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martes, 11 de junio de 2024

If yu nou wear ay min?

Excúseme usted, mire, cómo le digo, no sé de qué manera comenzar.

Mire usted, yo nací en un pequeño pueblito allá por las afueras de la ciudad. Crecí entre hongos y columpios, creo que usted ya sabe eso, si es así haga de cuenta que no lo dije. Anduve un tiempo empeñada en fastidiar al mundo pero no se lo crea a pie juntillas, lo digo por decir porque la mera verdà  el mundo poco sabe que existo ¿No? de eso ni hablar.

Me entretengo en descubrir cada día mi vida perdida en manos del Señor. Es que mire ya le digo, yo de chiquita creía en un Dios al que le pedía milagros, usted sabe, de niña. Que si mis papás me llevaran a pasear, que si mis hermanos me quisieran un poco, que logre mi sueño de ser maestra, en fin. Cosas de uno que le pide imposibles al Dios de sus padres.
Pero bueno ya crecí. Tengo los pies bien puestos sobre la tierra y ya no pido milagros porque no sé en dónde perdí la fe y pues bueno para esperar un milagro se necesita tener fe.

Si usted recuerda, antes yo decía que vivía cerquita del infierno, en la esquina tres calles a la derecha, ahí podía usted preguntar por mi pero ya no vivo ahí.
Ahora vivo en un lugar cercano al paraíso, ¿Qué cosas no? Primero vivía cerca del infierno y ahora ya me cambié cerca del paraíso, ¡Vaya cosa!
Ya se habrá dado cuenta que soy un poco discordante.

Mire, a sus preguntas de quién soy, de dónde vengo y a dónde voy dispénseme pero no se las puedo responder por la sencilla razón que yo misma no las sé.

No, no me vea con esa cara de sorpresa pero es la verdad. Si me hubiese preguntado algunos meses antes posiblemente le habría contestado que soy una señora venida del pueblo de Allá arriba y que voy a donde el destino me lleve. ¿Pero sabe? Yo ya cambié, ya no soy la que llegó un día con su negra y rizada cabellera a comerse al mundo. Ya no soy esa. Los años me apaciguaron. Me pusieron en mi sitio. El destino me hizo el corazón duro y secó las lágrimas para que nunca más brotaran, ¿Entiende?

Eso si, soy un poco más sabia o mejor dicho menos tonta porque pues para qué es más que la verdad, leer enseña, y pues yo estoy leyendo mucho y de ahí aprendo, aunque sean palabras nuevas. Algo es algo dijo un calvo cuando le salió un pelito digo yo.

Mire usted, soy un poco lerda en cuestiones poéticas. Demasiado inquieta mentalmente. Demasiado triste para ser feliz, demasiado alegre para ser triste.
Si se da cuenta soy un poco demasiado, algo así como una especie de intérprete de silencios mal traducidos o lo que es lo mismo ni yo me entiendo.

¿Le digo algo? 

No me pregunte quién soy porque la mera verdad me aburre estarle contando mis cosas a alguien que me ve con cara de asombro como si estuviese viendo un renacuajo fuera de sitio.

Si quiere que le cuente de los milagros en mi vida o de la fe perdida, olvídese, ¡Nanay! No le contaré nada, vaya a echar sus chinches a otro lado.

Ahora que si quiere saber, ¿Sabe cuál sería para mi un verdadero milagro? Volver al pueblito de Allá arriba. A la casa paterna y ver que nada ha cambiado, que esa casa donde fui feliz con mis hermanos es la misma que dejé hace unos años, cuando salí para casarme pero pues eso no es posible porque el tiempo pasa. La gente crece, los hermanos cambian. Uno también, la madre se muere y ya no hay más que hablar.
Allá no volveré como lo dije un día. Enterré a mis muertos. Desterré amores., Deshice querencias y agarré el camino donde no hay vuelta. 

El camino del adiós verdadero. Del si te vi ni me acuerdo o lo que es lo mismo ojos que te vieron ir...

Como le repito uno entierra a sus muertos mirando el sortilegio de los árboles del cementerio. Verdes, frondosos, llenos de cantos de pájaros. Árboles llenos de vida con raíces atrapando a los murtos. Jura no volver nunca más y usted lo cumple porque es así. Porque los muertos ya no están ni en huesos. 

¿Ya ve? Ya me están saliendo las lágrimas por su recochina culpa, mejor ya cúchile, déjeme sola aquí con mis recuerdos, quién le dijo que viniera de preguntón a abrir heridas. No ande hurgando tierras ajenas con la esperanza de poder escribir historias anónimas. Las historias del Pueblo de Arriba se escriben con sangre de misericordia y son enterradas en el cementerio del Nunca más. Nadie pregunta nada a la hora de la muerte de los escogidos por la calaca tilica y flaca ¿Yu nou gûer ai min?

