve lo que yo? Gritos en el desierto. ¡Ya no puedo más! Cada uno cree lo que quiere ver. Ilusiones intangibles. Pretextos disolutos escritos para esconder los divorcios necesarios de un amor vaticinado para siempre. A mi nadie me avisó. Cada uno cree lo que quiere entender.
Según el humor está el ánimo de las letras. Escribo lo que siento. Otros escriben según lo que piensan. La vida es un ramillete de letras vertidas en creencias.
Yo soy tú, tú eres yo. ¿Quién es más bonita? ¿Tú o yo? Sacto, eso mismo es.
Quedó bonito ¿No? Puede que entonces ya lo había escrito. Orita regreso. El tiempo se acabó. El permiso que me dan mis circunstancias está entrando en off.
Givme faiv
tu día jueves de escribir "pendejadas" me ha hecho sonreír.
ResponderEliminarun beso.
Creí que te habíamos perdido... Para ti es jueves, para mí viernes, y la poesía está de fiesta. Es su día. Y el tuyo, si me lo permites. Gracias por volver. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Escribir lo que uno siente es terapia de la mejor.
ResponderEliminarHace años que lo hago y he matado más de mil demonios en el teclado.
Claro que han tantos demonios que me faltan dedos y teclados pero ahí sigo.
Tampoco nadie ve lo que veo yo.
Será que los ojos tienen vida propia?
Besos.
Eres más bonita tú, cien veces, chamaca. Ni punto de comparación. Además, escribes como los ángeles.
ResponderEliminarBeso.
Escribir eso que defines como pendejadas, es sacarse los demonios de bien adentro, terapia de la buena.
ResponderEliminarBesos.
Mi querida MALQUE, porque aunq no lo creas , eres muy querida para mí, tus letras lo son, después de tantísimo tiempo tienen cara y gestos cuando te leo y ese mi, contigo, q acompaña a los tus, conmigo seguidos de todos los posesivos e indefinidos q arrastran todo lo duro q debes tener q vivir y soportar cuando el PP y todos los medicamentos hacen cortocircuitos dentro de ti son un regalo absolutamente invaluable q nos haces a todos los ojos admirados q disfrutamos de lo q tus dedos tecleando cuando lo haces tú contigo misma , aquí para todos tus rendidos admiradores en la hora de la hora de nuestro Sr. Jesucristo, amén Jesús. GraaaaciassS infinitamente infinitas...q te llegue mi cariño como un jaguar q salta el Atlántico y se enrosca en tu cuello a darte lametazos como un gatito jajaja es q tenía q buscar un felino poderoso de impulso para llegar desde aquí, hasta ti.. un beso bonita ...me voy con una sonrisa gracias a ti, q tú te quedes con otra, me haría muy feliz mua!
ResponderEliminarTan necesaria tú.
ResponderEliminarTan imprescindibles tus letras que nos reflejan todo ese mundo interno donde brillas.
Un besazo!
Sigamos escribiendo y leyendo, en pasado, en presente o en futuro. Porque, ¿por qué no?
ResponderEliminarSaludos,
J.