¡Ya váyase! ¡Cuélele! ¿Qué no ve que las lágrimas son un milagro?  Las lágrimas son los llantos del cielo. If yu nou wer ay min?




















 

12 comentarios:

  1. No podemos volver donde fuimos...
    Y créeme que yo me engaño y a veces vuelvo.
    La casa sigue ahí.
    Pero ya no están ni mis padres ni mis hermanos.
    En las casas vecinas tampoco vive la gente que yo conocí.
    Cuando vuelvo todo parece igual de lejos pero no... ya no queda nada más que las casas con impostores dentro que han sustituido los personajes de mis recuerdos y los árboles que nos servían como porterías para los partidos de fútbol... esos árboles, que acaricio, siguen ahí viendo pasar la gente, las vidas y el mundo.

    Un beso.

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  2. Cada vez te hace más de rogar... ¿Quién es el tipo feo de arriba? Qué gustos. Te quiero. Beso.

    Salud.

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  3. Lo malo es que no podemos volver ni la pueblito ni a la infancia cargada de fe en los milagros.

    Un abrazo enorme, Malque

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  4. No preguntemos, no hurguemos, en esa memoria castigada por las despedidas, dejemos discurrir el tiempo entre sombras de sospecha, pero también con algún amanecer para recordar.

    Besos.

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  5. ¡Qué susto me ha dado tu título, chamaca! He pensado que ahora escribías en inglés y ya nunca más podría leerte. Ya soy muy mayor para aprender ese idioma. Bastante tengo con el nuestro, que tan solo a medias entiendo, como para meterme en otros berenjenales. Bueno, pues que me alegro de poder seguir leyéndote en cristiano. Tan bien como siempre. Tan cabreada con alguien, como tiene que ser.
    Besos.

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  6. Los milagros no existen, doy fe;) y regresar a ciertos lugares sólo cuando nadie no nos echo de ellos y si es por voluntad propia. Los recuerdos son esas polillas que necesitan de vez en cuando un poquito de alcanfor, y por lo demás me encanta tu mente inquieta, y que no deje nunca de darle vueltas a todo, así me gustas, mi chilanguita.

    Mil cariños.

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  7. Qué maravilla.
    Tus textos envuelven,revuelven, encienden...
    Eres increíble
    Beso admirado.

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  8. Creo que nunca se es demasiado inquieta mentalmente. Sí hay personas que no tienen ninguna inquietud mental y dios nos libre de llas. El corazón duro, dices, a mí me parece que no. Si lo tuvieras duro, no serías como eres.
    Un besazo

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  9. Quizás por todo lo que dices me gusta leerte y saberte.

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  10. Hola hermosa.
    Yo nunca me fui. Bueno me fui y después de un matrimonio fallido volví para nunca irme .
    Aún así todo es diferente. La gente y sus miradas, la calle vacía, hasta el aire me parece más denso.
    Nada permanece. Si lo sabré yo?
    Y perdone por las lagrimitas de sus bellos ojos. Un abrazo

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  11. En la mente y el corazón, siempre estás volviendo a ese lugar del que nunca te fuiste porque este texto queda para siempre. Los muertos tampoco están tan muertos, por la misma razón...
    Va un abrazo, Malquerida.

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  12. es el camino de la vida de cada quien que avanza inexorablemente sin que podamos cambiarlo ni volver atrás.

    besos.

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La titular de este blog, dama exquisita, dueña de su mente pero no de su cuerpo agradece la visita a este refugio de chilanga triste.

la MaLquEridA

Musa con cuernos

PARA LA MALQUERIDA

La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Es beso de agua y luz de ciegos en el desierto diario. La leo y me leo. La leo y la siento. La leo y la quiero. Vamos de la mano desconocidos y alejados por los caminos rotos y astillados de la vida cansada y del tiempo huraño. Refunfuñamos por todo y hasta en el infierno tienen miedo de que un día aciago lleguen nuestros pasos. Chocamos con mil horas arañamos las rutinas odiamos la compasión nos dan risa los ángeles y mucha pena los diablos. Nos cansa todo y más que nada el resto de los humanos. A veces herviríamos a los que nos rodean y otras daríamos la vida por hacer reír a un chavo. La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Toro Salvaje

Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.

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Ángeles de la fe

Yo traigo la verdad en mi palabra Vengo a decirte de un niño sin abrigo. Vengo a decir que hay inviernos que nos muerden, de la falta de un amigo. Vengo a contarte que hay luces que nos hieren, que existen noches sin whiskys ni placeres. Vengo a decirte que está cerca tu condena. Hoy una madre murió de pena. Déjame cantar, tengo vergüenza de ser humano como tú, en tu presencia. Descubrirme a mí mismo y en tu figura qué poca cosa somos sin ternura.